Eduardo
Duhalde
Perfil,
El Observador, 15-4-18
Una
reflexión sobre el futuro de la Argentina y el mundo
Para ello, prescindiré de
los dudosos recursos de las artes adivinatorias, la astrología o la quiromancia
y me valdré de las herramientas que un con un conjunto de disciplinas llamado
Prospectiva nos provee.
Conocí la Prospectiva en los
años 70, a través de una serie de conferencias que se dictaron en la
Universidad de El Salvador y ya no pude dejar de estudiarla. La idea central de
esta forma de planeamiento estratégico es que el futuro no existe, sino que es
una construcción colectiva y, por lo tanto, el fruto de decisiones anteriores.
Hoy, por ejemplo, estamos viviendo en un futuro basado en nuestras decisiones
del pasado.
Si adoptamos ese punto de
vista, es sencillo darse cuenta de que, a partir de lo que ya sabemos que está
ocurriendo y va a ocurrir en futuro cercano, podemos imaginar distintos tipos
de futuro posibles que serán el resultado de nuestras acciones. Estos futuros
posibles se llaman futuribles y sobre ellos se está trabajando en las grandes
empresas y en muchísimos gobiernos del mundo.
……….
Pondré simplemente algunos
ejemplos para que se comprenda mejor mi propuesta. (…) las regiones
privilegiadas como Latinoamérica, en la que se encuentra el 31 % del agua
potable del planeta, deben pensar cómo preservarla y cómo aminorar los efectos
perniciosos de los cambios climáticos que azotan la región. Es decir, si
elegimos un futuribles donde el agua será un bien preciado, debemos empezar a
protegerlo.
La población del mundo se
calcula hoy en 7.300 millones de personas y crecerá a 9.700 millones hacia
2050. De ellas, y por primera vez en la historia de la humanidad, más de la
mitad vive hoy en ciudades. La megaurbes, del estilo de Tokio, México DF, San
Pablo o Buenos Aires, son cada vez más inviables a partir de los problemas de
contaminación, energía y hacinamiento que producen. Países como la Argentina,
con abundante superficie y solamente 14 habitantes por km2, están en una
posición privilegiada para elegir un futurible en el que los habitantes vivamos
en ciudades más pequeñas, distribuidas en todo el territorio nacional. Para
eso, tanto el Estado nacional como los Estados provinciales y sobre todo las
municipalidades deben realizar un esfuerzo consciente, coordinado y sostenido,
generado las condiciones para que las personas encuentren trabajo, salud,
servicios y calidad de vida en sus lugares de residencia y no tengan que
trasladarse a vivir en las periferias de una megaurbe para encontrarlos.
La automatización y la
robotización del trabajo conllevan numerosos beneficios para las empresas y los
usuarios, y mejoran el crecimiento económico general de los países. La
contracara de estos avances será el desempleo. Según los estudios realizados,
siete de cada diez empleos actualmente existentes no existirán en los próximos
veinte años. Y se crearán cinco. Pero ninguno de los siete desocupados podrá
optar por uno de los cinco nuevos lugares por falta de capacitación. Una vez
más han de ser los Estados los que elijan un futurible en el que la gente esté
preparada para los cambios esperados, adquiriendo nuevas habilidades con alta
demanda y en sectores que no pueden ser dispersados por el impacto de la
automatización.
Esto compromete fuertemente a la educación y a los sistemas de
redistribución de ingresos, por eso, en muchos países como EE.UU., Finlandia,
Canadá y Suecia se están implementando planes piloto de Renta Básica Universal,
que consisten en la entre a las familias de una cantidad fija en efectivo que
cubra las necesidades más elementales sin ningún tipo de contraprestación.
……………….
Sólo falta que todos,
empezando por los que tienen responsabilidades de conducción y liderazgo,
estemos a la altura de las exigencias. (…)
Lamentablemente, la
Argentina corre en este rubro con retraso. Pero a no bajar los brazos. Si
abandonamos las guerritas estériles en las que nos enredamos a cada rato y
ponemos la mira en los grandes objetivos, estamos a tiempo todavía de construir
futuribles que les garanticen a nuestros hijos y nietos un país mejor.
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