jueves, 21 de diciembre de 2017

LA HYBRIS EN LA POLÍTICA

       

                                      Alberto Buela (*)

Hoy hemos llegado, respecto del Estado a lo que los griegos denominaron la hybris, la desmesura. Que era para ellos el peligro más grande que podía sufrir la polis, la ciudad-estado.
Porque la desmesura transformaría la polis en tribus, tal como sucedía con los bárbaros.
Hoy hemos logrado tener un Estado desmesurado, esto es sin ninguna media o pauta de comparación con nada. La desmesura se instaló con sus 22 ministerios, 88 secretarias, 208 subsecretarías, 647 direcciones nacionales, 689 subdirecciones nacionales, 120 entes descentralizados.

Todo ello sin contar los Estados provinciales que son 24 y que han multiplicado veinte veces sus reparticiones. En la Capital Federal, que ahora es un Estado provincial, se creó hace muy poco una dirección de bici-sendas. Todo ello hace una masa de aproximadamente 25.000 funcionarios que ganan un promedio de 80.000 pesos mensuales. Aunque hay sueldos como el del intendente de Azul que gana más de $ 100.000.

El problema de la desmesura estatal no es solo la cantidad sino las consecuencias que produce: la inoperancia y la delicuescencia del Estado.
La inoperancia la padecemos los ciudadanos todos los días y en todos los ámbitos: falta de seguridad, de atención médica, de educación. Las tres funciones básicas que se atribuyen al poder ejecutivo en una versión y visión liberal del Estado.

Hoy día nosotros vivimos bajo un Estado que dejó de ser liberal, esto es, de ocuparse de estas tres funciones básicas y pasó a ser neoliberal, esto es, puso al Estado al servicio del mercado con lo cual estas tres funciones se transformaron en gasto y no en inversiones.
Al no dar solución a los problemas sino limitarse solo a administrarlos, en una campaña mediática formidable, atribuye la inseguridad a la incapacidad del poder judicial y sus jueces y fiscales. Atribuye las carencias en salud a la falta de dedicación de los médicos y el desatino educativo a la ingerencia de los sindicatos del sector.

Esta transferencia de responsabilidades radica en la no asunción de sus propias responsabilidades como lo son: que los funcionarios funcionen. Que cumplan acabadamente con su tarea, que trabajen con idoneidad, que se preparen para ello y no sea una simple y bien rentada salida laboral.
La hybris, el mayor mal que puede padecer una polis, según los griegos, muestra en nuestros Estados modernos su mayor contradicción en la utilización indebida de la fuerza.
Vamos a explicarnos. El Estado se reserva para si el uso de la fuerza, tanto militar como policial, para poder someter en caso de necesidad al individuo o a los grupos a la universalidad de la ley. Pero la hybris, al producir la lenta disolución del Estado a través del mal funcionamiento de sus aparatos y de sus funcionarios, logra transformar la fuerza, siempre útil y necesaria, en violencia. Esto es, aquel poder que va contra el curso natural de las cosas. El poder que se ejerce contra la propia tendencia de los entes.
La fuerza está apoyada en la ley, la violencia trastoca de manera abrupta la ley natural de las cosas. Esta transformación de la fuerza en violencia es la contradicción más ostensible que produce la hybris en la política.

¿Si en un Estado equilibrado es difícil establecer cuándo y cómo aplicar la fuerza, se imaginan lo dificilísimo que debe ser determinar su uso en un Estado desmesurado? ¿Qué funcionario está en condiciones de establecer el límite a la pregunta del filósofo Carnéades: qué es lo último de lo poco y la primero de lo mucho para intervenir? Ninguno, pero no porque sean malos sino porque no se han preparado.
Claro está, son incapaces de sentir que les hacemos falta, dijo Heidegger, cuando le preguntaron por los gobernantes de su tiempo.

















sábado, 16 de diciembre de 2017

DERECHOS HUMANOS


QUE RECORTAN LA MEMORIA

El plan de acción anunciado por Claudio Avruj debió haber impulsado una reconciliación sincera edificada sobre la verdad integral para sanar el tejido social

La Nación, editorial, 16 DE DICIEMBRE DE 2017


El presidente Mauricio Macri encabezó el acto en el que el secretario Claudio Avruj anunció el Primer Plan de Acción de Derechos Humanos 2017-2020. El documento publicado comprende varios capítulos y políticas referidas a derechos colectivos, igualdad, no discriminación y reducción de la violencia. Pero sin duda la mayor expectativa se concentró en el capítulo titulado "Memoria, Verdad y Justicia".

En efecto, al conocerse este título se abrió la expectativa de observar avances hacia la pacificación y reconciliación, con el reconocimiento hacia las víctimas ocasionadas por los grupos terroristas que iniciaron y sembraron violencia y muerte en los años setenta. Pero no fue así. El plan no hace ninguna mención de estas víctimas, cuyos familiares siguen clamando el reconocimiento que legítimamente se les debe. Su contenido, por el contrario, parece surgido de la pluma de quienes aspiran a profundizar el empleo del brazo de una justicia parcial para seguir enjuiciando y condenando exclusivamente a militares, policías y gendarmes. 

En este plano de profundizar la condena hacia ellos, el gobierno nacional ha confirmado que continuará querellando y que no intenta atender los derechos humanos de las víctimas inocentes de los grupos subversivos armados. Nada dice ni plantea sobre el carácter de lesa humanidad que la jurisprudencia internacional adjudica a los crímenes de organizaciones armadas, que además contaron con apoyo y entrenamiento externo.

Los argentinos siguen divididos respecto de su visión acerca de lo sucedido en los años setenta. Subsiste una grieta conceptual que constituye un obstáculo para alcanzar la necesaria reconciliación de nuestra sociedad.

Durante los doce años en los que los Kirchner ejercieron la primera magistratura, el discurso oficial se caracterizó por una interpretación ideologizada y alejada de la verdad de aquellos hechos. La denominada política de derechos humanos abandonó los principios éticos que debían caracterizarla y fue empleada para lograr espacio político y una artificial cobertura moral para el ejercicio corrupto del poder. Desde el gobierno y en las escuelas se difundió y todavía se mantiene, un relato sobre los setenta que presenta a los grupos terroristas como jóvenes idealistas y a la represión como una acción requerida para acallar la resistencia social frente a políticas económicas impuestas por supuestos perversos poderes económicos.

Con esa falsa presentación de la verdadera historia, se ignora a las víctimas ocasionadas por los Montoneros, el ERP y otros grupos armados. Se omite decir que estos grupos actuaron también contra gobiernos constitucionales, y se ignora que entre 1970 y 1973 hubo un fuero judicial que los juzgó y condenó, otorgándoles todas las garantías para su defensa.

El relato tampoco recuerda que en mayo de 1973 ese fuero fue disuelto por el gobierno de Héctor Cámpora, y que los terroristas amnistiados retomaron las armas y procedieron a vengarse de los jueces que los habían juzgado y condenado.
Puestas a combatir aquel terrorismo desbordado que pretendía hacer de la Argentina otra Cuba, las Fuerzas Armadas fueron reclamadas por el poder civil para aniquilar el accionar subversivo. Este se desarrollaba por combatientes sin uniforme, que actuaban clandestinamente en organizaciones celulares, en ámbitos principalmente urbanos.

Lamentablemente, tanto el gobierno constitucional como las cúpulas militares descreyeron en 1975 que el camino pudiera ser nuevamente el de recrear un fuero judicial. La respuesta al requerimiento de aniquilamiento llevó a que las Fuerzas Armadas cometieran desde el Estado crímenes aberrantes. Ciertamente esto no puede convalidarse, pero no por ello hay que olvidar los crímenes y delitos cometidos por los movimientos subversivos.

Sin embargo, los integrantes de esos grupos terroristas se mantienen impunes y han recibido cuantiosas indemnizaciones, e incluso han llegado a ocupar cargos de gobierno, pese a la enormidad de sus repudiables conductas. Entre 2011 y 2016, las indemnizaciones sumaron algo más de 4000 millones de dólares. Se estima que en total, desde el inicio y hasta que se satisfagan todos los reclamos, alcanzarán 11.200 millones de dólares. Para continuar lo que alguien denominó "el curro de los derechos humanos", aún hay varios miles de solicitudes bajo análisis.

Mientras tanto, desde que se llevó a cabo la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, se impulsaron y se continúan abriendo cientos de causas judiciales contra miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad, así como también civiles.

En la actualidad hay alrededor de 2000 presos, de los cuales 1430 aún no tienen condena y 728 de ellos han excedido holgadamente el tiempo admitido de prisión preventiva. Ya han fallecido 428 en prisión, de los cuales 424 tenían aún prisión preventiva. En gran parte de estos juicios hay denuncias de testigos falsos y se manipulan las pruebas. Ha sido frecuente la realización de audiencias y juicios orales en teatros o grandes locales en los que se convoca a multitudes vociferantes.

Esas irregularidades deberían investigarse a fondo, incluyendo tanto lo actuado desde la conducción política como desde el accionar de la Justicia. En particular deberá revisarse la conducta de algunos jueces y fiscales, cuya labor fue contraria a la imparcialidad.


El Plan de Acción de Derechos Humanos 2017-2020 debería impulsar como objetivo central, una reconciliación sincera edificada sobre la verdad objetiva y la justicia. Se trata nada menos que de sanar el tejido social y así hacer posible avanzar en paz hacia un futuro común.

domingo, 3 de diciembre de 2017

MAPUCHES RICOS


Un grupo mapuche ya recibió del Estado más de 100 millones

Por Silvia Mercado
Infobae, 3 de diciembre de 2017

En la compleja diversidad de grupos mapuches de la Patagonia argentina hay comunidades pacíficas integradas (Paynemil, en Neuquén), algunas que usurpan territorios pero tienen el reclamo en una instancia institucional (Atilio y Rosa Curiñanco, que ocupan "tierras de Benetton"), otras altamente violentas y conectadas con grupos chilenos (el Pu-Lof de Cushamen, de la RAM, que está relacionada a la CAM), algunas promovidas por sectores kirchneristas (es el caso de la  familia que usurpó territorio junto al Lago Mascardi, impulsada por los Vaca Narvaja) y otros que directamente realizan negocios con prácticas extorsivas.

Es el caso de la comunidad Kaxipayiñ, liderada por el cacique Gabriel Cherqui, que se traslada en vehículos 4 x 4 de alta gama, usa como celular un iPhone último modelo y logró que el Estado argentino le aportara 111 millones de pesos en los últimos tres años, 24 millones en el 2014, 32 en 2015 y 55 millones en 2016. Antes viajaba en Audi, según dice la gente del lugar. Es el líder de la Confederación Mapuche de Neuquén, que no tiene autoridades constituidas desde 2011.

Se trata de un caso grave, porque a través de ramificaciones ya está afectando la producción de la zona, no solo en la exploración de petróleo, sino de manzanas, ganadería, vinos. Los tentáculos de este grupo llegaron a Trataren, una zona desértica de 1800 hectáreas que se volvió altamente productiva gracias al riego, donde otra familia supuestamente mapuche usurpó tierras donde está la boca de agua.
Lo que consignó el diario Río Negro, el 18 de mayo pasado, es que Diego Rosales y Martín Mardones comenzaron lo que denominaron su "reafirmación territorial", con el apoyo de la Confederación Mapuche, asegurando que "vinimos a vivir acá mucho antes de que esta nueva conquista petrolera llegara".  El pasado 19 de setiembre fueron desalojados por la policía local, pero los productores de frutales, bodegas y feedlot temen que vuelvan (pasó en otras ocupaciones) y que peligren sus inversiones.

Según la información que pudo obtener Infobae, Kaxipayiñ obtuvo para el año 2017 la oferta de recibir 1.4 millones de pesos por pozo, es decir, que alcanzaría a 19,6 millones en total, ya que tiene 14. Pero Cherqui triplicó la apuesta y pidió 5 millones por pozos, buscando totalizar 70 millones. Le pareció una cifra razonable en relación a lo que había cobrado en el 2016, sumado la inflación. YPF ya no se aceptó la escalada de extorsiones, hizo público por primera vez el conflicto, se retiró de la negociación y suspendió su proyecto productivo.

Cherqui es un personaje parecido a Omar "Caballo" Suárez, el sindicalista que hoy está preso en la cárcel de Ezeiza. Es dueño, a través de su esposa Valeria, de la empresa  La Lata SRL, con la que fue durante años  subcontratista de YPF. En el 2013 creó otra empresa, la firma Belcher. Para las tareas de saneamiento obliga a que se contrate la consultora, Femun, vinculada a políticos y sindicalistas de la provincia, por la que -hasta el año pasado- cobraron más de 9 millones de pesos. Y maneja otros negocios,  como el estacionamiento frente a la planta de gas TurboExpander y "peajes" adentro de los territorios de su comunidad.

Para permitir el ingreso de dos equipos de perforación a una zona comunitaria reclamó 50 millones de pesos adicionales. Fue el momento en que las nuevas autoridades de YPF consideraron que se trató de la gota que rebalsó el vaso. Hoy esos equipos están parados, perjudicando a la provincia de Neuquén, que podría perder en concepto de regalías más de 130 millones de pesos en los próximos dos años.

El argumento que utiliza Cherqui, por supuesto, es que viven en "territorios afectados por la contaminación de la actividad petrolera", lo que llama la atención por varias razones. Primero, porque antes de que hubiera interés económico en el área no vivía ahí, luego porque impidieron toda tarea de saneamiento.

Lo insólito es que YPF logró sanear 370.000 metros cúbicos de suelos en los últimos 5 años en el área donde se encuentra otra comunidad mapuche, mientras que en el área de los Kaxipatiñ solo pudo sanear 4.170 metros cúbicos de suelo en el mismo período.

Algo similar sucedió cuando comenzó a desarrollarse el proyecto de Loma Campana en Vaca Muerta, con Chevron. No había en la zona reclamo alguno, ni asentadas comunidades en la zona, y se trataba de tierras fiscales. Pero volvió la familia Campo, que había dejado el lugar hacía 40 años y nunca había dicho que era mapuche, y está en una posición similar a la de la comunidad Kaxipauiñ, aunque con pocas posibilidades de ejercer ya la misma extorsión.

Es que cambiaron los responsables del área de superficiarios de YPF, y ahora están convencidos de que las indemnizaciones deben regirse según la tabla que fue realizada por la Secretaría de Energía y la Secretaría de Agricultura, y no por esos valores exhorbitantes que se pagaron hasta el año pasado.

De hecho, YPF  no solo se negó a pagarle a la consultora Femun la última factura que presentó, sino que lo puso en un comunicado: "sus honorarios están muy por encima del promedio del mercado y se acrecientan a medida que más largo de hace el proceso de remediación y más muestras de laboratorio son requeridas". También paró el proyecto de perforación después de que Cherqui pidiera 5 millones de pesos por pozo cuando, según lo que estipula la tabla, se deberían pagar 700 pesos a esos efectos.


No va a ser nada sencillo salir de este embrollo. A los problemas sociales, la desigualdad y la falta de educación de sectores postergados que parecen confinados a guetos de los que no quieren salir ("para muchos políticos es más fácil regalarles la leña para que pasen el invierno antes que enseñarles a conseguirla por ellos mismos", dijo una de las fuentes), se le suma la vocación antisistema de sectores altamente politizados que cruzan demandas de derechos humanos con ambientales y ancestrales y logran importante respaldo en gente de buena fe de las grandes ciudades.

Pero algo más. Cualquier propietario responde con sus propios bienes ante un juicio contra YPF, por ejemplo. No es el caso de los bienes comunitarios, que son inembargables e inajenables, porque no le pertenece a ninguna persona física, sino a una comunidad. Es una legislación que hace justicia con comunidades que fueron condenadas a la marginación a la largo de la historia, pero que es aprovechada espuriamente por individuos que un día se ponen una vincha y un poncho y salen hacer negocios personales.


¿Cómo resolverlo? El problema mapuche hoy parece restringido a un problema de seguridad y es la expresión de un Estado que no se involucró en la resolución de los problemas sino que, más bien, parece que por acción u omisión, no hizo más que hacerlos cada vez más grandes. Veremos qué pasa una vez que el Ministerio del Interior convoque a los gobernadores de Chubut, Neuquén y Río Negro a discutir en serio este asunto. Tal vez sea el primer paso de algo que tardará años en resolverse. 

martes, 28 de noviembre de 2017

¿PUEBLOS ORIGINARIOS?



Los miembros del Lof Lafuken Winkul Mapu que ocuparon las tierras linderas al Lago Mascardi pertenecientes a Parques Nacionales fueron guiados hasta allí por una “machi” de entre 16 y 19 años. El “machi” es la principal figura religiosa y médica para la comunidad mapuche. Por tanto, esta chica fue quien guió y determinó que tierras debían ocupar a partir de una supuesta visión que tuvo. (Radio Mitre, 27 noviembre, 2017)

El Parque Nacional Nahuel Huapi, fue creado en 1934 por Ley 12.103. Desde hace 83 años nunca existió un reclamo sobre estas tierras...

sábado, 18 de noviembre de 2017

DESPUÉS DE LA GLOBALIZACIÓN: ¿UN NUEVO ORDEN MUNDIAL?


La Nación, 18 DE NOVIEMBRE DE 2017

Abel Posse

El reciente discurso de Trump en las Naciones Unidas sorprendió a los politólogos como la expresión de un orden mundial que explica la actitud rupturista y polémica que va más allá de lo temperamental. En su arenga pronunció más de una docena de veces la palabra "soberanía". Presentó principios que sorprendieron y que confirmaron una ruptura con la estrategia de la globalización.

Trump preconizó que cada pueblo debe "pensar primero en sí mismo". Cada uno en su cultura y sus circunstancias, con sus valores y en su camino soberano de prosperidad, seguridad y en sus creencias. Trump repitió varias veces estos conceptos y los rubricó con una recomendación del sentimiento de patria y de nación. A esto se suman sus declaraciones contra el libre comercio y contra la globalización. Pero este discurso en la ONU conlleva un diseño de estrategia mundial que coincide, en aspectos esenciales, con el libro y las ideas recientes de Henry Kissinger, El orden mundial. La idea central de un orden pacificador surge, para Kissinger, de los principios de la Paz de Westfalia (1648). Tratados surgidos de representantes de los pueblos europeos que se habían desangrado en guerras de exterminio entre cristianos protestantes y católicos. Decenas de principados que al vencer la batalla "religiosa" también se apoderaban de tierras y riquezas del vencido. La única solución era controlar las aspiraciones estratégicas mutuas recurriendo a la idea de soberanía. Se creaba un sistema en el que los príncipes y sus pueblos convivirían con un mutuo reconocimiento riguroso entre sus principados, respetando sus creencias religiosas y formas de vida y sus riquezas, sin entrometerse. Europa estaba harta de la guerra infinita (30 años) entre cristianos (olvidados de la esencia cristiana) y encontraron en las autonomías soberanas el dique que necesita la paz.


En su libro, Kissinger señala que durante el siglo XX los imperios terminaron en el "equilibrio del terror" de la Guerra Fría y en bloques de naciones más o menos sometidas. Hoy vivimos una multipolaridad desorganizada, peligrosa, tal como la denuncia el papa Francisco. El universalismo, ahora globalismo, se impone desde lo externo y nos modifica por dominación tecno-mercantilista, es origen de la actual subculturización en un mundo occidental que perdió los códigos de su espiritualidad y de su ética. Las cosas progresan y brillan, nuestro panorama humano es decadente. La diversidad no puede seguir dando su aporte imprescindible. El sentimiento y el amor de patria y terruño nos parece prescindible hasta que no lo tenemos y encontramos la nada.

El jefe del imperio más poderoso, consciente tal vez de los otros tres imperios capaces de sustituir la beligerancia por un nuevo orden, recomendó la propia verdad de las naciones, como partes movidas por su propia fuerza creadora desde sus culturas (invadidas) y sus gobiernos irrelevantes ante la política mundial. ¡Nosotros primeros! Es el grito de invitación casi revolucionario para tanto sometido.


El académico y profesor de la Universidad de San Pablo Abraham Lowenthal publicó recientemente un artículo ligando el discurso de Trump con la irrelevancia ante el mundo de América latina, incluyendo sus países mayores: México, Brasil y la Argentina. Dependientes y cobardes para ser y para conjugar sus soberanías en una tarea de volcarse hacia lo propio, a sus culturas, riquezas, creencias y estilos. Como Mangabeira Unger, otro gran politólogo brasileño, cree que los países de nuestra América deben aprovechar esta circunstancia de reordenamiento mundial.

El presidente de Francia, Macron, inició también su gobierno con un discurso cuyo centro estuvo en el fortalecimiento de la soberanía y de conjugar la de Francia con la de Alemania, para un resurgimiento de ese imperio debilitado, pero imprescindible y fundamental que es la Unión Europea.


Pese a sus contradicciones, el discurso de Trump es un llamado revitalizador de la parte dormida del mundo donde los argentinos estamos, pese a nuestro pasado, tan alto que nos parece un futuro inalcanzable.

Transciende la política norteamericana y busca una clave de paz mundial: no entre estados transculturizados y económica y políticamente sometidos, sino entre naciones orgullosas de su ser y de su destino. Pero lo que ocurre es que el factor de dominación y dependencia supera hoy la realidad de los estados medios y menores. El esquema de Trump es contradictorio, al menos por ahora, con el poder imperial de Estados Unidos. Son muchos los países que parecen renunciar a su perfil nacional, a su calidad de vida y su cultura como alimento de su particularidad. Pero cabría preguntarse qué destino podrá tener el llamado a una política grande, pronunciado por Trump en las Naciones Unidas. No fue un simple enunciado, sino un llamado para un cambio civilizatorio.

El tema de la decadencia vital de Occidente, pese a sus enormes dones culturales y su historia, parece llevar a Trump y su partido a una estrategia de refortalecimiento de energías de las naciones soberanas, como ocurrió a partir de los compromisos de Westfalia, cuyos reflejos alcanzaron a las Tres Américas que resurgieron de este impulso con las emblemáticas figuras de Washington, Miranda, Bolívar y San Martín.

Kissinger pensaría que ahora, como entonces, correspondería liberar las fuerzas de autenticidad nacional de ese leviatán fagocitador de la llamada "globalización" (cuyos dueños ocultan sus rostros).


Por ahora, sin embargo, vemos proliferar soberanías nominales absorbidas por un omnímodo poder financierista mundializado que condiciona culturas, tradiciones de vida y orgullo existencial. Hasta China después de Deng Tsiaoping parecería más feliz con su actual máscara capitalista que con la del maoísmo duro y fundacional.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

12 DE OCTUBRE, SEGÚN YRIGOYEN Y PERÓN


Por Aníbal Hardy

Parlamentario.com, 10 de octubre de 2016

Hace 524 años, el 12 de Octubre de 1492, un genial navegante español avistó el primer pedazo de tierra americana, desvelando a los ojos de la vieja Europa las maravillas de un Nuevo Mundo. Pese a que la presidente Cristina Kirchner cambió el nombre de Día de la Raza, hoy se denomina el “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”, decisión realmente desacertada, ya que al rebautizar esta fecha se estaría despreciando la historia, que con tanta sangre y sacrificio constituyeron los pilares irrenunciables de nuestra nacionalidad. 
Muchos militantes del Movimiento Nacional, hoy todavía dispersos y cansados de ver tergiversada hasta la historia más cercana, sostenemos con firmeza al 12 de Octubre, como “El Día de la Raza”, instituido por el expresidente Yrigoyen, reafirmado por Frondizi y ratificado por Perón, al decir de este último, “nuestro porvenir esta enraizado en el pasado”.

El Decreto del dos veces presidente Hipólito Yrigoyen, del 4 de octubre de 1917 reconoce taxativa y sabiamente las raíces de nuestra Argentinidad, cuando declara Fiesta Nacional el 12 de octubre, al decir: 

“El descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu” … "Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana…”

Mediante un discurso memorable, el Teniente General Juan Domingo Perón en la Academia Argentina de Letras, el 12 de Octubre de 1947, ratificó nuestra nacionalidad, al expresar entre otros conceptos irrefutables: 
…“Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros es algo puramente espiritual. Constituye una suma de imponderables que hace que nosotros seamos lo que somos y nos impulsa a ser lo que debemos ser, por nuestro origen y nuestro destino…” “Para nosotros, la raza constituye nuestro sello personal, indefinible e inconfundible. Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad.”… 
“Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental. Su empresa tuvo el signo de una auténtica misión…” Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de “atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”…

El General Perón, resumió el alma de nuestra Nación arraigada en nuestra historia al recalcar: “Son hombres y mujeres de esa raza los que en heroica comunión rechazan, en 1806, al extranjero invasor, y el hidalgo jefe que obtenida la victoria amenaza con “pena de la vida al que los insulte”. “Es gajo de ese tronco el pueblo que en mayo de 1810 asume la revolución recién nacida; esa sangre es la que vence gloriosamente en Tucumán y Salta y cae con honor en Vilcapugio y Ayohuma; es la que anima el corazón de los montoneros; es la que bulle en el espíritu levantisco e indómito de los caudillos; es la que enciende a los hombres que en 1816 proclaman a la faz del mundo nuestra independencia política; es la que agitada corre por las venas de esa raza de titanes que cruzan las ásperas y desoladas montañas de los Andes, conducidas por un héroe en una marcha que tiene la majestad de un friso griego; es la que ordena a los hombres que forjaron la Unidad Nacional, y la que aliente a los que organizaronla República; …; de esa raza es ese pueblo, este pueblo nuestro, sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne, heroico y abnegado pueblo, virtuoso y digno, altivo sin alardes y lleno de intuitiva sabiduría,…”

La lectura de estos notables documentos históricos, de auténticos políticos de raza, conforta el ánimo de los militantes del Movimiento Nacional, poniendo en claro que somos de la misma estirpe, el pueblo anterior a la independencia, y el posterior a la misma, es el mismo que luego sustentará la futura Unidad Nacional. Esperemos que en este día, los inquilinos de la Casa Rosada asimilen, lo que sintetizó otro gran presidente, el Doctor Arturo Frondizi: “…que los argentinos somos al mismo tiempo, protagonistas y herederos de la historia, de toda la historia, sin mutilaciones y sin retaceos…”.


Anibal Hardy es diputado nacional (MC) Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) Formosa / 1991/95

lunes, 11 de septiembre de 2017

EL INSPIRADOR DE LA CONSTITUCIÓN DE 1949



Pablo S. Otero
La Prensa, 10.09.2017

La cercanía de Sampay con el peronismo comenzó tras su ingreso, en 1944, a la Cátedra de Derecho Político de la Universidad de La Plata.
Con esta investigación, Raanan Rein (historiador israelí) y Claudio Panella, ambos con una extensa trayectoria dedicada al estudio del peronismo plasmada en varias obras, presentan el segundo tomo sobre la actuación de la segunda línea de liderazgo durante el primer peronismo.

El primer volumen, publicado en 2013 por Eduntref, estuvo dedicado a dieciséis personalidades que contribuyeron de manera decisiva al nacimiento y consolidación del justicialismo: Carlos Aloé, Angel Borlenghi, Juan Bramuglia, Héctor Cámpora, Ramón Carrillo, John W. Cooke, Delia Paradi, José Espejo, José Figuerola, José Gelbard, Domingo Mercante, Miguel Miranda, Roberto Pettinato, Juan Pistarini, Alberto Teisaire y Juan Velazco.

En este nuevo trabajo, fueron trece los funcionarios elegidos que en conjunto -sostienen Rein y Panella, los compiladores de los diferentes trabajos reunidos en Los indispensables (275 páginas) publicado recientemente por la Universidad Nacional de San Martín- permiten observar entramados políticos, interrelaciones personales, modos de gestión, rivalidades internas y formas de adhesión a Perón.

Hay entre estos integrantes de la segunda línea de liderazgo dirigentes gremiales como Luis Gay, Cipriano Reyes, José Freire, y Eduardo Vuletich; personalidades provenientes del ámbito universitario y académico como Ricardo Guardo, Oscar Ivanissevich, Armando Méndez de San Martin, Arturo Sampay y Alfredo Gómez Morales; políticos de carrera como Juan H. Quijano y Jerónimo Remorino; y militares como Franklin Lucero y Juan San Martín.

Uno de los personajes más destacados de esta investigación, y a veces olvidado y poco reconocido de manera injusta, es Arturo Sampay, considerado como uno de los mentores de la denominada "Doctrina Justicialista" y alma intelectual de la Constitución de 1949. El capítulo dedicado al intelectual corresponde a Santiago Regolo (sociólogo de la UBA e historiador de la USAL) quien presenta una completa biografía, el aporte que realizó al peronismo y la conflictiva relación dentro del propio partido.

ENTRERRIANO Y ABOGADO

Arturo Enrique Sampay había nacido el 28 de julio de 1911 en Concordia, Entre Ríos. Una de sus primeras y determinantes influencias que recibió fue la de su tío abuelo, el sacerdote Carlos Sampay, quien posibilitó el acercamiento al latín y el griego, y, sobre todo, a la filosofía de Santo Tomás de Aquino y otros pensadores que fueron formando las bases de su pensamiento filosófico-político.

En 1936, a los 25 años, se doctoró en abogacía en la Universidad de La Plata y viajó por Europa para participar en diferentes clases con los intelectuales de moda como Jacques Maritain.
Su primer escrito jurídico fue en 1936 dedicado a explicar la reforma constitucional de Entre Ríos de 1933. "En este primer trabajo -explica Regolo- ya podía observarse la mirada crítica de Sampay al liberalismo desde el pensamiento tomista del bien común y la Doctrina Social de la Iglesia. Retomando las concepciones vertidas en las Encíclicas papales Rerum Novarum y Quadragesimo Anno de los papas León XIII y Pío XI respectivamente, el jurista entrerriano señalaba, según su óptica, el agotamiento de la filosofía liberal como fundamento de la norma constitucional. En su opinión, la organización del Estado debía reorientarse hacia concepciones de tipo social como base del orden político-económico".

Este análisis se verá profundizado y más ampliamente desarrollado en sus próximas obras: La doctrina tomista de la función social de la propiedad en la Constitución Irlandesa de 1937 (1940) y La crisis del Estado de Derecho Liberal-Burgués (1942), donde estudió las nuevas formas del estado surgidas durante el siglo XX, como el corporativismo portugués de Oliveira Salazar, que consideraba un modelo.

Para Sampay, el Estado debía ser un garante del bien común y un conductor del orden social, que, como resultado de una construcción histórico-social, debía intervenir y responder a las afectividades, necesidades y valoraciones del cuerpo social.

Toda forma política concreta, según Sampay, se corresponde con una determinada cosmovisión que, para ser completa, sólo puede ser dada por la Teología como complemento que "impregna el núcleo ético de sus disposiciones funcionales". Estas consideraciones lo ubicaban en la vereda de enfrente de la concepción liberal que propone un estado neutral y recortado a las esferas individuales.

En 1944 ingresó a la Cátedra de Derecho Político de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata, donde también comenzó a frecuentar el Seminario Mayor y entablar una relación de amistad con monseñor Octavio Derisi, fundador de la Universidad Católica Argentina. Además comenzó su cercanía con el peronismo. El coronel Perón, en pleno ascenso de poder y popularidad, estaba al tanto de sus escritos y lo llamaba el "eminente profesor universitario".

En 1945 fue nombrado subasesor del gobierno bonaerense y luego Fiscal de Estado, cargo en el cual fue ratificado tras la asunción del gobernador Mercante. A fines de 1948 fue electo convencional constituyente por Buenos Aires por el bloque peronista para reformar la Constitución de 1853. También presidió la Comisión de Estudio del Anteproyecto de Reformas a la Constitución, encargada de elaborar el texto que finalmente fue sancionado. Sampay fue el principal orador durante la Asamblea Constituyente.

Sus discursos elevaban "el debate a una cuestión política y hasta filosófica. Retomando las concepciones aristotélicas, marcaba la importancia de la Constitución como el orden creado para asegurar el fin perseguido por una comunidad política".

REFORMA

El jurista entrerriano argumentaba, en el proyecto presentado, que el avance del capitalismo moderno, al escindirse de la esfera religiosa y por lo tanto de su matriz ética, fue imponiendo su lógica instrumental en el resto de las diferentes esferas (políticas, sociales, culturales) legitimando moralmente el lucro ilimitado y la usura. La reforma constitucional, en definitiva, buscaba reestablecer una vida económica signada por una ética económica cristiana.

Esta postura con los años fue conocida como Constitucionalismo Social basado en la cosmovisión cristiana y en la filosofía política clásica de los grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Cicerón, San Agustín y Tomás de Aquino, la cual fue sistematizada contemporáneamente por la Doctrina Social de la Iglesia.

Alberto González Arzac, discípulo y el principal biógrafo de Sampay, sostiene que la Constitución de 1949 estuvo entre las pioneras del constitucionalismo social ya que incluyó capítulos consagrados a los derechos especiales del trabajador, de la familia, de la ancianidad, de la educación y de la cultura. Aprobada la nueva Constitución, en marzo de 1949, Sampay viajó a Europa para presentarla, en persona, a líderes del viejo continente como De Gaulle o Salazar.

Sin embargo, en pocos años, Sampay pasaría del reconocimiento a la persecución y exilio. El motivo, posiblemente, haya sido la aprobación del polémico artículo 40 (sobre la actividad económica, recursos naturales y servicios públicos) sin el consentimiento de Perón, quien recibía la presión internacional por el sistema de expropiaciones e indemnizaciones. En 1952, apenas asumió el nuevo gobernador Carlos Aloé, Sampay fue acusado por manejo incorrecto en las expropiaciones y se le inició un juicio político.

Finalmente fue destituido como Fiscal de Estado e inhabilitado para ejercer cargos públicos. Se debió exiliar primero en Paraguay, gracias a la ayuda del cardenal Copello, luego en Bolivia y, por último, en Montevideo. Tras la revolución de 1955, que derrocó a Perón, fue proscripto al igual que sus obras.
La reforma de 1957 que derogó la Constitución de 1949 volviendo a implementar una matriz liberal, fue duramente criticada por Sampay en el exilio.

Cuando el peronismo regresó al poder en 1973, él volvió a las aulas, fue designado conjuez de la Corte Suprema y asesor presidencial. Tras el golpe de 1976 volvió al olvido y falleció en La Plata el 14 de febrero de 1977.

EL LEGADO

Por un lado, se puede afirmar que Sampay fue una de las figuras más destacadas que colaboraron en el surgimiento del cuerpo político, filosófico e institucional del primer peronismo, incorporando las ideas de una época que enfrentaba la decadencia del liberalismo.


Y por otro lado, resulta oportuno recordar, como conclusión, las palabras de monseñor Derisi, quien sostuvo que a Sampay le debemos "una de las más auténticas contribuciones de nuestro tiempo para esclarecer filosóficamente -en su faz ontológica y gnoseológica sobre todo- la sociología tomista del Estado. La contribución de Sampay es haber incorporado todos los auténticos aportes de las distintas teorías del Estado a la luz de aquellos principios de la Philosophia Perennis (o escolástica) en un admirable cuerpo de doctrina, en donde aquellos logran su auténtico valor".