martes, 30 de agosto de 2022

EUGENIO BURZACO

 


 “Grupos mapuches violentos se quieren quedar con parte de nuestro territorio”

 

Facundo Chaves

 

Infobae, 30 de Agosto de 2022

 

El ex funcionario y especialista Eugenio Burzaco planteó que el gobierno que surja de las elecciones del año que viene debería impulsar una reforma que permita a las Fuerzas Armadas participar en tareas de seguridad, principalmente en las fronteras y en la custodia de objetivos estratégicos. Además, mencionó entre los principales desafíos que tendrá por delante la nueva administración la amenaza del narcotráfico y la actuación de grupos violentos autoproclamados mapuches.

 

El ex secretario es el responsable dentro de la Fundación Pensar, del PRO, de elaborar un plan de seguridad para poner en marcha si la oposición se impone en los comicios del 2023. En una entrevista con Infobae, advirtió sobre los riesgos del avance narco y de que peligrosas bandas como el brasileño Primer Comando de la Capital (PCC) se asienten en la Argentina.

 

Burzaco advirtió sobre los últimos datos preocupantes en materia de delitos y por eso planteó la necesidad de una reforma integral, que permita entre otras cosas, sumar recursos humanos a las tareas de combate contra el delito organizado. “Estamos a tiempo de controlar esto, pero eso requiere de un fuerte involucramiento del gobierno nacional que es lo que ha evitado el gobierno actual, poniendo permanentemente pretextos para no intervenir en el conflicto de Rosario o en los problemas del gran Buenos Aires”, afirmó.

 

Diez frases destacadas del reportaje

 

1- “Nuestras principales amenazas externas no son Ejércitos armados de un país, son conflictos irregulares, con bandas de narcotraficantes que tienen enorme capacidad de ejercer la violencia.

 

2- “Es innegable la necesidad de involucrar a las Fuerzas Armadas en una acción mucho más coherente, clara, logística en la zona fronteriza”.

 

3- Hay que reformar la ley para que, en el territorio de frontera -como hacen los brasileños, los chilenos, los colombianos- si alguien ingresa irregularmente y si tenés alguna problemática, que las Fuerzas Armadas puedan actuar.

 

4- “El Wallmapu es un país mapuche que abarca un tercio del territorio nacional argentino. Cuando hay un grupo que reivindica con violencia la provincia de Río Negro, Chubut, Neuquén, La Pampa y una parte de la provincia de Buenos Aires como propia, eso es una cosa inaceptable”.

 

5- “Si está en duda la integridad territorial, las Fuerzas Armadas tienen que intervenir. Es parte de su rol dentro del Estado Nacional: preservar la unificación y la integridad territorial”.

 

6- “Lo que hizo el gobierno de Neuquén con los mapuches es un error. Habilitó a plantear ‘como estas son tierras ancestrales, me tienen que pagar un peaje’”.

 

7- “En cada lugar donde haya una mina de litio, donde haya gas, o donde haya petróleo vamos a tener un grupo que se autodenomina lo que fuere, pidiendo que le paguen algún tipo de derecho o peajes. Argentina no está para eso”.

 

8- “Si proyectamos los homicidios de los primeros seis meses del año en Rosario vamos a tener el peor año en materia de homicidios en la historia argentina en Rosario, este año 2022″.

 

9- “Hay zonas del Conurbano que tiene tasas de homicidio similares a las de Rosario. Si vas a Moreno, tenés niveles de criminalidad altísimos”.

 

10- “Este es un gobierno que ha decidido desentenderse de los problemas de seguridad. Pero eso hay que prepararse para un contexto difícil como el que vamos a recibir”.

 

La entrevista completa

 

- ¿Qué opinión tiene como especialista y ex funcionario de la situación de la seguridad en la actualidad?

 

Nosotros tuvimos una experiencia exitosa, la mayoría de las encuestas lo miden así y los datos reales también lo marcan. Tuvimos la tasa de homicidios más baja de este último período de más de 40 años de democracia y una reducción significativa de casi todos los delitos, del 20 al 30 por ciento en la gestión.

 

Lamentablemente en estos tres años que lleva la gestión kirchnerista muchas de las tendencias positivas que hubo durante el gobierno anterior se están revirtiendo nuevamente y vemos un avance no solamente de la criminalidad general sino de la criminalidad organizada, con lo cual hay que readaptar mucho de esos planes y prepararnos para una nueva realidad, que no sé si no va a ser peor que la del 2015, cuando recibimos el gobierno la última vez.

 

- ¿Por qué prevé ese escenario para el próximo gobierno?

 

Por el avance del narcotráfico. Hubo un desplazamiento de los carteles narcos en la región, con una creciente relevancia de los carteles narcos brasileños. Estos hoy dominan buena parte del norte de Paraguay y ya tienen incidencia directa en el noreste argentino, que inclusive se verifica por el incremento de cargas y decomiso de cocaína en el Este del país. Históricamente en el Oeste del país era el lugar de decomiso, sin embargo cada vez más las cargas se decomisan en el Este. La Hidrovía ha sido el puente de salida de cocaína: los dos cargamentos más grandes de la historia que salieron en esta gestión kirchnerista, uno encontrado en Amberes y otro en Hamburgo, salieron de puertos argentinos, atravesando la Hidrovía. Hace unos días se decomisó casi una tonelada y media en Rosario, que iba al Medio Oriente, pasando por África o por Europa.

 

Es decir que los carteles brasileños hoy son junto con los mexicanos, lo más relevante de la región, y empiezan a extender su área de influencia y su violencia hacia Argentina, con lo cual, si proyectamos los homicidios de los primeros seis meses del año en Rosario vamos a tener el peor año en materia de homicidios en la historia argentina en Rosario, este año 2022.

 

Creo que estamos a tiempo de controlar esto, pero eso requiere de un fuerte involucramiento del gobierno nacional que es lo que ha evitado el gobierno actual, poniendo permanentemente pretextos para no intervenir en el conflicto de Rosario, en los problemas del gran Buenos Aires, inclusive ha habido peleas entre los ministros del mismo color político, con estos temas y pasó lo mismo en la Patagonia con el tema mapuches. Es un gobierno que ha decidido desentenderse de los problemas de seguridad y cuando uno se desentiende de los problemas de seguridad lamentablemente la inseguridad aumentó. Esto es lo que hemos visto en estos años, con lo cual hay que prepararse para un contexto difícil como el que vamos a recibir.

 

- Dentro de los planes que tienen, piensan ustedes en modificar o proponer la modificación de la legislación? Acá en Argentina hay como una frontera bastante rígida que este gobierno también reinstaló, que es la frontera entre la Defensa y la Seguridad, entre las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad, la Policía y Gendarmería.

 

Lo que se plasmó en la Ley de Seguridad Nacional y en la Ley de Defensa tuvo un sentido estratégico en los 90, en ese mundo y en ese contexto, después del levantamiento carapintada, del fin del Proceso Militar. Pero hoy, 40 años después, no tiene nada que ver con la realidad ni de las Fuerzas Armadas, ni de los conflictos que enfrenta Argentina.

 

Tener todo un aparato de Defensa que le cuesta a la Argentina 1 punto del Producto Bruto, que involucra a 85 mil personas que requiere de cuantiosas inversiones, para esperar la invasión de un Estado exterior es poco realista. Actualmente la reglamentación que han hecho en el kirchnerismo en la Ley de Defensa y de Seguridad Interior les impide a las Fuerzas Armadas actuar ante otros conflictos externos. Esto que habíamos modificado durante la gestión del presidente Mauricio Macri volvió atrás, a la versión más restrictiva.

 

En la medida en que los conflictos en las grandes urbes sigan aumentando, que tengamos que usar gendarmes, policías federales y en esos aumentos de conflictividad ¿quién cuida nuestra frontera, quién cuida nuestro litoral marítimo, el espacio aéreo? Es innegable la necesidad de involucrar a las Fuerzas Armadas en una acción mucho más coherente, clara, logística en la zona fronteriza.

 

- Sabés que eso en términos ideológicos y políticos es como una especie de sacrilegio, meter a las Fuerzas Armadas.

 

Es un debate que vamos a tener que dar y enfrentar. Argentina quedó como el último país en América Latina que tiene estas restricciones. Entonces la pregunta es ¿podemos seguir con estas restricciones? Esto no quiere decir y quiero ser muy claro en esto, que un soldado haga la investigación criminal o se meta en cuestiones policiales.

 

¿Qué quiere decir? Que del territorio de frontera -como hacen los brasileños, los chilenos, los colombianos- si alguien ingresa irregularmente, si tenés alguna problemática, las Fuerzas Armadas puedan actuar. De hecho hoy lo hacen cuando es un avión, cuando ingresa al espacio aéreo ¿por qué no hacerlo cuando el que ingresa es un narcotraficante o un barco que carga cocaína, como pasa en la Hidrovía.

 

Lo que no podemos tener en una Argentina empobrecida con escasos recursos, tener recursos humanos capacitados y equipados y no utilizarlos. Este es un debate arcaico que la mayoría de los países del mundo lo han superado y, de vuelta, eso no quiere decir confundir roles. Los militares no están para hacer investigación criminal, para eso está la Policía, la Gendarmería y Prefectura. Ahora, cuidar nuestras fronteras, cuidar nuestros objetivos estratégicos, como centrales nucleares o hidroeléctricas, que alguien las tiene que cuidar.

 

Si vos tenés un atentado, o un problema… De hecho, estamos usando los militares para apagar los incendios en el Delta ¿cómo nos vamos a utilizarlos para cosas que son más lógicas para su funcionamiento? Me parece bien que la defensa civil vuelva también ahí, porque ellos tienen los equipamientos, la logística, las capacidades. ¿Por qué no los usamos? Yo creo que hay que aventar fantasmas y poder adentrarnos en una nueva realidad del mundo, donde hay que usar nuestros recursos. Hay recursos capacitados pero también escasos, mientras seguimos desnudando nuestras fronteras, mientras que por ahí pasan las armas ilegales, la droga, contrabando y problemáticas que terminan también por afectarnos en las grandes ciudades.

 

- Ahora esa autorización para que intervengan las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad, ejemplo lucha contra el narcotráfico, donde se establecería el límite? ¿Lo que están planteando es similar a la idea de crear una DEA o nada que ver?

 

En el gobierno de Mauricio Macri se estableció una zona de frontera, que son más o menos unos 100 kilómetros, que aparte no es algo novedoso en Argentina. Esto es una ley que hizo Perón allá por el año 1948 y es lo que tiene Brasil en sus 150 kilómetros de frontera geográfica, las Fuerzas Armadas intervienen para evitar justamente el ingreso de aviones, de barco de narcotráfico y otras cuestiones.

 

No estamos inventando nada, estamos tratando de adaptar a nuestra realidad, en este caso eran 100 kilómetros, no 150, pero que era una zona crítica del país por donde pasan muchas cosas y uno tiene que ir a la frontera norte del país para comprender la dimensión: son miles de kilómetros. La gente cree que hay ríos y demás, mientras la mayoría de la frontera es seca y, cuando uno la camina, no sabe si está del lado boliviano, paraguayo o argentino y por ahí entra, como dije antes, droga, trata de personas, tráfico de armas, mucho de la criminalidad que termina generando dolor y ruido en las grandes ciudades, ya que viene de las fronteras hacia las grandes urbes y terminan llevando los problemas.

 

Realmente seguir con esta lógica me parece que no tiene sentido en la Argentina actual. Nuestras principales amenazas externas no son Ejércitos armados de un país, son conflictos irregulares, con bandas de narcotraficantes que tienen enorme capacidad de ejercer la violencia. El Primer Comando de la Capital de Brasil que hoy es una de las organizaciones narco más grandes del mundo, en Paraguay fue con ametralladoras antiaéreas destruyó un búnker de Prosegur en Ciudad del Este y mató no sé cuántas personas. Cuando quieren liberar a alguien van, toman una cárcel y liberan. Uno no tiene más que mirar noticieros brasileños para ver el poder de fuego y de violencia que ejercen estos grupos.

 

- Es un escenario que podría llegar a la Argentina, un escenario similar?

 

Ya llegó a nuestros vecinos y tiene una incidencia grande en países vecinos, con tentáculos en Uruguay, en Paraguay. Hoy manejan toda la droga que viene del Chapare boliviano y de la zona andina peruana y pasa por toda esa zona norte y se mete en los puertos de Santos, de Paraná, en Brasil. Los principales puertos de salida de cocaína del mundo están acá nomás. Van a Europa, África, Sudeste Asiático. Cómo pensar que eso no nos va a influir con ese nivel de violencia y de manejo dinero que tienen estas organizaciones criminales.

 

- Vos recordaste que en la amenaza que se establece en la Ley de Defensa implica una agresión que no va a ocurrir, que es la agresión de un estado nacional atacando a la Argentina ¿qué otra amenaza, por la ley actual, no se está contemplando?

 

Las situaciones de grupos violentos y regulares. Gente que se quiere quedar con parte de nuestro territorio. Doy un ejemplo, de algo que tal vez no parece tan cercano, pero en la zona de la Patagonia Andina lo es: cuando hay un grupo que reivindica la provincia de Río Negro, Chubut, Neuquén, La Pampa y una parte de la provincia de Buenos Aires como propia, que es el grupo violento mapuche -sin generalizar, porque no son todos mapuches- que reivindican el Wallmapu. El Wallmapu es un país que abarca un tercio del territorio nacional.

 

Cuando alguien baja la bandera argentina e iza la bandera mapuche está afectando la integridad territorial de la nación. Estamos volviendo 150 años atrás en nuestra historia.

 

Puede ser un tema menor para algunos, pero ya pasó en un país vecino, como Chile, y veamos el conflicto que esto está generando, con muertos y atentados. Hace unos días detuvieron al líder de la CAM, que es el paralelo a la RAM, un grupo que reivindica la nación mapuche en Chile y lo hace de manera armada, con gente entrenada por las FARC en Colombia. Llevando un conflicto hacia Argentina al que no estamos acostumbrados en los últimos 30 o 40 años, pero que alguno de nuestros países vecinos lo sufren.

 

- ¿En ese tipo de conflictos deberían intervenir?

 

En los aspectos policiales no, pero si está en duda la integridad territorial, las Fuerzas Armadas tienen que intervenir. Es parte de su rol dentro del Estado Nacional, como preservar la unificación y la integridad territorial. Hoy esto es lejano, hoy es mucho más un problema de la Gendarmería que esté presente en el Sur, pero la frontera tiene que tener cuidado. Tiene que haber alguien cuide lo que está pasando, que cuide que parte de estos grupos irregulares estén trayendo y sacando armas del país.

 

Nuestro gobierno realizó un esfuerzo muy grande para apresar a Facundo Jones Huala, hicimos un juicio, que se hizo en Bariloche, y luego lo extraditamos a Chile. El gobierno fue a pedir por su liberación y le terminaron dando salida transitoria. ¿Qué hizo el líder de la RAM que es el grupo argentino violento? Se escapó y hoy no sabemos dónde está. Cuando uno va a la región andina patagónica, dicen “no está oculto acá, o allá”. Hemos vuelto retroceder ese sentido. Son cosas que como país requiere una política de Estado. Nosotros no podemos permitir estos niveles de violencia ni que la gente se apropie irregularmente de terrenos ni públicos ni privados, como ha ocurrido.

 

- Señalás el tema mapuche, el tema del narcotráfico, seguido del tema de la inseguridad toda la política actual de seguridad/defensa como la estás calificando? A partir de esto que me estás diciendo, claro.

 

Ausente. Especialmente en materia de seguridad. Si dijeras estos problemas no han afectado la población o no han sido un llamado de atención de los gobernadores. A veces gobernadores del mismo partido político. Sin embargo una y otra vez el gobierno nacional se desentendió de ese tema. Nosotros, desde nuestra gesión, no nos desentendimos, actuamos, enviamos refuerzos. A Rosario mismo enviamos 3.000 gendarmes y bajamos la tasa de homicidios de 18 cada 100 mil a entre 11 y 10. ¿Era suficiente? No, obviamente hay que hacer una política mucho más larga y profesional en el tiempo, pero logramos detener la fiebre y ahora volvió a subir de vuelta.

 

Si uno comprende que parte del territorio lo manejan los carteles narcos, las bandas narcos y que la Policía de la provincia no da abasto, el Gobierno nacional tiene que dar ayuda y más cuando la provincia lo pide. Distinto sería si la provincia dijera “yo me encargo sola”. Pero permanentemente, el caso especial de Río Negro, en la Patagonia, la provincia de Santa Fe.

 

Las peleas entre Berni, que es el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y los dos ministros, la anterior (Sabina Frederic) y el actual (Aníbal Fernández) son, no digo semanales, pero una vez por mes hay una agarrada por temas, muchas veces, operativos. Eso no puede pasar, no puede haber esa descoordinación entre fuerzas de seguridad, porque el que termina afectado es el vecino, que le importa un rábano si es un gendarme, un policía de la provincia o quién que lo defienda: quiere que le den seguridad, poder salir a la noche y no lo asalten, que los narcos estén presos y que no les vendan droga en la puerta del colegio a sus hijos, quiere vivir en una ciudad tranquila, razonable y con un marco de seguridad con un horizonte de tranquilidad en el tiempo.

 

- ¿Por qué creés que estas cosas pasan en Rosario, con el tema de la violencia narco, y no pasa eso, a ese nivel de gravedad, en el Conurbano Bonaerense?

 

Hay zonas del Conurbano que tiene tasas de homicidio similares a las de Rosario. Si vas a Moreno, tenés niveles de criminalidad altísimos. Es disperso en áreas geográficas y en problemáticas. Lo que tiene Rosario de particular son dos cuestiones críticas:

 

1- Es un punto logístico donde convergen todas las rutas que vienen del norte del país, las que vienen del noroeste y las que viene del noreste -la 12, la 14- y por eso se nuclea todo lo malo que viene desde esas zonas y generan un polo de criminalidad.

 

2- Esta problemática se profundiza cuando el narcomenudeo toma el carácter territorial. La verdad que Rosario tiene población con necesidades básicas insatisfechas muy significativas -ha tenido una conurbanización muy grande en la ciudad- y ahí se han concentrado muchas bandas que manejan o tratan de disputar el poder territorial. Ellos -como Los Monos- lo dirimen de manera violenta.

 

Las bandas, cuando pelean por el control del territorio de estos negocios tan grandes, lo hacen con violencia y con violencia mortal. Generan un número grande de víctimas, que son muchas, entre ellos. La tasa de homicidio se construye mucho con muertos producidas por el narcotráfico, pero también de muertos inocentes, de gente que se cruza que va por ahí…

 

- Sí, niños también.

 

Con un agravante en el último periodo, que han empezado a diversificar su actividad. Hoy además extorsionan comerciantes para que no los roben. Ya el dominio territorial les permite adentrarse en otras actividades irregulares que son peligrosas.

 

- Son bandas criminales multiuso, multipropósito…

 

Exactamente como pasa en México, en Brasil, en Colombia. Narcos que están instalados más tiempo que dicen “ya que tengo esta banda, la uso para recaudar con esto, la uso para el juego ilegal, lo que sea un motivo para emplear esos niveles de violencia.

 

- ¿El escenario que ves para el 2023 y para el 2024, eventualmente en una próxima gestión, cuál es?

 

Es un escenario complejo, donde hay que, como dije antes, una racionalización de los recursos del Estado. Está claro que vamos destinar una cantidad de gendarme y policías federal importante para poder ayudar a una acción de mejora que requieren Rosario, Santa Fe, sectores del gran Buenos Aires. Ahora, de algún lado hay que sacarlos.

 

Cuando yo digo que necesitamos cuidar las fronteras con las Fuerzas Armadas estoy diciendo que voy a tener que sacar gendarmes de la frontera para poder emplearlos acá. Alguien tiene que cubrirlos, alguien tiene que estar cuidando esos lugares que hoy en muchos casos ni siquiera pueden ser abarcados por los pocos gendarme que hay. Esta es una realidad que el Estado tiene que tener una inteligencia para ver cómo usar estratégicamente los recursos y tiene que hacerlo coordinadamente.

 

Esto no quiere decir que yo traiga algo que le haya hecho mal a Brasil, a México, de poner las Fuerzas Armadas a investigar, creo que ese no es el rol, porque no están preparados ni están capacitados y no es lo que necesitamos. Ahora sí están capacitados para cuidar la frontera, sí lo están para cuidar las centrales hidroeléctricas, sí están preparado para custodiar una central nuclear y de ahí eso nos va a permitir sacar recursos que tenemos quietos y que pueden ser capaces de trabajar mejor en ámbitos urbanos.

 

- En concreto ¿si en un ámbito de frontera aparece una banda narco estaría apto y habilitado por la ley para actuar?

 

Si es una ley como corresponde, con una regla bien clara, podés detener. Podés establecer patrullas mixtas, que tengan militares con gendarmes, y cuando hay que hacer un procedimiento lo hagan los gendarmes; o detener y llamar a la policía o al gendarme para que haga la actuación policial. Pero, claramente, dar las potestades de que si hay alguien entrando armas, drogas, cigarrillos ilegales, intervenir. Esto lo hacen los brasileños, los chilenos, los bolivianos, los paraguayos, los colombianos. No estoy diciendo algo que no existe. Nosotros nos hemos autolimitado, probablemente por nuestro legado histórico, pero hoy -40 años después- empieza a no tener sentido y empieza el problema de la manta corta. Saco y me descubro los pies. Al final, los recursos son finitos, escasos y los tengo que usar donde puedan dar más y mejores servicios a la gente y sobre todo darle más seguridad que es en definitiva es el objetivo.

 

- ¿Cómo viste esta negociación y el intento de acuerdo entre el gobierno de Neuquén y las comunidades mapuches por el tema Vaca Muerta?

 

Creo que es un error. Todo proceso donde uno tiende a pacificar es bueno, pero cuando uno le da la facultad a otro de cobrarte para poder hacer un servicio, que es un servicio que es fundamental para la Nación, como es trasladar el gas a grandes ciudades, está abriendo una contingencia a futuro que es interminable.

 

En cada lugar donde haya una mina de litio, donde haya gas, o donde haya petróleo vamos a tener un grupo que se autodenomina lo que fuere, pidiendo que le paguen algún tipo de derecho o peajes. Argentina no está para eso. Es un país con falta de recursos, que necesita generar trabajo y bienes y esta es una de las pocas industrias que puede generar divisas extranjeras al país y mejorar nuestro tipo de cambio, ayudar a mejorar la inflación y todo tipo de cosas que hoy tanto nos agobia.

 

Si a cada cosa que va a hacer el Estado permito cobrar un peaje a algún grupo de interés, por lo que fuere, cometemos un error estratégico. El subsuelo del territorio nacional es de la Nación, las provincias tienen derecho sobre eso, pero es de la Nación. Sí vamos a poner como intermediario de ese proceso, los recursos nunca les van a llegar a la gente, vamos a hacer que muchas de esas explotaciones sean inviables y en definitiva esto hace retroceder al país.

 

Cada una de estas actividades requieren de miles y miles de millones de dólares de inversión. El que tiene que poner esos miles de millones o financiar a los argentinos, vienen con estas cosas, ¿qué dice? Y qué sé yo si después voy a poder recuperar lo que invertí ahí. Sea en litio, en cobra, en gas, lo que fuere. Me parece un precedente equivocado, que abre la posibilidad de ante cada nueva explotación que haga la provincia o el gobierno nacional se presente un grupo que diga “a mí me tenés que pagar un peaje”...

 

- Por un hipotético derecho ancestral…

 

Sí. Distinto el derecho que se paga en una explotación petrolera por el daño o por el uso del terreno. Eso está reglado por leyes civiles y regulaciones internacionales, que establecen el pago de lo que significa que el que tenía una producción agrícola o algo que ahora tenga un pozo petrolero o una mina de litio, en caso de que no sean terrenos fiscales. Acá estamos hablando de gente que dice “estas son tierras ancestrales y me tienen que pagar un peaje”. Puede ser interminable y muy costoso para Argentina que está en un momento crítico de generación de recursos

 

- ¿Hablando específicamente sobre el conflicto mapuche, cuál es tu mirada?

 

Es un conflicto en el que no hay que generalizar. Yo paso una parte del año en la Patagonia y la mayoría de los mapuches trabajan y cuando tienen una reivindicación real e histórica van a la Justicia y esperan los fallos de la Justicia en paz. Distinto son aquellos grupos que a través de violencia quieren quedarse con lo que es de otros: terrenos o construir el Wallmapu, esas son cosas inaceptables. Es inaceptable para cualquiera, sea mapuche, araucano, descendiente de italiano, ruso o lo que sea. Yo no me puedo quedar con lo que es de otro.

 

Durante mucho tiempo estos grupos violentos se quedaron con terrenos del Estado, empezaron con terrenos de Parques Nacionales, del Ejército, pero ahora cada vez más se quedan con terrenos de individuos y esto está generando mucho malestar en la región andina. A veces en Buenos Aires les parece muy lejano, pero cuando uno está allá se da cuenta que hay mucha bronca. Y, además, lo hacen con el ejercicio de la violencia y esto no se puede, porque sino es la regla del más fuerte, que viene se impone y hace lo que quiere.

 

Justamente para eso está el Estado, porque eso se requiere una intervención del Estado que eso no implica que haya reclamos que sean justos y que tengan que ser resueltos por la Justicia.

 

Ahora, no podemos reivindicar a los violentos que a través de violencia se quedan con lo que es lo demás.

 

CFK y la pelea en el PRO

 

- ¿Qué opinás de lo que pasó ayer, de las opiniones que dio Patricia Bullrich, cuestionando a Rodríguez Larreta por cómo había actuado?

 

Desviamos la atención del tema central que es que el gobierno, en este caso Cristina Kirchner también desvía la atención victimizándose, sacando el tema del ámbito judicial y somos funcionales a la estrategia del kirchnerismo de sacar y desviar el centro de atención. Acá hubo un fiscal -que todavía faltan los alegatos de los defensores- que dijo con mucha claridad técnica y legal lo que pasó y eso generó la reacción del kirchnerismo.

 

Se pasó de una etapa de victimización a la violencia y si uno se prende a esa lógica planteando diferencias entre nosotros termina siendo funcional a ellos y creo que es incorrecto.

 

En nuestra gestión trabajamos mucho con la Policía de la Ciudad y a mí me tocó ser jefe de la Policía de la Ciudad, de la Policía Metropolitana y se trabajó muy bien y nos bancamos juntos las toneladas de piedras que nos echaron encima frente al Congreso de la Nación.

 

- ¿Se vienen otras toneladas de piedra, en caso de que pierda el kirchnerismo el año que viene?

 

No. Creo que tiene que primar la razón. La mayoría de los argentinos no quiere más esta grieta y vivir en este nivel de violencia y de intolerancia. Me parece que esto es el reflejo de algo que se va, no de lo que viene. Por eso no hay que entrar en esa lógica, porque esto se está agotando y por suerte las instituciones argentinas están logrando que se agote jurídicamente, legítimamente y espero que así sea.

 

- Además de preparar estos planes también tenés un rol político.

 

Estoy trabajando en Bariloche, en Río Negro, ayudando a nuestro candidato a gobernador, que es Aníbal Tortoriello, que salió segunda en última elección de diputados, que sacó 29 por ciento los votos, subimos de 9 por ciento a 29, haciendo una muy buena elección, relegando al peronismo al tercer lugar. Ahora viene un desafío más grande, que es encontrar líderes en todas las grandes cabeceras en Río Negro, como Bariloche, Roca, Cipolletti, Regina, Viedma, Ingeniero Jacobacci, expandiendo el partido. Históricamente el PRO fue muy fuerte en ciudad y en provincia y lentamente vamos desarrollándonos en un sentido federal y como estoy viviendo una parte del año, estoy colaborando para construir el espacio político y una alternativa en Río Negro.

 

- ¿Te interesa competir en Bariloche?

 

Eventualmente, pero eso lleva tiempo, uno tiene que estar instalado, pero yo no quiero acelerar eso. Es importante conocer bien, aprender, escuchar y recorrer. El rol más importante mío es la experiencia de haber sido presidente del partido en la provincia y haber tenido una experiencia de armado y ayudar a que el partido se arme en Río Negro y ayudar a los líderes locales que están hace tiempo y sobre todo ser un puente para nuevos líderes, que no vienen de la política. Afianzar nuevos referentes a la provincia que se quieran sumar, de ahí puedo aportar. Después veremos, porque a los que nos gusta hacer política territorial y en una ciudad hermosa con enormes potencialidades y que tiene mucho para hacer, para crecer, eso se verá más adelante. Mi aporte hoy es aportar desde el conocimiento, de escuchar y de reunir.

 

- Trabajaste con los dos. ¿Si tenés que elegir entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta?

 

Elegí hace un tiempo a Horacio Rodríguez Larreta para ser el próximo presidente y creo es la persona más capacitada para poder emprender está Argentina tan compleja, con tantos problemas, armar un buen plan y llevarlo adelante. Lo hicimos en la Ciudad de Buenos Aires y en la Nación. Es un buen armador de equipos y va a aportar un plan que cambie de esta Argentina.

viernes, 26 de agosto de 2022

EL GRAN SECRETO DE MALVINAS

 

el plan de Argentina para destruir bombarderos ingleses si atacaban el continente

 

Mariano Sciaroni

 

Infobae, 26 de Agosto de 2022

 

Existen documentos desclasificados de la guerra de Malvinas que cuentan como la Royal Air Force británica planeó bombardear con aviones Avro Vulcan bases aéreas argentinas. Los blancos elegidos: Comodoro Rivadavia, San Julián, Río Gallegos y Río Grande. Pero recién 40 años más tarde se reveló uno de los secretos mejor guardados del conflicto armado: los planes que ideó la Fuerza Aérea Argentina para contrarrestar esta temida amenaza.

 

Los británicos habían considerado el escenario que llevaría la guerra al continente: el ataque a bases argentinas (ver el excelente artículo de Alejandro Amendolara “Opción 13″: el plan secreto de los ingleses para bombardear Buenos Aires durante la guerra de Malvinas en Infobae), pero la decisión política de no escalar el conflicto, en base a la posición de Estados Unidos al respecto y el temor que se activara el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) poniendo a toda Latinoamérica contra Gran Bretaña, hizo que esos planes se dejaran de lado.

 

Sin embargo, para mediados de mayo, con las grandes pérdidas de la Royal Navy y sin avances significativos en tierra, la Fuerza Aérea Británica decidió reactivar el plan de ataque. La aviación inglesa ya había ejecutado varias de las misiones de bombardeo de largo alcance “Black Buck” (Ciervo Negro), por lo que las preguntas iniciales acerca de “largas travesías aéreas sobre el mar con múltiples reabastecimientos en vuelo” habían sido contestadas. Podía hacerse.

 

Hay aquí que aclarar que el planeamiento no es siempre la antesala de la ejecución. Los militares muchas veces planean operaciones o misiones para la eventualidad de necesitarlo, lo que estará sujeto a la propia dinámica de la guerra y orientada por los fines políticos que la desencadenaron.

 

En ese orden de cosas, es más que interesante el memo preparado en el seno de la Royal Air Force el 25 de mayo de 1982, que da cuenta que el ataque a los aeródromos del sur continental era posible y que se justificaba porque “reduciría la efectividad de las fuerzas aéreas argentinas en atacar nuestras unidades marítimas y la efectividad del apoyo terrestre y logístico para las fuerzas argentinas en las Malvinas. Asimismo, esos ataques en las bases continentales tendrían impacto en la opinión pública y oficial argentina, así como serían un visible indicador de la determinación permanente del gobierno de Su Majestad”.

 

El ataque sería llevado a cabo con los cuatrimotores Avro Vulcan que despegarían desde la Isla Ascensión, y requerirían el apoyo de hasta once aviones reabastecedores Handley Page Victor. Lo cierto es que la carga de bombas a llevar (por la distancia) debería ser reducida, no más de 7 bombas de 1.000 libras (el avión podía cargar 21) de caída libre o solamente 3 bombas guiadas por láser (máxima cantidad de estas bombas que admitía este avión). Las bombas guiadas necesitarían, además, un equipo en tierra que las apunte.

 

Se volaría a gran altura (también, para ahorrar combustible) y solo en la etapa final del ataque se reduciría la altitud, aún cuando a no menos de 8.000 pies (2.438 metros), ya que las bases argentinas (se conocía) contaban con defensas de artillería antiaérea.

 

Las misiones, se consideraba, podrían destruir las pistas y las instalaciones militares cercanas, por lo cual era un riesgo aceptable para correr: un único bombardeo podría destruir varios aviones y equipos y, con ello, aligerar en mucho la presión sobre la Marina Real. Esos ataques serían realmente al límite de las capacidades británicas y, vale decir, requerirían de tripulaciones altamente entrenadas y motivadas.

 

Si bien todo este planeamiento era, obviamente, secreto, la Fuerza Aérea Argentina no desconocía las capacidades británicas de atacar con bombarderos el continente. Conocían a la perfección el avión Vulcan y su alcance (la Argentina había estado interesada en adquirirlo antes de la guerra, algo que fue finalmente vetado por Gran Bretaña), así como había experimentado sus bombas sobre la pista de Puerto Argentino.

 

Con la amenaza del continente bombardeado, nació la Operación Pampero el 20 de mayo de 1982 en Merlo (Provincia de Buenos Aires), en el seno del Comando de Defensa Aérea. El plan tenía como claro propósito “detectar, interceptar y destruir material aéreo de bombardeo, reabastecimiento y/o reconocimiento británico en su ruta hacia o desde territorio continental”. Recién en el año 2022 vio la luz, permaneciendo secreta en los archivos hasta hoy.

 

La operación tenía dos fases.

La primera de ellas implicaba desplegar a la Base Aérea Militar (BAM) Mar del Plata dos aviones Mirage III, armados con cañones y un misil Matra 530, dos aviones Dagger armados con cañones y misiles Shafrir y un avión Learjet de apoyo (con matrícula LV-OAS y de la firma Ledesma S.A.A.I.)

 

Los Mirage III, franceses y los Dagger, una copia israelí del Mirage V, eran de las únicas aeronaves en el inventario militar argentino con posibilidades ciertas de atacar a un bombardero ágil y veloz como el Vulcan.

 

La segunda fase era la de ejecución. Una vez detectado un despegue de la Isla Ascensión (desde donde operaban los aviones de la Royal Air Force que podían llegar al continente), los aviones argentinos saldrían y se dirigirían a un punto de interceptación prefijado (Puntos A, B y C, según cual fuera el objetivo previsto), para esperar a los enemigos y derribarlos.

 

La parte más difícil era detectar un despegue de estos aviones y, los documentos de la Operación Pampero solo mencionan que esa información sería dada por una “fuente confidencial”. La Isla Ascensión está, realmente, en medio de la nada y no había casi ojos curiosos que pudieran reportar esa información.

 

Los únicos ojos que podrían reportarlo eran los de los marinos soviéticos del Zaporozhye, un buque espía de 4.500 toneladas de desplazamiento, de la clase “Primorye” (Proyecto 394B) que llevaba a 160 hombres a cargo del Capitán de Primera Clase P. Zyryanov. Este buque se encontraba desde el 29 de abril frente al aeródromo de la isla.

 

Sea o no fuera esta la “fuente confidencial”, los documentos indican que la misma proporcionaría específicamente la hora de despegue y el rumbo al cual se dirigían los bombarderos británicos, con lo cual podría inferirse a que base se atacaría.

 

La interceptación y ataque se haría en medio del océano (entre 500 y 770 kilómetros mar adentro) y, llegado el caso que no se pudiera interceptar a los bombarderos antes de atacar las bases, se procuraría hacerlo en su viaje de regreso.

 

Hay que tener en cuenta que iba a ser necesario por lo menos un mínimo de luz solar para poder identificar a las CHINCHES (nombre clave que se deba a los aviones enemigos), en tanto se requería identificación visual para poder disparar (solo los Mirage III poseían radar, los demás aviones solo podían detectar otros aviones a través de la visión de sus tripulantes).

 

Los indicativos y claves asignados requieren un párrafo aparte. La escuadrilla de interceptación serían los HALCON y el LearJet de apoyo sería LIBRA. Los aviones enemigos serían, como se dijo, las CHINCHE, con diversos colores según el tipo de avión (Vulcan: CHINCHE AZUL, Nimrod: CHINCHE ROJA, etc). Para el caso que se destruyera alguna CHINCHE, se anunciaría que se fue AL BOMBO, si el combustible estaba al mínimo se señalaría que estaba DESINFLADO, la meteorología podría estar DULCE o ACIDA, según buena o mala, entre otros. Y si el enemigo lograba escabullirse, pasando a los interceptores, solo se anunciaría PASARON.

 

Pero los británicos, finalmente, nunca pusieron en marcha el plan de bombardear las bases continentales, ni los argentinos desplegaron a los aviones interceptores a la BAM Mar del Plata.

 

Sin embargo, el día 29 de mayo a las 6:00 hs, se emitió una alerta amarilla por despegue de dos aviones bombarderos Vulcan, con rumbo sur, lo que habría ocurrido a las 3:00 hs desde la Isla Ascensión.

 

Esta información pudo bien haber provenido del buque de inteligencia Zaporozhye, que seguía en las cercanías de dicha isla en ese momento. Lo cierto es que los datos llegaron al CAE (Comando Aéreo Estratégico) desde Estados Unidos vía el brigadier Peña, quien alertó específicamente que los enemigos llevaban misiles antiradar. En este caso, la inteligencia militar parece haber alertado de la misión “Black Buck 4″, que consistía en un ataque contra radares emplazados en Malvinas, por parte de un Avro Vulcan, ataque que fue abortado por no poder el avión reabastecer en vuelo.

 

No había, en ese momento, aviones desplegados en Mar del Plata, pero se pusieron en alerta a los interceptores Mirage argentinos en las bases del sur, por si se acercaban al continente.

 

En la planificación también se consideró defender Buenos Aires y sus alrededores de ataques aéreos británicos, por lo que había en alerta (desde el 19 de abril) dos Mirage III en la Base Mariano Moreno y dos Dagger en Tandil, complementados con aviones IA-58 Pucará en La Plata y aviones MS-760 Paris en Mar del Plata.

 

¿Qué podría haber sucedido si los británicos intentaban bombardear las bases continentales? Nunca lo sabremos, pero es interesante conocer que la Fuerza Aérea Argentina había previsto ese escenario y planeado como contrarrestarlo.

 

Quizá hubiera todo terminado con el mensaje de un piloto de Mirage de CHINCHE AZUL AL BOMBO. O un grito de guerra de los aviadores en los combates aéreos de la guerra de Malvinas: “¡No hay quien pueda!”.