martes, 3 de septiembre de 2019

ARGENTINA NECESITA



una gran coalición de gobierno.


Por Eduardo Duhalde.
Clarín. 29 agosto, 2019

Partamos de una base: ya no se puede gobernar un país con los mismos sistemas de hace 50 años. Giovanni Sartori, el gran politólogo, fue quien advirtió este fenómeno a principios del siglo XXI y advirtió que, en esas condiciones, la política se transforma en un elefante con pies de barro.

Los sistemas democráticos de la actualidad exigen para funcionar que se llegue a acuerdos y se construyan consensos entre los diferentes actores. Un rápido repaso al panorama gubernamental mundial muestra que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países europeos han sido gobernados por coaliciones, y eso les ha permitido alcanzar altos estándares de calidad institucional y una notable mejora en la calidad de la convivencia de sus ciudadanos.

En 1991 construimos, con el doctor Raúl Alfonsín, por ese entonces líder indiscutido del radicalismo, la primera gran coalición de la Argentina moderna, para gobernar la provincia de Buenos Aires, convencidos ambos de que solamente un accionar de conjunto podía garantizar la gobernanza y permitiría sacar adelante los grandes temas del crecimiento y el desarrollo productivo del territorio más importante de la Argentina.

Así, acordamos que el Ejecutivo tomaba la responsabilidad de administrar los fondos provinciales y la oposición se hacía cargo de todos los organismos de control existentes y por crearse. Por supuesto, en la cotidianeidad política cada parte llevaba adelante libremente sus convicciones y propuestas.

La segunda gran coalición la construimos en 2001, esta vez a nivel nacional, y fue la que permitió sacar al país de la crisis más importante de su historia.

Acordamos consensuar los grandes temas que permitirían superar los tremendos momentos que vivía el país a partir del armado de un conjunto de legisladores justicialistas y radicales que proponían y votaban las leyes y también la integración de ministros radicales al gabinete y un importante número de funcionarios en los distintos organismos de la administración pública.

Creo que estas son experiencias que hoy deberían ser tomadas en cuenta.

Por distintas razones, este es un momento muy difícil para Argentina.

Nuevamente la crisis económica ha puesto a vastos sectores de la población en condiciones difíciles de soportar. Parece inevitable un cambio de la actual conducción y un viraje profundo de las políticas aplicadas en los últimos años.

Más allá de los resultados de las próximas elecciones, seguramente volver a poner a la Argentina en el rumbo del crecimiento y el desarrollo no será el trabajo de un partido, una corriente o una tendencia, sino el resultado de un acuerdo de voluntades alrededor de un programa de objetivos y acciones discutido, consensuado y evaluado a lo largo del tiempo por el conjunto más amplio de actores políticos que se pueda encolumnar detrás de un gobierno libremente elegido.

Eduardo Duhalde es ex presidente de la Nación.



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