NO AGARRA UNA SOLA PELOTA ANTE LA ACCIÓN
POLÍTICA BRITÁNICA EN LA ARGENTINA
CÉSAR LERENA
La posesión de la
pelota respecto a la cuestión de Malvinas en el territorio argentino la tiene
claramente el Reino Unido y, la Secretaría de Malvinas de la Cancillería
Argentina lleva adelante un juego defensivo que no alcanza a pasar del área
chica local. Sin “la mano de Dios” es difícil ganarle a los ingleses y el
partido se está perdiendo por goleada. Como suele ocurrir en estos casos y,
sino pregúntenle a Luis Enrique, la culpa la suele tener el director técnico.
Por si acaso,
antes de seguir “anulemos la mufa”.
Mark Kent, el
entonces embajador británico en la Argentina, llegó al país en junio de 2016 y
se fue en el mismo mes, cinco años después. “Se ganó el corazón de todos
aquellos que lo conocieron”, diría Soledad Blardone de Infobae (16/6/2021);
pero, durante la estada de este diplomático en el Palacio Madero Unzué -la
embajada-residencia más lujosa que los británicos tienen en el mundo- este
simpático pero disciplinado personaje no tuvo ni un solo gesto relacionado a
los derechos argentinos sobre Malvinas. Sin embargo, para algunos argentinos
distraídos y otros tantos anglófilos (por ser diplomático) supo ganarse -al
igual que algunas señoritas de Buenos Aires de 1806- sus corazones. Habla
español, twittea en este mismo idioma; le gusta el mate, el vino argentino, el
asado, hacer chistes y viajar en colectivo; también el futbol, pero “siempre
hincha por el equipo legal”; invitaba a sus “admiradores” a la embajada a tomar
uno o varios “Johnnie Walker Double Black o Blue Label”; cuestión, que puede
hacer perder la cabeza a más de uno; de hecho, el ex Canciller del Reino Unido
Alan Duncan comentó (Eduardo Barcesat. Perfil, 24/4/2022) que el Vicecanciller
argentino Carlos Foradori habría acordado el martes 13 de septiembre de 2016 en
los sótanos de esa Embajada el Pacto que lleva vulgarmente el nombre de ambos,
en un estado etílico que el más básico control de alcoholemia le hubiese quitado
la licencia de conducir; pero, no le impidió, nada menos, que acordar se
adopten “las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan
el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas,
incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos” sin aludir en ese
acuerdo a la cuestión central de la soberanía plena de Malvinas, pese a todas
las Resoluciones de las Naciones Unidas y la Disposición Transitaria Primera de
la Constitución Nacional.
“Mi padre era
granjero y camionero”, decía Kent, “el maestro es bueno” diría Alberto Olmedo;
pero de eso no se trata, ni de como manifestaba en la entrevista de Infobae que
“los argentinos son ácidos, sarcásticos, irónicos y, el sentido del humor es
muy similar al de los británicos” (sic) porque durante el tiempo que este buen
hombre se ganó el corazón de muchos argentinos, el citado Kent dejaba claro que
“Sobre Malvinas las posiciones de base política no cambiaron (…) Reconocemos
que tenemos posiciones diferentes y que no estamos de acuerdo en ciertas cosas”
y, los británicos, siguieron ocupando nuestros territorios y, explotando
nuestros recursos hasta nuestros días, ante la más absoluta pasividad de la
Secretaría de Malvinas de la Cancillería argentina. Bien a la Argentina: los
británicos son buenos, pero no boludos.
Pero llegó Kirsty
Hayes a la embajada británica y, pese, a que el presidente de la Nación, la
Cancillería Argentina y el secretario de Malvinas manifestaron que la Argentina
no haría negocios con el Reino Unido mientras no se tratase la cuestión de
Malvinas, esta señora agarró el porfolio y empezó a comprarles a los
gobernadores ávidos salir del cabotaje y vincularse con el mundo. Morales de Jujuy; Sáenz de Salta; Uñac de San
Juan; Jalil de Catamarca y Bordet de Entre Ríos (Agenda Malvinas, 5/11/2022),
se transformaron en los primeros, tal vez por aquello, de “divide y domina”
(Julio César; Napoleón) frente a una Secretaría de Malvinas y una Cancillería
sin poder ni rumbo alguno. Días después nos enteramos (Letra P) que militares
de Kosovo harán ejercicios militares en Malvinas y recordamos «que en Malvinas
se entrenaron tropas británicas que luego intervinieron en Afganistán» (Carlos
Biangardi, 6/12/2022) y también que «Malvinas se convierte en un centro de
entrenamiento de la OTAN» (Horacio Micucci, 6/12/2022).
Ya sabemos, la Ley
24.184 de “Protección y Promoción de las inversiones británicas en la
Argentina” sigue vigente, al igual que los Acuerdos de Madrid y los citados
Pactos de Foradori-Duncan, pese a las amenazas del secretario de Malvinas
Guillermo Carmona de no «dar marcha atrás, nuestro país se reserva el derecho
de revisión de los acuerdos de cooperación en curso entre ambos países» (Letra
P); aunque este mismo funcionario ya indicara en diversas oportunidades que
estos acuerdos están desactivados de hecho (¿?). Tan desactivados, como que
empresas británicas son adjudicatarias de exploraciones petroleras offshore
violando la Ley 26.659 (Solanas) que impide que empresas con vínculos en
Malvinas tengan actividad en la jurisdicción argentina o, de igual forma, que
la Cámara de Mar del Plata levantara la cautelar beneficiando a las empresas
Equinor y Shell o, los vuelos de LATAM siguen haciendo la logística de los
británicos en Malvinas.
La embajadora
británica en la Argentina Kirsty Hayes se mueve como pez en el agua en el país
y en contrario la Secretaría de Malvinas no hace más que reclamar, declamar y
actuar con un voluntarismo que contrasta con la reconocida profesionalidad
británica para tratar sus cuestiones internacionales.
Por su parte, el
Consejo Nacional de Malvinas, en sintonía con la falta de políticas de la
Secretaría de Malvinas, a más de dos años de creado, no ha elaborado una sola
estrategia acorde a las obligaciones que los miembros seleccionados por imperio
de la Ley 27.558 debieron cumplir. Lo acaba de dejar en claro, quien se define
como un estrecho Asesor del secretario Carmona.
Es bastante lógico
que no exista a hoy un plan en el Consejo (aunque sus dictámenes no sean
vinculantes), ya que este engendro -que daría la sensación de haber sido creado
al solo efecto de acompañar la propuesta de salto al vacío de un elucubrado y
arribista “académico”- no habría tenido como objeto elaborar una estrategia,
sino solamente servir de apoyo “con consenso” (Art. 4º de la Ley 27.558 y 8º
del Reglamento) a la Autoridad de Aplicación por parte de los políticos,
académicos, juristas y veteranos seleccionados, a la iniciativa suicida de
requerir una opinión consultiva, sin ningún fundamento nuevo y, sin mejorar en
nada el contenido ni los apoyos ya logrados en las Resoluciones 1514/60;
2065/65 y la 31/49, entre otras de las Naciones Unidas.
Nada mejor para
entender la ineficacia de las acciones de la Secretaría y el Consejo de
Malvinas, que las esclarecidas opiniones emitidas el pasado 5 de diciembre de
2022 por el auxiliar docente de la UBA, amanuense (copia escritos y pasa en
limpio) de Marcelo Kohan y asesor de la Secretaría de Malvinas el abogado
Facundo Rodriguez, en oportunidad del reconocimiento a la Facultad Regional de
La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional, donde participó en
representación del secretario Guillermo Carmona, quien se trataba del principal
orador convocado.
Allí dijo el
referido representante: «Ustedes deben saber mejor que nosotros las
dificultades internas para hacer llegar esa moneda o condecoración a sus
destinatarios o por lo menos a sus familiares. Si hay algo que Carmona siempre
ha mencionado y, lo digo porque lo he escuchado, no porque estoy defendiendo
alguna postura o algo, yo soy académico, que su posición es de una Cancillería
abierta o al menos de una Secretaría abierta. La Cancillería ha sido siempre
vista y con justa razón, un lugar de elite o de personajes que no comulgan con
lo popular o generalmente es un lugar de ámbito de difícil acceso...» (sic). A
confesión de parte relevo de pruebas.
Preguntado en esa
ocasión por Luciano Moreno de Pal’Sur respecto «a la presencia de una persona
que pide dividir la Provincia de Tierra del Fuego, generar un referéndum en
Malvinas para que los isleños determinen si son británicos o argentinos después
de darle la posibilidad de que estos tengan un sistema migratorio por 30 años y
esa persona se encuentra en el Consejo Nacional de Malvinas. se llama Marcelo
Kohen y, propuso todo esto en el CARI diciendo además que la Disposición
Transitoria Primera de la CN atentaba contra las negociaciones y a la solución
de la disputa para que el Reino Unido se siente para descolonizar y, si estaba
previsto que esa persona se le pida que se retracte…». El representante Carmona
contestó: «El Consejo Nacional de Malvinas fue creado como un ámbito plural en
donde se escuchan todas o por lo menos la mayor cantidad de voces posibles del
espectro Malvinas, tenemos veteranos; académicos; juristas de distintas visiones;
miembros de los distintos partidos políticos con visiones totalmente opuestas
respecto a la estratégica para recuperar el ejercicio efectivo de la soberanía
sobre Malvinas y, me parece, que más allá de lo que cada uno pueda decir en su
ámbito personal y a título personal, porque esto es algo que el profesor Kohen
ha manifestado que lo ha dicho (el plan a los isleños y en el CERA) a título
personal y así lo ha declarado, yo no voy a explicar la propuesta, ya que no es
mi propuesta, es la propuesta de él y tendrá que explicarla cuando se lo
pidan…» (sic).
Y continuó
Rodriguez: «Entonces lo que haya dicho el profesor Kohen o haya dejado de decir
en base a su propuesta, quizás, la propuesta en sí no sea…¿cómo se llama?
pregunta y tartamudea el representante del Secretario de Malvinas, a lo que
agrega Moreno “no sea constitucional”, precisando Rodriguez: para que sea
constitucional o no, el debería ser parte de un poder del Estado y, al no ser y
simplemente exponer en un ámbito académico, quizás, deberíamos ver el vaso
medio lleno y no el vaso medio vacío». Aquí interviene nuevamente Moreno para
acotarle: “la propuesta la presentó primero en Malvinas a los Kelpers y éstos
le pagaron un lugar donde exponer, fue expuso y luego hizo lo mismo en el
CARI”; acotando el asesor: «lo interesante quizás sería ver el vaso medio
lleno, el debate que dispara esa propuesta, no la propuesta en sí, porque la
propuesta de él (la de Kohen) puede ser una propuesta cualquiera, mientras no
venga del Poder Ejecutivo no es vinculante para la Argentina; pero la propuesta
quizás, y es lo que logró, porque estamos hablando de esto, estamos hablando
quizás de reforzar algún punto que esté flojo en nuestro discurso o proposición
(…) Uno de los déficits más grandes que tiene la Argentina es la falta de una
propuesta concreta para llevarle al Reino Unido porque nosotros pedimos
sentarnos a negociar, pero si nosotros le llevamos una propuesta al Reino Unido
se va a ver obligado a negar (…)» (Estos comentarios son idénticos, copia
textual de los ya formulados en 2018 por Kohen en su exposición en el CARI).
Continúa Rodriguez: «Creo que viendo el vaso medio lleno, esta propuesta del
profesor Kohen, quizás, nos depara la necesidad de elaborar en conjunto de la
sociedad, los académicos, los veteranos, o quizás dentro del Consejo Malvinas,
una propuesta con las voces y las visiones plurales que se encuentran en ese
Consejo, como en la actualidad tenemos visiones totalmente opuestas como la del
profesor Armando Abruza por un lado; del profesor Marcelo Kohen; la profesora o
doctora Susana Ruiz Cerutti, con senadores y diputados del PRO, de Juntos por
el Cambio, del Frente de Todos, radicales y cada uno de ellos ha llevado una
política totalmente distinta…» (sic).
A esta altura, es
interesante hacer notar algunas afirmaciones de este Asesor de la Secretaría de
Malvinas, que en la ocasión representa al secretario Carmona (es decir habla
por este): por lo que manifiesta, no parece que en el ámbito de la Secretaría o
del Consejo se le hayan pedido explicaciones a Marcelo Kohen por su Plan, que
coincidió con la vigencia del Pacto de Foradori-Duncan y, en particular, no se
le habría preguntado con qué mandato, quién financió y en nombre de qué
Institución presentó la propuesta en 2018 ante los isleños en el territorio
argentino de Malvinas, ubicadas a 12.558 km en línea recta de su residencia en
Ginebra.
Contrario a lo que manifiesta este asesor, el citado Marcelo Kohen es parte del Estado, lo fue cuando representó los intereses del Estado argentino en los casos de las papeleras de Uruguay y la Fragata Libertad y también al integrar el Consejo de Malvinas que se encuentra en el ámbito de la Presidencia de la Nación (Art. 1º de la Ley 27.558) y asesora al presidente (Art. 4º de la Ley). Sus opiniones no han sido formuladas en un “ámbito personal” como refiere Rodriguez, sino en forma política y pública (Perfil, 22/3/2018) y a los propios isleños (además de su exposición en el CARI) violentando la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional y las Resoluciones de las Naciones Unidas, por cuanto estos no son parte en la disputa. Al indicar que no siendo formulada la propuesta por el Poder Ejecutivo no es vinculante, demuestra una supina incapacidad política, que le podría llevar a afirmar que dichos del Canciller o del secretario de Malvinas, que no son el presidente de la Nación y, por lo tanto, no son el Poder Ejecutivo, contrarios a la posición argentina expresada en la Constitución Nacional, no dañarían la postura argentina en la cuestión Malvinas (¡!).
En su calidad de
Asesor de la Secretaría e interviniendo incluso en el Consejo Nacional de
Malvinas: Rodriguez afirma: «estamos hablando quizás de reforzar algún punto
que esté flojo en nuestro discurso o proposición (…) Uno de los déficits más
grandes que tiene la Argentina es la falta de una propuesta concreta para
llevarle al Reino Unido porque nosotros pedimos sentarnos a negociar, pero si
nosotros le llevamos una propuesta al Reino Unido se va a ver obligado a negar,
a decir no la quiero; no voy a negociar y eso nosotros la podemos usar para que
la opinión pública británica (…) quizás, nos depara la necesidad de elaborar
(…) dentro del Consejo Malvinas, una propuesta con las voces y las visiones
plurales que se encuentran en ese Consejo…» en primer lugar, habría que decir
que este representante de Carmona podría quedar incurso en la violación de la
confidencialidad prevista en el Artículo 16º del Reglamento del Consejo y, ello derivaría de
la ventilación de que ese Cuerpo debiera hacer propuestas que no estaría
haciendo e incluso anuncia públicamente los efectos que estas propuestas -que
el Consejo no realiza- podrían tener sobre la opinión pública británica. Una
acción irresponsable de un funcionario de la Cancillería y una apreciación de
increíble ingenuidad de quien se presenta como especialista en derecho
internacional.
Respecto a las
afirmaciones de Rodriguez que «en la actualidad (en el Consejo) tenemos
visiones totalmente opuestas (…) y cada uno de ellos ha llevado una política
totalmente distinta…» (sic), lo que constituye una nueva violación de la
confidencialidad necesaria en materia de las estrategias que debe llevar el
Consejo (“…Quienes ejerzan o hayan ejercido funciones en el Consejo no deberán
dar a conocer, en momento alguno, las deliberaciones que tengan allí lugar ni
la opinión de otro miembro…”. Art. 16º del Reglamento). Consultado al respecto
un acreditado diplomático, con una amplia experiencia en cuestiones de
Malvinas, manifestó duramente: «claro que hay visiones totalmente opuestas: la
del interés nacional y la de los traidores, ignorantes y oportunistas».
A lo ya dicho
respecto a la ocupación extranjera del Atlántico Suroccidental (César Lerena
“El extranjero ocupa y explota el Atlántico Suroccidental”, 15/11/2022) se
agregan las recientes declaraciones del presidente de la Nación: “Argentina
tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que la compra de
aviones militares. Estamos en un continente muy desigual, pero no hay problemas
de guerra y se busca la unidad entre los países” (The Global Boardroom de @FT),
lo que parece estar demostrando el desconocimiento del Poder Ejecutivo sobre
cuáles son las amenazas que enfrenta la Nación, ya que nadie se imagina una
confrontación con países de Suramérica; pero, no podemos olvidar que el Reino
Unido de Gran Bretaña tiene ocupado o en disputa con la República Argentina
5.497.178 Km2 de su territorio continental, insular, marítimo y de la
plataforma continental extendida. Todo ello, en medio del injustificable viaje
de jueces y fiscales a Lago Escondido del británico Joe Lewis; quien sería, el
mismo propietario de la pista de aterrizaje de 1.800 m. inaugurada en 2008 para
aviones de gran porte, ubicada en Sierra Grande (R. Negro), lindero a Chubut y
a 1.200 km de Malvinas.
Me repito: La
incapacidad se pone de manifiesto poniendo a las personas en la máxima
posibilidad de sus capacidades y, en muchas ocasiones, este umbral es muy bajo.
Dr. César Augusto
Lerena
Experto en
Atlántico Sur y Pesca – Ex Secretario de Estado
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