POR GABRIEL
CAMILLI *
La Prensa,
02.10.2022
La contraofensiva
ucraniana parece haber reequilibrado en parte las perspectivas del conflicto
sobre el terreno y empieza a sentirse más urgente la necesidad de una salida.
Putin, en su retórica, jugó hacia adelante. Lo hizo pocos días después de la
cumbre de Samarcanda. No lejos del relanzamiento de la ayuda militar a Ucrania
y la reivindicación de los éxitos de Kiev también por parte de quienes, como el
canciller alemán Olaf Scholz, se habían mostrado reticentes a un apoyo más duro
a Ucrania.
El momento actual
evidencia la necesidad de una "alta política”, tan alejada de los
partidarios del partido de la guerra en ambos bandos.
La retirada rusa,
el agotamiento de la contraofensiva ucraniana en un contexto de guerra de
posiciones, el cansancio y la falta de aliento de Moscú y Kiev y la amenaza
inminente del tsunami energético nos habrían hecho pensar que, el otoño y el
invierno podrían haber contribuido a un diálogo efectivo por la paz gracias al
limitado margen de maniobra en el campo de batalla. Putin devolvió la pelota a
la tribuna con su discurso. Con medidas muy activas y concretas, en la
referencia a la posibilidad de utilizar el poder atómico, en la posibilidad de
cambiar el rumbo del conflicto con la movilización de 300.000 reservistas. Los
datos políticos y el mensaje cuentan en esta etapa.
Sumado a todo esto
el probable sabotaje de los oleoductos Nord Stream 1 y 2 tiene muy pocos
beneficiarios potenciales y millones sufrirán. Hecho a tener en cuenta y que
puede ser un punto de inflexión en la guerra de Ucrania, según avancen las
investigaciones del caso.
Y el hecho
político es que Europa vivirá un invierno de guerra. Guerra, congelada, en los
frentes del atrincheramiento ruso-ucraniano. Guerra política y diplomática tras
la jugada de los referéndums para la anexión de los territorios ocupados o
reconquistados (según sea quien lo mire). Guerra de nervios por el
abastecimiento de armas y la dialéctica entre los "pistoleros" (de
ambas partes) con el dedo en el gatillo atómico. La guerra económica por el
tira y afloje de las sanciones por un lado y la tormenta energética alimentada
por Rusia por el otro. Guerra por poderes, con Ucrania en primera línea militar
y Europa abrumada por la inflación importada del otro lado del Atlántico en el
contexto de la contención asimétrica de Estados Unidos y Reino Unido contra
Moscú.
El conflicto,
según interpretamos, parecería estar entrando en el juego de la escalada que
exige la necesidad de moverse a un territorio desconocido. En el que los
grandes ausentes parecen ser la prudencia política y el razonamiento eficaz
capaz de encontrar una salida a una crisis que, por todos los frentes, está
desgarrando tanto a Europa como a Rusia. Sin esperanza de una salida pronto.
El general
Dominique Delawarde, quien fue jefe de la inteligencia instrumental militar
francesa. Escribió en algunos medios europeos recientemente: “Mis pensamientos
sobre la situación actual en Ucrania son los siguientes:
En primer lugar,
este conflicto debe enmarcarse en el marco más general de la confrontación
planetaria entre dos campos: el de la unipolaridad hegemónica EEUU/OTAN apoyada
en el dólar y la fuerza militar que quisiera sustituir a la ONU para gobernar
el mundo y la de la multipolaridad de todos los Estados que se niegan a
someterse a EEUU y reconocen solo el papel de la ONU en la
coordinación de la
marcha del mundo “( Reciente reunión de la Organización de Cooperación de
Shanghai y citado en nuestro Articulo de La Prensa del 26 de setiembre)
Además continúa
Delawarde, dando una visión de las causas y origen de esta guerra:“Rusia, que
se opone al cerco de su territorio iniciado en 1990 por Estados Unidos y sus
vasallos europeos, se prepara para este enfrentamiento final desde el bombardeo
de Belgrado hace 23 años. Para ello, Putin restauró la economía de su país y
sus fuerzas armadas. Ha tejido una verdadera red de amistad y cooperación con
grandes países (China, India, Pakistán, Irán, Brasil, y otros...) estando
fuertemente comprometida en organismos interestatales como los BRICS y la OCS,
fundados como resultado de y en reacción al bombardeo de Belgrado por parte de
la OTAN, sin mandato de la ONU, bajo un falso pretexto.
Lo que necesitamos
entender es que Rusia está hoy comprometida en un punto muerto
"global", en su propio nombre, pero también como líder de todos los
países y todos los ciudadanos del planeta, que rechazan la conquista y
dominación del mundo desde una parte de la coalición de intereses
neoconservadora y globalista EE.UU.-UE-OTAN.” Delawarde.
En este sentido,
podemos observar que Rusia no está aislada hoy, y es precisamente porque no
está aislada que puede resistir económicamente a los 30 países de la OTAN.
Reiteramos que
este enfrentamiento tiene varios componentes como parte de esta gran guerra
irrestricta y (¿que podría escalar a mundial?):
Un aspecto militar
importante pero que no necesariamente será el aspecto decisivo en el desenlace
de este enfrentamiento planetario; Un aspecto económico y financiero que
probablemente afectará al resultado final y que provocará dificultades sociales
que podrían provocar malestar en muchos países de occidente globalista ;y
muchos otros aspectos: ideológicos (multipolaridad y soberanía frente a
unipolaridad y globalismo), culturales y sociales...
Hacer la guerra en
todos estos componentes es un asunto muy complejo.
A nivel militar,
la confrontación entre Rusia y el Occidente globalista tiene lugar en un frente
gigantesco que va mucho más allá de las fronteras de Ucrania.
Observemos los
hechos que están pasando o han pasado en Siria, en Armenia-Azerbaiyán, en
Serbia-Kosovo, en Tayikistán-Kirguistán, en Kazajstán, en Georgia, en Moldavia,
en Bielorrusia, son muchos intentos de desestabilizar a Rusia, en sus fronteras
o en otro lugar, y una distracción de su principal esfuerzo militar del
momento: Ucrania. Todo esto obviamente está planificado y comandado entre
bastidores.
Por lo tanto,
Ucrania es solo una de las preocupaciones de Putin entre muchas.
La reciente
contraofensiva “ucroatlantista”
En la región de
Kharkov, sólo había una cortina defensiva rusa muy delgada, quizás un promedio
de 10-20 hombres por kilómetro al frente, que es insignificante y no podría ser
suficiente para contener una fuerza atlantista ucraniana concentrada, atacando
con una fuerte superioridad numérica en intervalos abiertos. Concentraron la
masa del poder de combate contra una línea débil
La fuerza aérea y
la artillería rusas cobraron un alto precio en el avance de las fuerzas
ucranianas ( o como los llaman algunos ucroatlantistas) hacia el norte y las
fuerzas rusas lograron retirarse con daños mínimos ( o no …) y, por lo tanto,
estrecharon considerablemente el ancho del frente para densificar el número
allí. Se trata, sin duda, de una victoria ucraniana… a lo Pirro,… que, además,
se ha detenido sola.
No hay necesidad
de salir de West Point para saber que una ofensiva en una proporción de 8 a 1
tiene todas las posibilidades de ser coronada con éxito, a pesar de la
artillería y la fuerza aérea enemigas. Esto es lo que pasó.
Probablemente ha
habido una sobreestimación por parte de los rusos de su capacidad para detener
la ofensiva con fuego aéreo o de artillería y una subestimación de la capacidad
de avance de los ucranianos a pesar de las pérdidas y, por supuesto, la
explotación demasiado tardía de la inteligencia y la falta de recursos humanos.
Es aquí que el
Kremlin, consciente de que necesita personal adicional para alcanzar sus
objetivos en un tiempo razonable, ha decidido movilizarse parcialmente y
celebrar referéndums en 4 regiones de Ucrania.
Según parece, el
tiempo no está a favor de Ucrania, sino a favor de Rusia y sus partidarios.
De hecho, será la
resiliencia de las poblaciones y las economías lo que determinará el ganador
del enfrentamiento.
En relación al
manejo de la Estrategia Nacional es importante destacar que las Alianzas y
apoyo internacional deben ser realizadas y desarrolladas antes del conflicto y
no durante, Tanto Rusia como Ucrania han llevado a cabo los acercamientos hacia
otros países y foros internacionales; antes de la guerra. También desde una
reflexión estratégica, vemos el alto valor que mantiene un tema cuando es
considerado “La Causa nacional”: las causas nacionales son siempre un factor de
unidad de la sociedad.
Rusia se apoya en
países poderosos (China, India, Pakistán, Irán entre otros, pero no solo...), y
su población siempre se ha mostrado muy resistente y unidad en la adversidad,
lo que está lejos de ser el caso hoy de las poblaciones occidentales, que están
muy divididas. El pueblo Ucraniano es un pueblo tradicionalmente fuerte.
Pero,
numéricamente hablando; cabe recordar que la OTAN aglutina solo al 15% de los
habitantes del planeta y que la OCS por sí sola representa casi el 50%.
También cabe
señalar que en las últimas maniobras militares Vostok 2022 que tuvieron lugar a
principios de septiembre, Rusia logró maniobrar juntas a 4 potencias nucleares
(Rusia, China, India y Pakistán) lo que representa un logro diplomático en
medio de la crisis de Ucrania.
Por último, cabe
señalar que ya se han producido grandes manifestaciones callejeras contra las
restricciones al consumo a causa del conflicto en países de la Unión Europea
(Alemania, Italia, España, Hungría y República Checa, entre otros).
Probablemente,
esto recién empieza y el invierno podría ser "caliente" para todos,
en especial para los gobiernos de la "coalición occidental".
Cnl My (R)
Director de Elevan
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