sábado, 10 de abril de 2021

EL CASO BOLSONARO

 

Analizado con seriedad


Es común que se relacione la situación actual de Brasil, con la personalidad de su presidente, Bolsonaro, a quien se señala por actitudes histriónicas y autoritarias que no difieren demasiado de las de otros políticos (Maduro, Morales, etc.). Se acusa al mandatario por no comulgar con las ideas progresistas: aborto, ideología de género, tolerancia frente al delito, entre otras.

Nos parece interesante, sin embargo, el análisis que realiza el último número del periódico Le monde (*). Pese a reveses sufridos en las últimas semanas, Bolsonaro conserva importantes niveles de adhesión y su futuro político está lejos de haber quedado definido. Esto se explica por cuatro motivos:

1. Mantiene el apoyo de un 30 % del electorado, que comparte las ideas del presidente. Además, ha reemplazado el apoyo de la población de clase alta, con la adhesión de sectores populares por –entre otras cosas- el programa de transferencia de 600 reales a las familias más pobres. Este cambio es similar al experimentado por Lula, que perdió el respaldo de los sectores progresistas de clase media debido al escándalo del Mensalao, reemplazado por pobres del norte, beneficiados por el Bolsa Familia.

2. El apoyo de las iglesias evangélicas, con una capilaridad militante de la que carecieron presidentes anteriores, pues Bolsonaro es percibido como uno de los suyos. Simultáneamente, el ministro de Economía, Paulo Guedes, es considerado una garantía por el mundo financiero.

3. El apoyo militar. En un proceso de cooptación similar al desplegado por el chavismo en Venezuela, las fuerzas armadas ocupan casi la mitad de los cargos del gabinete; en total 6.157 funcionarios.

Sucede que, igual que Chile y a diferencia de Argentina, Brasil tramitó el fin de la dictadura mediante una transición ultrapactada que hizo posible que las Fuerzas Armadas se aseguraran la impunidad mediante una Ley de Amnistía y frenaran, veinte años más tarde, la Comisión de la Verdad impulsada por Dilma Rousseff, además de conservar una autonomía operativa amplia que les permitió participar en tareas de seguridad interna.

A diferencia de la Argentina, donde los golpes de estado han constituido una especie de enmienda constitucional, al carecerse de remedios institucionales que permitan superar ordenadamente las crisis políticas, en Brasil el artículo 142 de la Constitución define entre las funciones de las Fuerzas Armadas la de actuar como garante de los poderes constitucionales en caso de peligro o desorden.

4. Bolsonaro cuenta con el apoyo del centrao, la selva de partidos conservadores con los que acordó un esquema de convivencia cediéndoles las presidencias de las Cámaras y cargos en el gabinete.

Dada la importancia que tiene Brasil para nuestro país, conviene tener en cuenta los datos citados, para procurar una evaluación objetiva del futuro posible.

 

* “Brasil sufre”; José Natanson, Le Monde diplomatique, abril 2021.

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