muy poco para vivir
POR GABRIEL
CAMILLI
La Prernsa,
27.11.2022
En el noveno mes
de la guerra en Ucrania, este sangriento y devastador conflicto continúa
presentándose como una "montaña rusa emocional". Los continuos informes
de los medios sobre éxitos y fracasos caracterizan el panorama en ambos lados.
En la guerra, que también se ha librado como una guerra de información desde el
principio, se está volviendo cada vez más difícil mantener una visión general.
Como es habitual en los conflictos de mayor duración, también hay cierta
resignación en los informes de los medios regionales y globales. Nuevos
eventos, como por ejemplo, el enfrentamiento entre China y Estados Unidos por
Taiwán, dominan las primeras planas.
Los servicios de
inteligencia occidentales informan constantemente sobre las graves debilidades
de la gestión de operaciones rusas e incluso predicen que el ataque ruso
colapsará pronto. Pero este colapso no se produce. Lo contrario parece ser el
caso. En el Donbass, las fuerzas rusas siguen avanzando lenta pero
constantemente a lo largo de un amplio frente. En el sur, el frente se ha
estabilizado apoyados en la orilla occidental del Dniéper. La retirada del área
de Kyiv, en su momento, se presentó con éxito a la población rusa como parte
del plan general para "desmilitarizar" Ucrania.
Si miramos las
batalla en detalle, podemos ver una cosa desde el punto de vista militar: las
entregas de armas occidentales están teniendo un efecto, pero aún no de forma
rotunda y sostenible. El resultado debe ser medible. Solo cuando los ataques
rusos se detengan por completo o cuando las tropas rusas se retiren (similar a
la situación alrededor de Kyiv en marzo de 2022) se puede hablar realmente de
un punto de inflexión en la guerra desde un punto de vista sobrio, objetivo y
militar. Los envíos de armas occidentales que han llegado hasta ahora
significan que las fuerzas armadas ucranianas tienen "demasiado para morir
y muy poco para vivir".
ENVIOS DE ARMAS
Por el momento,
los envíos de armas occidentales cubren solo una parte de las necesidades
reales de Ucrania. Se han prometido capacidades básicas importantes, como
sistemas de defensa aérea de mediano y largo alcance de alto rendimiento, en
pequeñas cantidades, pero aún no se han entregado. La Fuerza Aérea de Ucrania
resultó gravemente afectada. Actúan con audacia, pero a la defensiva y tienen
poca capacidad ofensiva. Las fuerzas terrestres ucranianas están desgastadas.
Los sistemas de
artillería occidentales entrantes se envían de un lado a otro a lo largo de la
línea del frente para crear "efectos" en el lado ruso, como la
destrucción de los depósitos de municiones. Esta línea de frente tiene casi
1.000 kilómetros de largo, desde Kharkiv en el norte hasta Kherson en el sur. A
pesar del apoyo masivo con datos de reconocimiento, sobre todo de EE. UU., al
Estado Mayor ucraniano se le pide constantemente que evalúe dónde está
utilizando sus pocos recursos (especialmente la artillería de largo alcance).
En Ucrania,
además, todas las características de una agotadora guerra de desgaste son
claramente perceptibles en el campo de batalla. Como hace casi cien años, el
uso de la artillería determinó la situación en el frente. En las profundidades
del enemigo intentan interrumpir o destruir sus suministros. Las líneas de
ferrocarril, los puentes y las estaciones son de gran importancia.
En los últimos
tiempos los ataques rusos a la infraestructura eléctrica de Ucrania buscan
minar la moral de la población ante el crudo invierno. Los drones para el
reconocimiento de artillería o en uso "Kamikaze", las aplicaciones de
control de fuego de artillería, los misiles de crucero de precisión o misiles
de alcance medio, el reconocimiento por satélite y por radio solo ocultan el
hecho de que la guerra todavía se libra con extrema brutalidad.
Como expresamos
anteriormente en La Prensa: "las operaciones terrestres y aéreas son
complementadas por operaciones de ciberataques y operaciones de información
perfectamente sincronizadas en tiempo y forma para producir un efecto deseado a
fin de lograr u apoyar el éxito del objetivo político y estratégico".
Clausewitz señaló
correctamente que la naturaleza de la guerra nunca cambia, solo cambia su
carácter, "es un verdadero camaleón" y en esta guerra europea la
"Niebla de la Guerra 2.0" se ve atravesada por la guerra de la
información sin restricciones y global para influir en la mente de los pueblos,
para entrar en cada casa por los medios de comunicación y las redes sociales.
Rusia ha sufrido
más de 100.000 bajas entre muertos y heridos como resultado de la guerra y
Ucrania puede haber contabilizado un número de víctimas similar, según el jefe
del Estado Mayor de Estados Unidos, Mark Milley. Pero sin embargo los medios de
comunicación cambian los números para manipular a sus públicos.
El objetivo de esa
guerra de información es la mente de los ciudadanos de ambos bandos.
VOLUNTAD DE LUCHA
Al respecto es
importante considerar el uso que las partes dan a la encuesta de Gallup donde
se muestra el nivel de voluntad de lucha de los diferentes países del globo.
Allí podemos a acceder a una forma de registro de datos que permite identificar
las creencias, valores y preferencias políticas de la población, e incluso
comprender qué sienten las personas en relación a sus comunidades.
Así la
"Encuesta Mundial de Valores" incluye esta cuestión: ¿Estaría
dispuesto a pelear por su país? Y al consultarla nos revela que por ejemplo en
España, Portugal, Eslovaquia o Italia una mayoría afirma que no. En Alemania,
una mitad estaría dispuesta y la otra no. En Bielorrusia, Rusia y Ucrania una
gran mayoría responde afirmativamente, cosa que también se observa en Noruega,
Suecia y Dinamarca. (Para ver la encuesta pueden consultar https://www.mediablizz.com/willing-fight-country/)
Conociendo ambos
bandos estos datos de la encuesta, la acción comunicacional de la guerra
cognitiva apunta a la mente del occidente opulento que rechaza la guerra y no
está dispuesto a pelear por su país. Porque en occidente están los menores
niveles de intensión de luchar por sus naciones.
Al inicio de la
guerra algo veíamos en este aspecto en La Prensa (26.02.2022), `La Fortaleza y
la fuerza': "Si se analizan uno a uno los elementos del poder nacional
(territorio, población, PBI, poder militar, moral nacional, inteligencia
estratégica, calidad de la dirigencia, etc.) puede fácilmente constatarse que
Estados Unidos está declinando relativamente en función del ascenso chino en
todos los órdenes. Rusia, en cambio, no tiene la fuerza económica ni de USA ni
de China, pero tiene un poder militar enorme y probado exitosamente en combate,
y tiene además un control determinante sobre la energía que consumen las
industrias y los hogares europeos. Por otra parte, no hay liderazgos en los
países de la OTAN que tengan un compromiso real con los valores y los intereses
occidentales como los que tiene Putin con los valores y los intereses rusos, y
como los que tiene Xi con los valores y los intereses chinos. ¿O acaso alguien
puede creer que el auge de las teorías posmodernas y deconstructivistas -los
ataques a los valores occidentales, a la idea de Patria, a la familia, a la
historia, al cristianismo, etc.- no iban a tener consecuencias? Que nadie se
llame a engaño. El primer escudo defensivo de un Estado es la confianza en su
propia identidad nacional, espiritual e histórica. La Fortaleza es una virtud,
la fuerza es una consecuencia. ¿De qué sirven los arsenales de la OTAN si los
dirigentes no creen en los valores tradicionales de Occidente? ¿Qué van a
defender?"
Como venimos
afirmando, en general, esta fase de la guerra en Ucrania se desarrolla en tres
niveles críticos: la capacidad de resistencia de las tropas rusas que esperan
refuerzos, la capacidad de Occidente para continuar alimentando el esfuerzo
bélico ucraniano con armas y municiones y la capacidad de Kiev mantener la iniciativa
en el campo de batalla a pesar de las enormes pérdidas en tropas y vehículos
que Occidente intenta compensar.
Gabriel Camilli
Cnl My (R) -
Director de Elevan.
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