lunes, 9 de enero de 2023

ECOLOGISTAS ULTRAS

 

 eólicas y solares como instrumentos del neocolonialismo del siglo XXI

           

Carlos Andrés Ortiz

 

Informador Público, Ene 8. 2023

 

Resulta muy evidente, si se analiza desde una bien fundamentada óptica geopolítica, que el Bloque de Poder Atlantista opera para sostener y expandir, con cierto grado de sutileza, la nueva y actualizada acción del colonialismo, la cual cabe definir como neocolonialismo del siglo XXI.

 

Dentro de sus múltiples herramientas de sometimiento, en las últimas cuatro décadas el Poder Atlantista opera utilizando a las muy activas ONGs supuestamente “ecologistas”, entre otras como las “indigenistas”, con bien financiadas acciones y siguiendo libretos hábilmente creados para engañar incautos y exaltar a ciertas progresías fervorosas pero carentes de patriotismo, de escasos conocimientos generales y de pobres o nulas visiones con la debida amplitud geopolítica.

 

A la vez, las ONGs “ecologistas”, pusieron mucho y creciente énfasis en promocionar como supuestas “grandes soluciones” y falsas “energías limpias” a las eólicas y solares, para cuyas fuertes presiones cuentan con el poderoso accionar de diversos medios “especializados” y diversas operaciones de difusión, en las cuales omiten cuidadosamente los muchos aspectos negativos y las limitaciones técnicas que adolecen esos tipos de generadores de energía.

 

Consecuentemente con ese sesgo nada objetivo, esas ONGs y diversos “especialistas” y periodistas ad hoc, nada mencionan de la total inutilidad e incluso responsabilidad de esas energías pseudo “limpias” en la actual crisis energética que golpea a Europa, pues son incapaces de sustituir a las Energías de Base, como son las hidroeléctricas, las nucleares, y la termoeléctricas que queman hidrocarburos o biocombustibles.

 

Si bien el Bloque Atlantista tiene múltiples adherentes, incluso más allá del epicentro del Atlántico, sus más activos operadores están a ambos lados de dicho océano. Son potencias con largos antecedentes de saqueos, piratería e intervencionismo.

 

El Bloque Continentalista es el claro opositor del Atlantismo, y es el que evita el dominio mundial del globalismo neoliberal, centrado este en las potencias anglosajonas y sus socios. Por cierto, las Potencias Continentalistas proponen y realizan otro tipo de acuerdos, en los que ambas partes ganan, e incluso son favorables al desarrollo e industrialización del mundo hoy subdesarrollado, al que ofrecen financiaciones blandas para grandes obras de infraestructura y suministro de tecnologías estratégicas, como la nuclear. Eso es casi la antítesis de las nocivas “recetas” neoliberales, recesivas y destructivas, que por la fuerza imponen los Atlantistas.

 

Por supuesto, los Continentalistas, con China y Rusia como potencias principales, tienen sus propios intereses y prioridades geopolíticas; pero no es un tema menor que Argentina en particular, e Íbero América en general, no tienen posiciones encontradas ni focos de tensión y agresión, con los Continentalistas; como en cambio sucede en las usurpaciones territoriales británicas en Malvinas, Georgias y Sandwich Del Sur, y sus agresivas pretensiones coloniales en la Antártida e incluso en La Patagonia. Eso además de la usurpación de Belice, en perjuicio de Guatemala, y una interminable sucesión de agresiones a lo largo de la historia, como hoy sucede con los bloqueos económicos contra Cuba y Venezuela, por parte de EEUU y sus subordinados.

 

Ocurre en el mundo con todo proceso imperial y/o colonialista, que las potencias consolidadas que operan en tales orientaciones, tienen múltiples opciones de intervencionismo, siendo la más drástica la del poder bélico, para lo cual el Atlantismo cuenta con su poderoso brazo armado que es la OTAN, organismo que perpetró múltiples agresiones militares, siempre bajo supuestas “amenazas” a “la paz mundial”, “a la democracia y por los derechos humanos” (a posteriori demostradamente falsas), y siempre con la amplia cobertura comunicacional de las grandes cadenas mediáticas que operan a su servicio.

 

Pero la opción armada suele ser el último recurso, para “castigar indóciles”, sobre todo los que no poseen suficiente capacidad de defensa. Antes de esa alternativa drástica, mucho más costosa y eventualmente riesgosa, existe una amplia panoplia de otras acciones potenciales, que incluso pueden ser más contundentes, pero con menos repercusiones negativas como suelen tener las acciones bélicas.

 

Entre esas acciones de neocolonialismo, están las presiones políticas, en muchos casos desembozadas y alevosas, en otros casos sutiles; las presiones financieras, de demoledores efectos luego de perpetrar endeudamientos impagables (como los perpetrados en el “proceso”, el noventismo, y el macrismo, en Argentina); y las fortísimas presiones culturales, para diluir todo patriotismo e instalar la apatía, el materialismo desenfrenado y la carencia de valores éticos superiores; entre otros tipos de medidas para subordinar al mundo no desarrollado y perpetuarlo en el subdesarrollo crónico.

 

En las últimas décadas surgieron nuevos y muy bien financiados actores, que operan como elementos de presión, detrás de los cuales en algunos casos se advierte el accionar de los poderosos entes de Inteligencia y de operaciones encubiertas de guerras psicológicas y/o guerras blandas, al servicio de las principales potencias del Atlantismo. Los hechos prueban, con su indiscutible validez, que las grandes potencias económicas y tecnológicas -las de la llamada sociedad postindustrial-, “recomiendan” y presionan al mundo subdesarrollado, a aceptar sumisamente las férreas características del liberalismo económico extremo, dentro de cuyo marco será imposible acceder al desarrollo socio económico. Es muy evidente que el liberalismo económico, y sus versiones extremas, el neoliberalismo y el libertarismo, fueron concebidas y puestas en práctica como férreas tenazas doctrinarias que aten al subdesarrollo permanente a las naciones excluidas del selecto grupo de países y bloques de poder desarrollados.

 

Muchos destacados economistas demostraron palmariamente, que el liberalismo económico y sus versiones ultras, son en realidad doctrinas concebidas para perpetuar en el subdesarrollo crónico, a los países que se subordinen a sus destructivos designios; mientras que todas las naciones del selecto grupo de países desarrollados, salieron de las tenazas del subdesarrollo, solo a partir de desobedecer clara y contundentemente la maraña de falsos prejuicios liberales, presentados edulcoradamente como “leyes económicas”, las cuales los factores excluyentes del Poder Mundial, pretenden que sean de cumplimiento obligatorio.

 

Entre esos economistas, que desnudaron la nula “inocencia” y falaz “objetividad” de la doctrina económica liberal, pueden mencionarse a Friedrich List, nuestro Aldo Ferrer, Thomas Piketty y Ha-Joon Chang; este último con su muy explícito libro “Sacando la Escalera”, en el que pone en claro que las “recetas” liberales son en realidad perversas metodologías pensadas para impedir el desarrollo.

 

En las últimas cuatro décadas, surgieron con mucha fuerza y amplios presupuestos, poderosas ONGs transnacionales, algunas de ellas con claras injerencias de “servicios especiales” de las potencias anglosajonas, como Greenpeace, sindicada como creada y operada al servicio del MI6 (Servicio Secreto Británico), lo cual se puso en evidencia cuando esa ONG intentó impedir las pruebas nucleares francesas, en el Atolón de Mururoa; en Argentina atacando ferozmente al Sector Nuclear; en Rusia, buscando impedir tareas de exploración de petróleo y gas en el Ártico; entre otras.

 

Claro que para tapar el accionar del Reino Unido vía Greenpeace, su sede central fue trasladada a Países Bajos, nación subordinada geopolítica desde hace siglos a los mandatos del Reino Unido.

 

Ese tipo de ONGs (como también es World Wildlife Foundation, y algunas más), entre otras acciones de zapa, se centran en promocionar a ultranza e imponer al como sea, a las costosas e ineficientes energías eólica y solar, bajo falsos pretextos “ambientales”. A la vez, atacan con ferocidad y planteos falsos, a las energías hidroeléctrica y nuclear. Y eso tiene varios motivos asociados.

 

Por una parte, se arman impresentables negociados, los que, bajo una maraña de subvenciones y otras ventajas prebendarias, logran que los especuladores inviertan prácticamente a riesgo cero, y los altos costos reales de esas ineficientes energías (por sus intermitencias y otros “bemoles”), terminan siendo pagados por el Estado y/o los usuarios del servicio. Pero pocos parecen advertir, que las insólitas presiones para lograr matrices eléctricas totalmente o mayoritariamente compuestas por eólicas y solares, previsiblemente tendrán otras consecuencias, sumamente negativas. Los países que llegaran a aceptar los planteos de depender principal o totalmente de las inestables energías eólica y solar, correrán el alto riesgo de caer en la pobreza energética, por un doble motivo: a) el caos del sistema eléctrico, por las inmanejables intermitencias y fluctuaciones del voltaje; b) los altos costos de la energía.

 

Ambos factores serán -en tal supuesto- fuertes condicionantes para impedir todo proceso de desarrollo. En tanto, los ultra ecologistas, con genocidas ideas de promover el subdesarrollo, en nombre del medio ambiente, buscan “preparar el terreno”, para imponer en la población la sumisa aceptación del subdesarrollo permanente.

 

En ese contexto, los subdesarrollados solo podrán aceptar el patológico rol de proveedores de materias primas, en un marco de deterioro de los términos del intercambio, concepto este que en castizo simple, significa malvender las materias primas propias pagando precios crecientes por los productos elaborados y las tecnologías del exclusivo “club” de naciones desarrolladas.

 

Pese a diluidas promesas de favorecer el desarrollo industrial de Argentina al promover a eólicas y solares, la realidad indica que las industrias beneficiadas han sido básicamente las europeas en el caso de las eólicas, y la china en el caso de los paneles solares.

 

Pero todo lo tapan sus promotores, con montañas de palabrerías en publicaciones “especializadas”, y con el mendaz y agresivo rol permanente del ecologismo cavernario, que sigue confundiendo a incautos poco o nada informados técnicamente en los complejos temas de la Energía y el medio ambiente.

 

MGTR. Carlos Andrés Ortiz

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario