en
América Latina, Uruguay y la ONU
por Jorge Azar
Gómez
Informador
Público, 25-5-21
El atentado
criminal de hoy en Perú no fue más que otra muestra del accionar del terrorismo
que hoy invade América Latina, llámese narcotráfico, llámese "Tormenta
Bolivariana" dirigida desde Venezuela por los narco gobernantes Maduro y
Cabellos, que ya ha causado cientos de muertes en Colombia, Ecuador, Chile y
otros países.
Al menos 18
muertos (diez hombres, seis mujeres y dos niños) es, hasta el momento, el saldo
del criminal atentado de los narco terroristas en Perú. No murieron en batalla;
no murieron manifestando por una causa; murieron en el ejercicio de sus
derechos como libres ciudadanos, murieron trabajadores, murieron estudiantes,
murieron amas de casa, murieron niños que recién conocían la vida, murieron
mujeres embarazadas, murió gente como nosotros que lo único que querían era que
se les respetara su primer derecho, o sea el derecho a la vida.
Ante esta alocada
carrera de atentados sin control en América Latina llevados a cabo con una
demencial y fría planificación, nos preguntamos:
¿Quién está a
salvo de la demencia individual o grupal si se utiliza este tipo de recursos de
destrucción masiva incontrolable, planificada desde un país integrante de ONU y
OEA?
¿Qué régimen o qué
doctrina o qué sistema político puede permanecer al margen de situaciones como
las indicadas?
La presencia
brutal del terrorismo internacional niega y rompe con el sistema democrático y
destruye el ambiente para la vigencia de los derechos humanos, la seguridad y
la libre circulación, por lo que surge la necesidad de hacer un compromiso
entre los gobiernos para prevenir y erradicar ese mal, no solo en el marco de
los convenios de la ONU y la OEA, sino también a nivel bilateral.
Uruguay, que vivió
tempranamente los efectos del terrorismo, debe adoptar una firme actitud en la
Asamblea General de ONU, reclamando el más firme cumplimiento de todas las
resoluciones y recomendaciones emanadas de ese organismo, a nivel de comisiones
que tratan el terrorismo internacional y en las cuales Uruguay a tenido una
activa participación.
Uruguay debe
comprometer a la Asamblea General a realizar el mayor esfuerzo dentro de sus
atribuciones, para prevenir y combatir este fenómeno que amenaza la paz, la
estabilidad y la seguridad nacional.
Es necesario que
Uruguay proponga establecer a nivel de ONU, un sistema mundial de información y
una red de recopilación y transmisión de datos para hacer más eficiente el
combate contra el terrorismo.
Todos los aspectos
del terrorismo constituyen crímenes contra la humanidad, el terrorismo es la
forma más brutal de la anulación de los derechos humanos, por lo que no debemos
ser cómplices silenciosos de las actividades de la más triste y aberrante profesión
de nuestro planeta.
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