una trama de
miedo, corrupción y poder
POR AGUSTINA SUCRI
La Prernsa,
12.12.2021
Una vez más, la
falta de pensamiento crítico es la clave para entender la paranoia que vivimos
desde marzo de 2020. Esta vez, es el doctor Harvey Risch, quien lo hizo notar
en una entrevista con La Prensa en la que invitó a dudar de todo: de la FDA,
los CDC, los NIH, los médicos, los medios e incluso de lo que él mismo dice.
“El problema no es la pandemia sino el miedo a la pandemia. Hay que entender
que si uno logra dejar de lado ese miedo, podría arribar a conclusiones
distintas de las que nos están diciendo”, aseguró este profesor de Epidemiología
en el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Escuela de Salud
Pública y en la Escuela de Medicina de Yale.
"El peor
problema con nuestros miedos es que estamos dispuestos a tomar el primer método
que los reduzca. Entonces, cuando una autoridad viene y te dice si hacés esto,
se soluciona tu problema, lo hacemos porque resuelve nuestro miedo. Pero hay
que cuestionar eso. Y hay que ser todo lo objetivo que se pueda para tratar de
entender la ciencia, porque la ciencia que a uno le cuentan no es ‘la ciencia’.
Sino que la gente debe leer los estudios científicos, tratar de entenderlos y
si tiene dificultad en entenderlos, enviar un mail a los autores o a mí, si
puedo ayudar a explicar las cosas. Traten de comprender por sí mismos qué
significan para arribar a conclusiones propias. Así es como lo hacen los
científicos y así es como las personas deben hacerlo”, instó Risch, quien
cuenta con un doctorado en modelación matemática de epidemias infecciosas.
- ¿Cuáles son los
objetivos de esta epidemia de miedo? ¿Tiene que ver con dinero, corrupción y
poder? ¿O con una agenda especial?
- Sin dudas hay
mucha información dando vueltas, disponible para cualquiera que preste atención
y que muestra que todas esas cosas están ocurriendo. Todas ellas desempeñaron
diversos tipos de papeles. Estaba el rol del dinero, el rol de las compañías
farmacéuticas, y que no son solo de ahora, sino que empezó hace casi una década
ya que este virus no es nuevo, sino que fue creado en la última década. Las
compañías farmacéuticas han estado involucradas en su creación. Así es que
sabían que algo se avecinaba. Por lo tanto, hay cuestiones tanto de dinero como
de poder de esas grandes compañías para estar por encima de los países. Y lo
hemos visto en el modo en que estas farmacéuticas han hostigado a algunos
países más pequeños de Sudamérica para que les den la titularidad de ciertos
bienes nacionales, como aeropuertos y otros, antes de venderles sus productos.
Esta clase de situaciones es lo que hace a las farmacéuticas sentirse más
poderosas que los países. Y creo que no solo les ha pasado a esos países, sino
también a Estados Unidos, a Canadá… es algo que sucede en todas partes y sobre
lo cual no se está discutiendo.
- De modo que
usted cree que este es un virus artificialmente creado.
- Sí, no hay dudas
de que esta versión en particular, que fue liberada en Wuhan, es un virus
creado. Es un virus hecho por el hombre. Y la razón por la que sabemos esto es
científica: el virus tiene una sección de su información genética que no existe
en ningún otro lugar, tiene una longitud de 19 nucleótidos genéticos, que es
una longitud única de información genética. Esta secuencia única de 19
nucleótidos aparece en una patente de Moderna de 2013. La naturaleza no puede
ser patentada. Según la ley de Estados Unidos, si uno patentará un gen debe
modificarlo para darle una función diferente. Moderna patentó este gen, entre
otros, e incorporó esta secuencia dentro. Los Institutos Nacionales de Salud
(NIH) cuentan con motores de búsqueda online, uno de ellos llamado Blast, y si
uno toma esta secuencia de 19 nucleótidos y la coloca en el panel de búsqueda,
las primeras 100 coincidencias exactas que aparecen como resultado son de
Sars-CoV-2. Por lo tanto, no hay manera de que esto pueda ser un accidente, que
esto haya ocurrido por casualidad. La probabilidad estadística es cero. Esto
tiene que haberse tomado de la patente original de 2013 para ser usado por el
Instituto de Virología de Wuhan en el virus.
- ¿Cuándo advirtió
que había algo mal en el modo en que se estaba manejando esta epidemia?
- En marzo o abril
del año pasado. Me involucré con el tema del covid porque soy miembro de la
Academia de Ciencia e Ingeniería de Connecticut, que nuclea a científicos
senior. Al comienzo de la epidemia de covid ellos decidieron formar un comité
para desarrollar planes para ayudar a reabrir el estado luego de los
confinamientos. El gobernador ya tenía su comité, pero esta asociación decidió
hacer otro comité que incluyera personas de diferentes áreas, psicólogos,
diseñadores de aviones, todo tipo de personas interesantes que pensarían fuera
de la caja, no solamente en medicina y el virus. Fui invitado a participar.
Cada uno de los miembros tenía como rol pensar sobre determinadas cuestiones.
La mía fue sobre tratamiento temprano ambulatorio, es decir qué se podía hacer
para ayudar a las personas. Así fue que empecé a mirar la hidroxicloroquina, el
remdesivir y otros medicamentos. Los trabajos originales -fueron cinco-
mostraban beneficio de tratar a las personas con hidroxicloroquina, más
antibiótico, más zinc. Esta fue una receta que el doctor Raoult, en Marsella,
usó y que el doctor Zelenko empezó a usar en Estados Unidos. Ellos no sacaron
esas recetas de una galera. Vieron que la hidroxicloroquina se había utilizado
en Corea contra los coronavirus a partir de un estudio del Instituto del Dr.
Fauci de 2005, por lo que había razones para escoger estos medicamentos. Así
fue que empezaron a tratar pacientes y vieron que funcionaban y comenzaron a
reportar sus resultados. Otros comenzaron a hacer lo mismo. Con los cinco
reportes que tenía para abril de 2020 escribí un paper analizando muy
cuidadosamente el uso de la hidroxicloroquina y del remdesivir y lo publiqué en
el “American Journal of Epidemiology” a fines de mayo de 2020. Este paper captó
mucha atención: se ha descargado 90.000 veces y ha sido leído 150.000. Es el
artículo más leído en la historia de esa publicación.
Algunas personas
me han manifestado desacuerdo diciendo que no tenía suficiente evidencia para
ser tan concluyente como había sido. Pero creo que la evidencia era muy fuerte,
si no concluyente. Y además argumenté que no había ninguna desventaja porque la
hidroxicloroquina era el medicamento más seguro, que se ha utilizado por 65
años en cientos de millones de personas. Es más seguro que la aspirina, que el
paracetamol, es más seguro que casi todo. Lo pueden usar embarazadas, niños,
personas mayores con fragilidad. Está entre los medicamentos más seguros del
planeta. Lo extraño que empecé a ver fue la publicación de estudios que decían
que habían estudiado la hidroxicloroquina en pacientes hospitalizados y que por
ende no funcionaba en pacientes ambulatorios. Eso no tiene sentido. Y abordé
ese punto en el paper que escribí.
Al principio pensé
que los científicos estaban siendo descuidados en el modo de presentar los
resultados al escribir que lo habían estudiado en personas internadas y en sus
conclusiones decían que esto no funcionaba y punto. Y que luego el periodismo
recogía eso. No me di cuenta de que esto era un problema sistemático que había
comenzado mucho antes.
Así que en los
siguientes cinco o seis meses, se publicaron más estudios, cada uno de ellos
apoyando lo que yo había dicho, con más cantidad de datos. Por ejemplo, un
estudio en Arabia Saudita con 8.000 pacientes, mostrando un beneficio cinco
veces mayor en la reducción de la mortalidad, otro estudio en Irán con 29.000
pacientes. No se puede decir que esto es
anecdótico cuando se tiene a 40.000 personas tratadas en todos estos estudios.
De modo que está probado que este medicamento funciona.
- Es decir que
había una clara intención detrás de los estudios que decían lo contrario.
- Puedo discutir
sobre todos los ensayos clínicos fraudulentos, que fueron ideados y manipulados
para fracasar desde el principio. Es muy fácil hacer eso en estudios
aleatorios. Muchas personas creen que los estudios aleatorios son el estándar
de oro, pero lo son si son hechos cuidadosamente y con honestidad. De lo
contrario, son basura. Y eso es lo que ha sucedido. He tratado de ser objetivo
y decir que esta medicación funciona, que debe ser utilizada y que hay médicos
en el mundo que están usándola. Muchos de ellos de manera silenciosa.
En Estados Unidos
hay grupos de telemedicina y los encuesté para ver cuántos pacientes trataron,
cuántas muertes tuvieron. También a otros doctores como Fareed y Tyson, en
California del Sur, al doctor Zelenko, y toda esa información que recolecté
suma más de 150.000 personas que han sido tratadas con hidroxicloroquina, con
menos de dos docenas de muertes. No se trata de una reducción de la mortalidad
del 80%, sino de entre 97 y 99%. Así de bueno es esto si se utiliza
rápidamente, en la dosis adecuada. Y es el modo en que un médico trata a un
paciente, no basado en una fórmula ni en una receta preestablecida.
- ¿También
comprobó que la ivermectina funcionaba?
- Hay cientos de
estudios tanto para la hidroxicloroquina como para la ivermectina, pero muchos
de ellos tienen todo tipo de objetivos imprecisos. Los objetivos que realmente
son importantes son: determinar si el paciente tuvo que ser hospitalizado y si
las personas murieron o no. Esos son los resultados sobre los que me concentro.
Hay 10 estudios que toman esos objetivos al estudiar el tratamiento de
pacientes ambulatorios con hidroxicloroquina. Para la ivermectina, hay nueve o
10 estudios que evalúan cuántos pacientes fueron hospitalizados y tres estudios
sobre mortalidad. El resto son estudios con objetivos imprecisos y subjetivos.
En ese sentido, hay menos evidencia para ivermectina que para
hidroxicloroquina. Pero la magnitud de los beneficios es similar. La
ivermectina reduce el riesgo de hospitalización en un 70%, la hidroxicloroquina
alrededor de un 60 a 70%. Ambos medicamentos reducen el riesgo de mortalidad en
tres cuartas partes. Y ambas medicaciones pueden ser utilizadas a la misma vez
en un mismo paciente.
- Sin embargo,
estos medicamentos no sólo fueron suprimidos por las agencias de salud pública,
sino que se alertó que podrían ser peligrosos.
- Ese es el fraude
más grande. Si uno visita el sitio web de la FDA y observa la advertencia sobre
la hidroxicloroquina que está subida desde julio del año pasado, dice con
grandes letras negras “Advertencia: la hidroxicloroquina no debe ser utilizada
para pacientes ambulatorios con covid-19 debido a los riesgos de eventos
cardíacos adversos”. Y, debajo, en letras pequeñas dice: “Basamos esta
advertencia en eventos adversos en pacientes hospitalizados”. Así de evidente
es el fraude. El fraude es que si la FDA tuviera información sobre eventos
adversos en pacientes ambulatorios, hubiera dicho basamos esta advertencia en
eventos adversos en pacientes ambulatorios. Además, sabemos que no la tienen
porque bloquearon su uso en marzo del año pasado para pacientes ambulatorios y
solo la autorizaron de emergencia para ensayos en pacientes internados. Pero el
covid en pacientes internados es una enfermedad completamente diferente al
covid en pacientes ambulatorios, que la atraviesan como una gripe común.
Mientras que una vez que esto avanza y las personas comienzan a tener
dificultad para respirar y son hospitalizadas, es porque se produce una
dificultad respiratoria aguda como la neumonía y esa neumonía es una enfermedad
completamente diferente, que requiere un tratamiento distinto. Por lo tanto, si
la hidroxicloroquina funciona o no y si produce o no eventos adversos en
personas hospitalizadas es irrelevante para pacientes ambulatorios. Por lo
tanto, esta es la mayor mentira de la FDA, a la vista del público.
- ¿Qué rol han
jugado los principales medios de comunicación?
- Los medios de
comunicación son simplistas. No entienden nada. Esto se puede explicar en dos
partes: la primera es que están corrompidos por las publicidades que pagan las
compañías farmacéuticas. Los directores de esos medios necesitan el dinero de
la publicidad así que no desean ir en contra de sus auspiciantes. Y, los medios
mismos, están todos a la izquierda en el espectro político. Esto comenzó
durante un gobierno de derecha, el del presidente Trump, entonces como Trump dijo
que la hidroxicloroquina sería el medicamento maravilloso que arreglaría la
pandemia, todos dijeron “no lo es, no funciona y lo vamos a probar”.
Y el motivo por el
que son ignorantes es porque esto no comenzó cuando el presidente Trump habló
de este medicamento. Esto empezó, más allá de lo que comenté sobre la patente
de 2013, en octubre de 2019 cuando el ministro de Salud de Francia cambió el
estatus de la hidroxicloroquina, de medicamento de venta libre a solo venta
bajo receta. E hizo esto con datos falsos, asegurando que causaba daño
genético. Eso no es cierto. Así que cualquiera que quisiera comprar
hidroxicloroquina necesitaría una prescripción médica y eso sería lo siguiente
que el ministerio de Salud controlaría. Esa fue la primera parte, antes de que
se conociera la existencia de casos. Ellos sabían que esto era una pandemia que
se avecinaba. Las compañías farmacéuticas ya lo sabían. Ahora sabemos que ya
había casos ocurriendo porque más tarde se hizo un estudio en Italia, usando
muestras congeladas de sangre de una cohorte de personas que analizaron para
covid, encontrando que ya había personas con covid en septiembre y octubre de
2019 en Milán y otras ciudades del norte de Italia. Esto tiene mucho sentido
porque Milán es epicentro de la moda y allí hay una gran comunidad china, que
va y viene de China debido a la manufactura de indumentaria. Así que no es
sorprendente que hubiese casos ocurriendo en silencio para octubre de 2019.
Luego salió
publicado un paper en “The New England Journal of Medicine”, en febrero de
2020, escrito por cuatro estadísticos y estaba titulado “La magia de los
estudios aleatorios versus el mito de la evidencia del mundo real”. Este
trabajo aseguraba que solo los ensayos aleatorios proveían evidencia científica
y que cualquier otra cosa era un mito, que todo mi campo de la epidemiología
era basura. Estas cuatro personas cobran el sueldo de compañías farmacéuticas.
Ellos publicaron esto por una razón: sabían que había medicamentos genéricos
que funcionaban para el covid y que si estos medicamentos obtenían evidencia
para su uso, la FDA los aprobaría. De este modo las vacunas y los fármacos
patentados no obtendrían autorización de uso de emergencia porque serían
alternativos. Entonces, tenían que decapitar esas alternativas. La manera de
hacerlo fue haciendo imposible que se hagan ensayos clínicos con medicamentos
genéricos. Básicamente escribieron este paper para decir que sólo eran válidos
los ensayos aleatorios, sabiendo que hacer un ensayo de este tipo cuesta entre
5 y 10 millones de dólares y que nadie pagaría esa cantidad de dinero para
hacerlos con medicamentos genéricos sin patentes, tales como la
hidroxicloroquina, la ivermectina y otros. Así fue como los suprimieron,
mediante esta falsa idea de que solo los ensayos aleatorios proveen evidencia.
Todo esto estaba
ocurriendo antes de que el presidente Trump dijera nada. Sin embargo, los
principales medios no se hicieron eco de esto. No advirtieron que esto no era
político. No hay razón por la cual personas de derecha o izquierda se sientan
diferente frente a la corrupción, frente a la muerte innecesaria de cientos de
miles de personas. Todos deberían preocuparse por eso. Lo que importa es que
ellos pensaron que esto era algo de lo cual el gobierno republicano sacaría
crédito, si tenían éxito. Entonces debían suprimir eso, para suprimir a Trump.
Lo convirtieron en algo político cuando no lo era.
- ¿Qué opina de
los medicamentos desarrollados por Pfizer y Merck para el tratamiento del
covid-19?
- El medicamento
de Merck, el molnupiravir, es peligroso porque crea muchas mutaciones. Esas
mutaciones hacen que el riesgo de que el virus escape de las vacunas y de la
inmunidad natural sea demasiado alto. Si esa medicación es utilizada a nivel
mundial, hay altas probabilidades de que cree variantes que las personas no
podrán combatir y provocará muchas más muertes de las que hemos visto hasta
ahora. Es un medicamento muy peligroso que nunca debería haber sido aprobado.
He visto un reporte sobre el uso de molnupiravir en perros -que tienen sistemas
inmunes similares a los de los humanos- y se ha demostrado que es tóxico para
la médula ósea de los perros a una dosis menor que la utilizada en humanos. Por
lo tanto, la FDA nunca debería haber aprobado esto. Creo que hubo un solo voto
en contra en el comité, porque como se sabe, la FDA está completamente
corrompida. Este medicamento no funciona y es peligroso.
Sobre el
medicamento de Pfizer no sé demasiado como para comentar al respecto. Pero,
¿por qué razón pagarías 500 o 1.000 dólares por pastilla cuando puedes pagar 47
centavos por pastilla?
- ¿Ese es el
precio de la hidroxicloroquina?
- Exacto.
- La corrupción de
la FDA termina por extenderse a nivel mundial, ya que la mayoría de los países
-en especial los sudamericanos- toman como referencia lo que dice la FDA a la
hora de tomar decisiones.
- Sí, todo el
mundo mira el sitio web de la FDA y todos los países están enloquecidos con la
FDA, sin pensar cómo es que esto tiene sentido.
- ¿Qué tan
corrupta es la FDA?
- La FDA ha tenido
episodios repetidos de corrupción tras corrupción. Ha habido informantes
durante los últimos 20 años, desde ambos lados del espectro político. Tanto
republicanos como demócratas han tratado de forzar a la FDA a tomar decisiones,
que eran políticas y no médicas. La FDA aprueba miles de fármacos cada año.
Pero al mismo tiempo alrededor de 300 fármacos que ha aprobado son retirados
del mercado porque son malos. Ese no es un buen historial.
Pero la peor
corrupción es que para el remdesivir y la hidroxicloroquina, la FDA pide a los
NIH crear paneles de expertos para su revisión, fuera de la FDA. Para esos dos
fármacos, la FDA le pidió a Anthony Fauci que conforme comités de médicos y
científicos. El panel aprobó el remdesivir y rechazó la hidroxicloroquina. Ese
panel estaba integrado por 54 científicos, de los cuales 9 admitieron que
tenían vínculos con compañías farmacéuticas, otros 9 mintieron diciendo que no
tenían vínculos, pero sí los tenían. De modo que 18 de 54 tenían conflictos de
intereses con compañías farmacéuticas. Luego, en agosto del año pasado, la FDA
pidió una reevaluación y otra vez Anthony Fauci hizo una panel -esta vez de 20
científicos- y de este panel que votó en contra de la aprobación, 11 tenían
vínculos con compañías farmacéuticas. ¿Qué estándar ético se tendría al hacer
esto en cualquier organización científica? Anthony Fauci pudo hacer eso porque
su jefe así lo quería, el Dr. Francis Collins director de los NIH. ¿Por qué
querría Francis Collins que estos medicamentos se supriman? Porque los NIH, en
particular el NIAID (National Institute of Allergies and Infectious Diseases)
-la rama de Fauci- tiene acuerdos de participación en los beneficios de las
patentes con Moderna. Y los NIH han hecho más de mil millones de dólares a
partir de la venta de las vacunas de Moderna. Francis Collins sabía muy bien
esto y quería ese dinero para su institución. Es por eso que aceptó que Anthony
Fauci conformara un panel que suprimiría el riesgo de la aprobación de un
medicamento genérico que resolvería todo el problema y haría innecesaria
cualquier otra cosa.
- Esta información
no ha salido en los grandes medios mientras los médicos y los científicos
parecen haber perdido el sentido común.
- Sí, eso es
correcto. Todos han bebido la leche de la amnesia. Las personas que usaban
hidroxicloroquina en febrero o marzo y de pronto les dijeron que era peligrosa
y que no debían utilizarla, de golpe dijeron “bueno, supongo que no funciona…
todos los pacientes que traté y salvé, supongo que no los traté ni salvé”. Es
demencial. Creo que los médicos tienen incluso más miedo que el resto de las
personas porque no están dispuestos a arriesgar sus matrículas recetando algo a
lo cual las agencias regulatorias se oponen.
- Pero si las
personas toman conocimiento de estos medicamentos quizás puedan pedírselos a
sus médicos.
- Lo hacen. En el
último año y medio he recibido 80.000 mails y miles de ellos son de personas
que me preguntan dónde pueden conseguir hidroxicloroquina o ivermectina para el
tratamiento temprano. Y les cuento del sitio earlycovidcare.org que tiene
listados de doctores que están dispuestos a hacer público que prescriben estos
medicamentos. No trato pacientes, pero refiero a las personas que me preguntan
a estos profesionales. Y meses después recibo mails diciendo: “Me sentía como
que estaba en las puertas de la muerte, seguí sus recomendaciones, recibí
tratamiento y a los tres o cuatro días lo superé. Siento que salvó mi vida,
gracias, gracias, gracias”.
- ¿Considera que
esta situación que vivimos obliga a hacer una revisión de la medicina que se ha
practicado no sólo durante esta pandemia sino hacia atrás?
- Es una buena
pregunta. Por ejemplo, ahora estoy leyendo un libro de Peter Breggin, que era
psiquiatra. El estuvo involucrado en el juicio a Eli Lilly por el prozac. En el
libro describe todos los trucos y corrupción que implementó Eli Lilly para que
el prozac pareciera seguro cuando no lo es. Llegaron a un acuerdo en la demanda
y Breggin dice que luego de llegar a ese acuerdo por una suma de dinero, Eli
Lilly hizo un video de un juicio falso haciéndolo ver como que había ganado el
caso y eso los medios lo reportaron. Ese fue parte del acuerdo. Les pagaron a
los abogados querellantes dinero suficiente como para que estuvieran dispuestos
a participar de este video falso para hacer ver que la compañía había ganado el
caso. Un juez luego descubrió esto y lo cambió para que se dijera que el
veredicto oficial era un acuerdo, tal como fue. Así, el prozac continuó
vendiéndose alrededor del mundo a pesar de que es un fármaco dañino, según el
Dr. Breggin. El modo en que todos estos trucos son utilizados por las compañías
para corromper las aprobaciones, es la forma habitual de operar cuando tienen
socios como la FDA, que los acompañan. La FDA monta un show al hacer estas
revisiones para darles credibilidad pública y para que parezca que está
haciendo su trabajo. La FDA tiene un presupuesto anual de 6.000 millones de
dólares y el 60 a 70% de ese presupuesto proviene de compañías farmacéuticas.
- Eso es terrible
porque lo que creemos que es salud quizás nos esté matando.
- Bueno,
simplemente no lo sabemos porque nada es objetivo. Todo está corrompido. Y no
sabemos con seguridad. No hay nadie en quien confiar.
- ¿Alguna vez
imaginó que esta situación resultaría en una amenaza a nuestras libertades?
- No. Y de hecho
acabo de escribir un ensayo sobre los mandatos y la inconstitucionalidad de
dicha medida para el sitio del Instituto Brownstone, que es una especie de
think tank para las políticas científicas.
Las compañías
tienen tanto poder sobre distintas instituciones de nuestra sociedad, en
especial las políticas, que no hay posibilidades de equilibrio en Estados
Unidos en este momento. Porque un partido tiene control completo sobre todo y
las cortes no quieren intervenir porque están demasiado intimidadas. Los medios
están todos del mismo lado que el gobierno, entonces no hacen preguntas.
No soy un
libertario, creo que nuestros derechos humanos no son absolutos, que hay un
intercambio y que el gobierno tiene interés en proteger a los ciudadanos del
país, para eso son realmente los gobiernos, pero no haciéndolo de tal manera
que les quite los derechos a todos innecesariamente. Siempre hay un balance
entre lo mínimo que puede hacer el gobierno para que funcione y sacar la menor
cantidad de derechos. Todos estos pasaportes y restricciones para cierto grupo
de la población son irracionales, abrumadores, innecesarios para que el
gobierno alcance sus objetivos. De modo que hay una razón por la cual los
gobiernos están haciendo esto y no es la salud de la población. Esa es la
cuestión central sobre la cual deben pensar las personas.
- ¿Qué opina sobre
el acuerdo legal que impulsa la OMS para futuras pandemias? ¿No es peligroso
otorgarle a esa institución tanto poder?
- La OMS es una
organización de control, que es pagada por China y por la Fundación Gates. No
está claro si el senado de Estados Unidos aceptará este acuerdo. El presidente
no puede hacer acuerdos, puede intentarlo, pero no se sostienen en la corte.
- El problema con
todas estas mentiras que nos han dicho es que no sabemos cuándo terminarán
¿Cuál es su pronóstico?
- Mi pronóstico es
que estaremos mucho mejor para la primavera del año próximo. El problema es que
los países que hicieron más cuarentenas y aplicaron más vacunas están
prolongando la pandemia. Los países que no hicieron cuarentenas, que dejaron
que los niños vayan al colegio, como Suecia -aunque critiqué mucho a Suecia al
principio porque no protegió a las personas mayores que han muerto estúpidamente-
pero el resultado final es que la inmunidad natural es la única manera que
saldremos de esta pandemia. La inmunidad natural debe ser adquirida de forma
segura, no simplemente dejar el virus circular sin hacer nada. Sabemos quiénes
son las personas que corren alto riesgo de resultados negativos: gente con
obesidad, diabetes, enfermedad renal, inmunocomprometidos o las personas
mayores. Y también personas que no toman vitamina D. Entonces debemos entender
cuáles son las personas que deben ser protegidas y cuáles no. A las personas
que no deben ser protegidas se las debe dejar que contraigan el covid, y
tratarlo si lo necesitan, pero la mayoría no lo necesitará. Una vez que ellos
sean inmunes a partir de la inmunidad natural, protegerán al resto de la población.
La mayoría ni siquiera sabrá que lo han tenido porque será asintomático.
- ¿Se irá por
completo el virus?
- Probablemente
no. Siempre estará ahí en un bajo nivel. Creo que terminará siendo una
enfermedad de la infancia temprana, que los niños contraerán al comenzar el
colegio o ir a las guarderías. En los niños esta es una enfermedad leve y por
eso no requieren ser inmunizados. Sentirán algo de fiebre, un poco de
cansancio, dolor de cabeza y eso será todo. Ese será el final. No habrá que preocuparse
luego porque lo tuvieron de niños.
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