El sábado falleció
el Capitán de Fragata Aviador Naval
Roberto Seisdedos, quien hace 51 años realizó un vuelo en condiciones
extremas en la Antártida para salvar la vida de dos hombres del refugio inglés
“Fosil Bleuff”, en la Isla Alejandro Primero (latitud 72 sur).
Uno de los hombres
padecía hipotermia por un cuadro de hepatitis virósica y el otro tenía siete
fracturas expuestas por un accidente.
Seisdedos, jefe de
la Estación Aeronaval Petrel, encaró el arriesgado rescate con el único avión
disponible, el Porter Pilatus 4 G-1
El avión no tenía
deshieladores de alas, ni de hélice, ni de parabrisas, ni equipo de navegación.
No estaba autorizado a realizar navegación instrumental y su velocidad de
crucero con esquíes era de solo 90 nudos.
Este vuelo es
digno de figurar entre las mayores proezas antárticas y es un ejemplo de valor,
liderazgo, solidaridad, profesionalismo y colaboración internacional.
Sintéticamente
podemos decir que el 31 de agosto de 1971 Seisdedos despegó desde Petrel, con
el Tte. de Fragata Ancay como copiloto, el mecánico Suboficial Paladino y el
médico civil de la base Dr. Aurelio Bosso, a quien solo obligaba su juramento
hipocrático. No tenían asegurado el combustible ni aeródromos de alternativa;
no contaban con cartografía aeronáutica ni marítima de la zona. Solo un punto
geográfico de referencia. Los vientos normales en el trayecto eran de 40 nudos
y debían atravesar la cordillera antártica.
Despegaron siempre
con un sobrepeso de entre 1700 y 2000 libras; hicieron escalas obligadas en las
bases Matienzo (FAA), Palmer (USA) y Adelaida (UK) para llegar a Fosil Bleuff,
un minúsculo refugio rojo de 25 metros cuadrados en medio de la “inmensa nada
blanca”. Permanecieron allí hacinados durante cuatro días soportando un
temporal. En Palmer estuvieron cuatro días desenterrando tambores de
combustible cubiertos por un metro de nieve. Finalmente, el 21 de septiembre
llegaron a Marambio desde donde los enfermos fueron evacuados al Hospital
Británico en un C 130.
Fueron 21 días con
un total de 19 hs. de vuelo y una distancia recorrida de 2.800 km.
En 1972, la Reina
de Inglaterra condecoró a los cuatro tripulantes con la “Hoja de Roble al Valor
Militar”. No fue una formalidad ya que envió a Buenos Aires al Almirante de
Flota y Jefe del Estado Mayor de Defensa para el acto en la embajada británica
En 1982, el
Capitán Seisdedos devolvió la condecoración en manos del embajador de Suiza con
nota por el hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano.
Dios lo tenga en
su gloria.
Carlos Alberto Zavalla
Capitán de Navío (RE)
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