de la Guerra de Malvinas, desafiada por un
filme
POR AGUSTÍN DE
BEITIA
11.09.2022
El componente
épico que tuvo la intervención de las fuerzas argentinas en la Guerra de las
Malvinas, ese que se había borrado cuidadosamente de la historia y sin embargo
fue emergiendo de a poco, como esas cosas que ya no se pueden tapar, es
expuesto con toda nitidez en un nuevo documental titulado 1982. La gesta, cuyo
preestreno tuvo lugar hace unos días en la sala Leopoldo Lugones del Teatro
General San Martin.
El filme,
realizado con motivo del 40 aniversario de la guerra, reúne el testimonio de
más de una veintena de veteranos, desde soldados hasta oficiales, y se espera
que llegue a los cines de todo el país en las próximas semanas.
Los responsables
de la película son un grupo de jóvenes nucleados en la productora Faro Films,
que busca salir así a disputar "la mirada que se promueve desde hace
años" sobre el conflicto en el Atlántico Sur. Así lo destacó uno de los
productores, Santiago Molina Pico, antes de la proyección privada en el Teatro
General San Martín, a la que asistió medio centenar de espectadores, entre
ellos algunos empresarios y un representante del Banco Ciudad, que facilitó la
sala.
El largometraje,
dirigido por Nicolás Canale, que es también responsable del guión, ofrece una
exposición de lo sucedido sin complejos, aunque, a la vez, realista. No oculta
las limitaciones de recursos que padecieron las fuerzas argentinas, su
desventaja tecnológica, los errores de cálculo en la planificación militar y
las fluctuaciones en el humor de la sociedad, que pasó del fervor inicial a
darle la espalda a los veteranos.
La cinta se abre
con una imagen actual del edificio de correos de las islas, como si fuera un
testigo mudo de lo ocurrido hace cuarenta años, para luego retroceder,
precisamente, a ese fervor contagioso que congregó a una multitud de argentinos
en la Plaza de Mayo tras la recuperación de las Malvinas.
De ese arrebato
popular, y de las circunstancias en que cada uno de los veteranos recibió la
citación para ir al frente, se entra de lleno en un repaso de los momentos más
relevantes de aquellos 74 días que transcurrieron desde la
"impecable" Operación Rosario, que permitió la recuperación de las
islas, hasta la rendición de Puerto Argentino.
Los testimonios de
los pilotos Pablo Carballo y Carlos Tomba; los infantes Esteban Vilgré
Lamadrid, Lautaro Jiménez Corbalán; Carlos Daniel Esteban; el soldado Walter
Rubíes; y el comando Horacio Fernando Lauría, entre otros, se alternan con
fotografías y filmaciones de época, ilustraciones y mapas que sitúan las
acciones bélicas.
Conseguir las
imágenes para el documental no fue tarea fácil. "Fue un arduo trabajo
buscar el material adecuado para cada relato", admite el director, Nicolás
Canale, en una entrevista con La Prensa. "Se logró gracias a la ayuda de
un gran equipo de amigos y productores asociados: Santiago BŠr, Santiago Molina
Pico, Luis Ricoveri, Juan Widow, y sobre todo, en esta tarea particular, a
Francisco Vásquez", asegura.
Canale confía que
también uno de los veteranos entrevistados, Roberto Reyes, les facilitó
"un pendrive con fotos de excelente calidad" y que la Armada les dio
una "gran variedad de material inédito".
Algunas imágenes
que muestran a las islas en el presente fueron filmadas por el propio Canale
durante una visita que realizó a las Malvinas en el 2019 junto a cinco amigos,
un viaje que surgió como el sueño hoy concretado de llevar al cine las hazañas
de nuestros héroes. Ya al regreso de esa expedición, el director comenzó a
escribir el guión del documental, pero hubo que esperar hasta febrero de este
año para concretar el rodaje en diversas ciudades de la provincia de Buenos
Aires, en la capital, Mendoza, Uspallata y Córdoba.
"Una de la
ambiciones que teníamos -cuenta Canale- era filmar algunas escenas de ficción
de batallas en un Regimiento en Pigüé, pero lamentablemente por cuestiones
burocráticas del Ejército eso se frustró y entonces decidimos suplir ese vacío
con dos recursos diferentes: algunas animaciones 2D y otras animaciones de
fotografías de archivo fijas, como la de los ingleses rendidos con los brazos
en alto y manos en la nuca".
El guión también
exigió un esfuerzo de síntesis. "Es imposible desarrollar todo en
profundidad, pero creo que logramos hacer un buen resumen como para que el
espectador salga con ganas de leer e investigar más", responde.
A lo largo del
filme, los protagonistas relatan desde la experiencia de cavar un pozo de zorro
hasta la rudeza del clima y del terreno, con esa turba porosa donde se hundían
y atascaban las ruedas de los aviones. Y desde las hazañas de nuestros pilotos
para diezmar la flota inglesa hasta los fieros combates en la altura 234, en el
Monte Longdon o en el Monte Tumbledown para frenar el avance enemigo.
Alguno de los
veteranos, como Jorge Guidobono, del Regimiento de Infantería Mecanizada 7,
hablaron por primera vez para esta película. Y hay anécdotas que también son
inéditas y que no conviene revelar, como una, hilarante, que cuenta el ex
soldado Walter Rubíes, y que distiende los ánimos.
Los episodios
narrados son de una tensión, un dramatismo y una emoción por momentos
desbordante. Emoción que apenas pueden contener los veteranos al evocar los
hechos y que inevitablemente se contagia al espectador. Como sucede también en
el caso del hundimiento del crucero General Belgrano y, en particular, con el
momento en que se da la voz de evacuación.
Lejos de aquella
imagen desteñida y lastimosa de la película Los chicos de la guerra, que ayudó
a fijar un canon interpretativo sobre la contienda que se volvió oficial, esta
nueva cinta muestra a hombres que en cambio se ofrecían como voluntarios para
misiones de las que posiblemente no volvieran y que aún hoy se muestran
orgullosos de haber participado en la guerra.
La película, de 82
minutos de duración, rinde así un sentido homenaje a los soldados que pusieron
en riesgo sus vidas durante el conflicto en el Atlántico Sur y a quienes
cayeron en combate, destacando la hermandad que los unió, el coraje contagioso
que los animó a superar el miedo, así como la fe y las oraciones que los
sostuvieron en medio de los bombardeos.
Algunos veteranos
definen a la guerra como "la última gesta patriótica" o como "la
última carga de la caballería hispanocatólica contra el mundo anglosajón".
Muchos de ellos coinciden en que la Guerra de las Malvinas es "una causa
patriótica aglutinadora, que une a los argentinos" en medio de tantas
grietas. Y dicen también que "es un objetivo, una ilusión", a la vez
que reclaman una política clara para recuperar las islas.
El director del
filme dice que para esta película no se inspiró en ningún estilo en particular,
aunque enseguida admite que "seguramente uno tiene influencias que están
en el inconciente".
De sus
preferencias en esta materia, señala documentales tan distintos entre sí como
En un gran silencio, Los pibes, La Marcha de los Pingüinos o La Historia del
Camello que llora. Pero, insiste, "creo que ninguno se asemeja a 1982 La
Gesta".
"De Malvinas
había visto los documentales de Sandro Rojas Filártiga, que recomiendo, y otro
reciente muy emotivo (Malvinas. El Regreso) sobre un grupo de veteranos del
Municipio de Merlo que vuelve a las Islas por primera vez desde el
conflicto", comenta.
Los realizadores
del filme, que fue declarado de interés por el Senado de la Nación y por el
Senado provincial de Mendoza, agradecieron el apoyo inicial que les brindó el
Municipio de San Miguel y destacaron que más recientemente se comprometió
también a ayudarlos el de Lanús.
Ahora buscan
interesar a más municipios. Molina Pico adelantó que están en tratativas con el
de Tres de Febrero, pero también con Córdoba, San Luis, Mendoza, Ushuaia,
Misiones y Santa Fe. "Queremos llegar a todo el país", señaló.
El objetivo es
"llegar a todos los colegios para malvinizar, para que todos los
argentinos se den cuenta de que realmente fue una gesta y que quienes fueron a
combatir a las islas fueron héroes en serio", señalaron.
El anhelo de
transformar la cultura a través del arte
Faro Films, la
productora del documental 1982. La gesta, nació como el sueño de un grupo de
jóvenes de tener una productora "que promoviera la verdad y los valores
más trascendentes", en medio del debate por el aborto en la Argentina,
cuando advirtieron la urgente necesidad de "dar la batalla por la defensa
de la vida del niño por nacer".
"Ese año
fuimos, básicamente, la productora provida. No sólo a nivel nacional sino
también latinoamericano", afirma con orgullo ante La Prensa el cineasta
Nicolás Canale, uno de los fundadores de Faro Films, quien aclara que la visión
que tenían ya entonces era, sin embargo, mucho más amplia.
Como prueba de
ello, apunta que hoy terminaron su primera película sobre la gesta de Malvinas
al mismo tiempo que abrieron un espacio cultural (Cultura Faro) desde donde
ofrecen diversos cursos y en donde acaban de estrenar su primera obra de teatro
El Beso de María, escrita y dirigida por Matías Payer, uno de los socios de la
productora.
Su primer trabajo
fue, precisamente, durante ese debate sobre el aborto. Se trató de un videoclip
sobre una canción de Romina Ayala que se titulaba "Yo los quiero a los
2" y que se utilizó para promocionar la que terminó siendo la
multitudinaria Marcha provida del 25 de marzo de 2018.
A ese impactante
video de 2"50 de duración, de inusual calidad visual y fuerza expresiva
para provenir de un sector que no cuenta con la maquinaria mediática y cultural
y los recursos de la izquierda, le siguió la cobertura de esa misma marcha que
terminó por hacerlos conocidos. "Desde ahí no paramos con entrevistas,
informes y videos de los famosos provida", rememora Canale.
Las tomas aéreas,
el ritmo narrativo, las imágenes cinematográficas y el profesionalismo de la
filmación sorprendieron de inmediato y se transformaron en un sello distintivo
de la productora, algo de lo cual Canale se muestra satisfecho, aunque señala
que su aspiración sigue siendo mucho mayor.
"Aspiramos a
más que eso. Queremos transformar la cultura a través del arte", comenta.
Faro Films ha
trabajado para otros grupos y asociaciones sin fines de lucro que tienen una
visión común sobre las cosas y muchas veces comparten una misma inspiración
religiosa.
"Una
experiencia muy linda fue el video de la Peregrinación de Nuestra Señora de la
Cristiandad que filmamos en 2019. También el cortometraje que nos encargó La
Merced Vida ese mismo año sobre el Síndrome Post Aborto. Se llama No se olvida
y queremos hacerlo público este año", dice Canale.
"Pero también
nos ha tocado tener que rechazar hace poco un trabajo importante por fomentar
una visión muy sesgada de nuestra historia nacional", señala.
El documental
sobre la Guerra de las Malvinas es el primer largometraje de la productora, que
tiene en carpeta otros trabajos de la misma especie y hasta la aspiración de
incursionar en el cine de ficción.
"Siguiendo
con la línea de malvinizar, soñamos con hacer una película de ficción de
primera calidad sin escatimar recursos, que realce la figura de nuestros
héroes. Algo que, hasta ahora, lamentablemente, no se pudo hacer. Pero para eso
se necesita mucho dinero", comenta. "También tenemos en mente hacer
la película de otros patriotas argentinos como Enrique Shaw o el más
desconocido Luis Piedrabuena", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario