fue contratado como funcionario por Daniel
Ortega
La Nación, 21 de
febrero de 2023
Esta investigación
que reproduce LA NACION fue realizada por Nicaragua Investiga, un medio de
noticias, reportajes y producciones históricas sobre Nicaragua, y por CONNECTAS
Hace casi 40 años,
Mario Eduardo Firmenich vivía encerrado en una celda de la prisión de Devoto,
en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Había sido condenado por algunos de
los crímenes que la organización Montoneros -que él lideraba- cometió durante
la “guerra sucia” contra la dictadura militar en ese país sudamericano, a fines
de los setenta.
Hoy, el
exguerrillero tiene una vida muy alejada de las penurias de aquella cárcel: en
su última aparición pública, el viernes 21 de octubre de 2022, se lo vio
disfrutando de la pasarela inaugural de la 11ava edición de Nicaragua Diseña.
Este evento de moda, realizado en el Centro de Convenciones Olof Palme de
Managua, es dirigido por Camila Ortega Murillo, hija del presidente de
Nicaragua, Daniel Ortega, y de la vicepresidenta Rosario Murillo.
Ya sin aquella
condena a 30 años de prisión en su espalda -cumplió solo seis porque fue
indultado en 1990-, pero siempre reivindicando la sangre que ayudó a derramar
con Montoneros, Firmenich se sentó en la primera fila del evento al lado de
otros invitados especiales, entre ellos Laureano Ortega Murillo -otro hijo de
la pareja presidencial, asesor de su padre en temas de inversiones- y Salvador
Sánchez Cerén -presidente de El Salvador entre 2014 y 2019, hoy acusado
penalmente por casos de corrupción y prófugo de la justifica de su país-.
Firmenich vistió
con una chaqueta color azul y pantalón crema. Su presencia en el evento de moda
llamó la atención porque no estaba en calidad de “observador electoral”, como
lo fue el 7 de noviembre de 2021, cuando aseguró que Ortega ganó “limpiamente”
y fue “reelegido por cuarta vez porque su obra de gobierno de los tres períodos
presidenciales anteriores goza de un amplísimo respaldo social agradecido”.
Detenido en Brasil
en 1984; extraditado a la Argentina y condenado a prisión en 1986; y luego
indultado por el presidente Carlos Menem en 1990, el exlíder guerrillero es un
huésped privilegiado del régimen Ortega-Murillo. El mismo gobierno que ha aplicado
una Ley de Agentes Extranjeros contra decenas de opositores y organizaciones
sociales, mandándolos a la cárcel o al exilio, y que acaba de quitarle
arbitrariamente la nacionalidad a más de 300 nicaragüenses, no ha dudado en
contratar a un extranjero con un sueldo del Estado, como revela esta
investigación de Nicaragua Investiga y CONNECTAS.
Mario Eduardo
Firmenich, alineado ideológicamente con el sandinismo desde los años setenta,
cobraba al menos hasta septiembre de 2022 un salario cada mes a la Presidencia
de la República de Nicaragua. La información fue obtenida a través de una
filtración de la base de datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social
(INSS), que contiene datos públicos de toda la planta de personal del Estado de
Nicaragua y del sueldo neto que reciben.
Pero Firmenich no
es el único extranjero que, a diferencia de los nicaragüenses despatriados, es
acogido por Ortega como si fuera un nacional más. Además del mencionado Sánchez
Cerén, en esta privilegiada lista está otro exexpresidente salvadoreño: Carlos
Mauricio Funes Cartagena, prófugo de la justicia de su país y asilado en
Nicaragua desde septiembre de 2016.
También gozan de
la “nicaraguanidad” dos ciudadanos libios: Ebtisam Ahmed Elmashi, una mujer
nacionalizada en 1997 (como consta en La Gaceta) que ha ocupado varios cargos
diplomáticos; y Mohamed Mohamed Lasthar, sobrino del fallecido dictador Muamar
El Gadafi y actual embajador de Nicaragua en Kuwait.
Otro “agente
extranjero” es el mexicano Ramón Antonio Fregoso Toledo, que recibe un salario
del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA). Él es periodista
y fue partícipe del documental La ofensiva final, que retrató los últimos 63
días de la dictadura somocista en 1979.
El sueldo de
Firmenich
En el documento al
que tuvo acceso esta investigación, Firmenich aparece como empleado de la
Presidencia de Nicaragua, cobrando un salario neto de 133.710,59 córdobas (3735,63
dólares).
Aunque su cargo no
ha sido oficializado en La Gaceta (diario oficial de Nicaragua), los medios
oficialistas La Voz del Sandinismo y Radio Uraccan Siuna publicaron una
información en septiembre de 2020 en la que figura el argentino como “asesor de
la presidencia para la Planificación”.
Firmenich aparece
allí junto a Bosco Castillo, un funcionario del régimen de Ortega, en una
visita a varias iniciativas productivas del municipio de Bilwi, Puerto Cabezas,
en la zona del caribe nicaragüense.
Según la base de
datos del INSS, el exmontonero tiene hoy domicilio en una zona exclusiva de
Managua: Residencial Villa San Ángel, Casa 0302. Esto confirma que Nicaragua es
su nuevo país adoptivo: su último paradero conocido era España, donde estaba
radicado desde 1999.
Un video
promocional del complejo residencial donde habita Firmenich detalla que una
propiedad en ese lugar cuesta alrededor de 105.000 dólares. La casa modelo
posee un parqueo vehicular, una sala espaciosa, una cocina con alacena, tres
habitaciones con aire acondicionado y sus respectivos baños, aparte de otros
dos baños generales, un extenso patio con grama y un mini-apartamento.
Además de su
pasado de reo condenado por la Justicia de su país, por los homicidios de un
empresario y un policía, y por otros tres atentados contra ciudadanos,
Firmenich tiene otra mancha que conspira contra su contratación en el Estado
nicaragüense: viola el artículo 12 de la Ley de Migración y Extranjería, al no
poseer cédula de identidad, lo que le impide trabajar en el país y cobrar un
salario.
Esta ley también
expresa que los extranjeros deben solicitar una cédula de residencia, temporal
o permanente, que debe ser emitida por la Dirección de Extranjería “en un
término de treinta días hábiles a partir de su solicitud”. Pero tampoco se
conoce que Firmenich haya solicitado este documento.
Para esta
investigación se intentó contactar por teléfono y por correo electrónico al
exlíder guerrillero argentino, pero no hubo respuestas de su parte. Tampoco de
su hijo Facundo, que vivió con él en España y hoy está radicado en Bolivia.
El veedor
electoral de Ortega
El régimen
sandinista acreditó a 232 “acompañantes electorales” procedentes de 27 países,
entre ellos Firmenich, para “conocer de cerca” las últimas votaciones
presidenciales, que se desarrollaron el 7 de noviembre de 2021, en las que
Ortega se reeligió para continuar gobernando Nicaragua por un cuarto periodo
consecutivo. Estos comicios “no cumplieron ninguno de los elementos esenciales
de la democracia” y el régimen “optó por el camino del autoritarismo”, según un
informe emitido por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Firmenich fue
fotografiado el domingo anterior a la votación junto a varios “acompañantes
electorales”, quienes participaron en reuniones con políticos cercanos a Ortega
para conocer “programas de gobierno” y el proceso eleccionario. El exmontonero
también fue fotografiado junto a Orlando Gómez, quien ocupaba el cargo como
embajador de Nicaragua en Argentina en ese entonces.
En las posteriores
elecciones municipales que se desarrollaron el domingo 6 de noviembre de 2022,
al argentino no se le vio como “observador electoral”, aunque se conoció que el
régimen invitó a varias personas de diferentes países para “vigilar” el proceso
donde el Tribunal Electoral, controlado por magistrados oficialistas, le
adjudicó al Frente Sandinista la victoria en las 153 alcaldías del país.
A pesar del
rechazo nacional e internacional que enfrenta Ortega, Firmenich ha salido en
defensa de su régimen y ha justificado el encarcelamiento de opositores
nicaragüenses. “Las prisiones preventivas por el blanqueo del dinero que
financia la injerencia electoral norteamericana se ajustan a derecho”, escribió
en un extenso artículo denominado “13 realidades que explican la situación de
Nicaragua”, publicado en julio de 2021 en la web del Canal 6, medio oficialista
que controlan los hijos de Ortega.
En el mismo
artículo, calificó a la oposición nicaragüense como una “bolsa de gatos”
afirmando que no posee una “gran representatividad social”. Posteriormente, la
emprendió contra la Iglesia, que también ha sido atacada por Ortega: “Los
sectores más conservadores de la Iglesia católica impulsaron abiertamente el
levantamiento golpista de 2018 desde los púlpitos”, señaló.
Firmenich, de 74
años, antes de instalarse en Nicaragua se desempeñaba como docente de Economía
en la Universidad Rovira i Virgil, en Tarragona, España, donde finalmente se
jubiló: “Está jubilado desde hace tres o cuatro años”, contestó por teléfono un
empleado de esta institución educativa catalana. Es decir que además de su
salario en Nicaragua, el exlíder montonero también cobra una jubilación en
euros.
La relación
política del exguerrillero con Nicaragua se remonta a los violentos años
setenta. Montoneros llevó adelante en 1978 acciones para apoyar económicamente
a los sandinistas en la ofensiva final contra la dictadura de Anastasio Somoza
Debayle. Así lo relató Humberto Ortega, exguerrillero y hermano del presidente
nicaragüense, en su libro “La Epopeya de la Insurrección”. Tras el triunfo de
la revolución sandinista, que puso fin a más de 40 años de dictadura somocista,
los líderes Montoneros estuvieron en Nicaragua en 1979.
El oscuro pasado
de Firmenich
Está claro que
Firmenich es un huésped privilegiado del gobierno de Nicaragua y como tal,
aparece frecuentemente en eventos políticos. En julio de 2019, por ejemplo,
asistió al 40 aniversario de la revolución sandinista. En esa ocasión, fue
fotografiado con Daniel Ortega cuando se dieron un fuerte abrazo. También
participó de la última toma de posesión del mandatario el 10 de enero de 2022,
a la que asistieron muy pocos representantes extranjeros y diplomáticos debido
al rechazo internacional contra el actual régimen nicaragüense.
Firmenich arrastra
tras de sí una historia regada de violencia política. Fue uno de los fundadores
de la organización Montoneros y su máximo líder. Seguidores del tres veces
presidente Juan Domingo Perón, una figura que marcó a fuego la política
argentina del siglo XX, los integrantes del grupo guerrillero fueron
responsables de numerosos secuestros y asesinatos durante la década del setenta
en Argentina.
Tras el golpe de
Estado de 1976, Firmenich se exilió junto al resto de los integrantes de la
cúpula montonera. Desde entonces se lo vinculó con distintos referentes de la
guerrilla internacional: apareció en fotos con Yasser Arafat en Palestina,
estuvo en Cuba, en el Líbano y en la Unión Soviética. También pasó por México y
luego estuvo en Nicaragua, como se mencionó, cuando triunfó la revolución
sandinista.
Con el regreso de
la democracia a la Argentina en 1983, fue detenido en Brasil un año después y
condenado a 30 años de prisión por la Cámara Federal de Buenos Aires en 1986.
Sin embargo, el
entonces presidente Carlos Menem lo indultó, junto a los otros jefes montoneros
y a los jerarcas de la dictadura militar, mediante el decreto publicado el 29
de diciembre de 1990. Tras abandonar la cárcel, Firmenich dejó la política para
dedicarse al estudio y la investigación académica; primero en la Argentina y
después en España, destino que abandonó en los últimos años para encontrar una
nueva vida, con más comodidades y rodeado de antiguos camaradas de armas
nicaragüenses, en la ciudad de Managua.
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