Por qué ahora
apuesta a una guerra larga y agotadora
Guy Faulconbridge
Infobae, 15 de
Febrero de 2023
Vladimir Putin
presenta la guerra de Ucrania como un momento decisivo en el que Rusia se
enfrentó por fin a Occidente, pero algunos miembros de la élite rusa temen que
haya comprometido a su país a una larga e infructuosa sangría de vidas y
recursos.
Cuando el
presidente ruso ordenó la entrada de tropas en Ucrania el 24 de febrero,
esperaba una rápida victoria, ganarse un lugar en la historia junto a los zares
y dar una lección a Estados Unidos sobre el resurgimiento de Rusia desde el
colapso de la Unión Soviética.
Pero se equivocó.
La guerra ha dejado cientos de miles de víctimas entre muertos y heridos, Rusia
y sus ciudadanos son vilipendiados en Occidente como agresores, y su ejército
se enfrenta ahora a una Ucrania resistente respaldada por una creciente alianza
militar de la OTAN liderada por Estados Unidos.
Una fuente rusa
familiarizada con la toma de decisiones del país dijo que las esperanzas de
Putin de pulir su reputación se han esfumado.
“Por delante, será
aún más difícil y más costoso tanto para Ucrania como para Rusia”, dijo la
fuente, que habló bajo condición de anonimato. “Las pérdidas económicas a esta
escala no valen unos pocos territorios conquistados”.
La fuente dijo que
cree que muchos miembros de la élite comparten su opinión, aunque decirlo
públicamente supondría a una rápida represalia.
Putin afirma que
Moscú está inmersa en una batalla existencial contra un Occidente arrogante que
quiere repartirse Rusia y sus vastos recursos, una visión que Ucrania y
Occidente rechazan.
A pesar de todas
las conmociones geopolíticas que ha provocado, Putin sigue sin tener un rival
serio en el poder, según cinco fuentes rusas de alto nivel cercanas a la toma
de decisiones. Y con toda la disidencia pública suprimida, el septuagenario
presidente ruso no tiene por qué temer las elecciones presidenciales que se
avecinan en marzo de 2024.
Sin embargo, las
consecuencias estratégicas y económicas de la guerra pueden resentirse durante
algún tiempo.
“No creo en una
gran ofensiva, ni en la posibilidad de una victoria rusa contra todo el mundo
civilizado”, dijo una segunda fuente de alto nivel cercana al Kremlin, que
también declinó ser nombrada.
La fuente dijo que
Rusia está en desventaja tanto en tecnología militar como en motivación, pero
que la guerra aún continuará “durante mucho tiempo”.
SIN ALTERNATIVA
Incluso uno de los
pocos escépticos cuyas críticas han sido toleradas hasta ahora, un excomandante
de las tropas prorrusas en el este de Ucrania, partidario de la guerra, no ve
un desenlace claro.
“Estamos en una
situación absolutamente paradójica”, afirmó Igor Girkin, condenado por un
tribunal internacional por ayudar a derribar un avión de pasajeros malasio
sobre el este de Ucrania.
“Tenemos un
liderazgo completamente incapaz formado directamente por un presidente que es
inmutable y para el que no hay alternativa. Pero un cambio de presidente
llevaría a una rápida catástrofe”.
Para Girkin, eso
significaría la derrota militar, la guerra civil y el sometimiento de Rusia.
Sus frustraciones
se centran en el secretismo, la escasa comunicación y la ineficaz estructura de
mando que han conducido a una serie de humillantes derrotas militares a manos
del vecino ucraniano, mucho más pequeño.
Pero más allá del
campo de batalla, Rusia debe pagar por una guerra inesperadamente amplia y
prolongada mientras sufre las sanciones occidentales más severas.
Obligado a dar el
impopular paso de movilizar a 300.000 jóvenes económicamente activos el pasado
otoño, Putin provocó en el proceso que cientos de miles más huyeran de Rusia.
Moscú ha perdido
una parte importante del mercado europeo del gas que la Unión Soviética y Putin
se pasaron décadas ganando. La producción rusa de petróleo aumentó en 2022,
pero Moscú ha anunciado un recorte de la producción para marzo, muy
probablemente en respuesta a un tope occidental al precio de sus productos
refinados.
Numerosas empresas
e inversores occidentales han huido, lo que ha llevado a Rusia a cortejar a
China, otrora rival, como inversor y comprador de su petróleo.
Según las
previsiones del Fondo Monetario Internacional, su economía, de 2,1 billones de
dólares -una doceava parte de la de Estados Unidos-, crecerá un 0,3% este año,
muy por debajo de las tasas de crecimiento de China e India.
El superávit de la
balanza por cuenta corriente se ha reducido y el déficit presupuestario está
aumentando, a pesar de las cuantiosas detracciones del fondo para imprevistos.
“Esta guerra es la
actividad más importante que ha emprendido Putin y, desde luego, para Rusia es
la apuesta más importante desde la caída de la Unión Soviética”, afirmó Samuel
Charap, especialista en Rusia de la RAND Corporation que ha trabajado en el
Departamento de Estado de EEUU.
Pero si los líderes
empresariales rusos -entre los que se encuentran muchos de los antiguos colegas
de Putin en el KGB- se oponen al curso de los acontecimientos, lo hacen en
privado.
A LA LARGA
Mucho dependerá
del campo de batalla, donde la línea del frente se extiende 850 kilómetros.
Ninguna de las partes tiene superioridad aérea. Ambos han sufrido pérdidas
masivas.
Occidente
suministra armas más avanzadas -y de mayor alcance- tras haber suministrado
decenas de miles de millones de dólares en armas, proyectiles, misiles y
servicios de inteligencia. Pero su tolerancia a ese gasto puede no ser
infinita.
Putin puede estar
jugando en última instancia a la larga, dijo el director de la Agencia Central
de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), William
Burns, exembajador en Moscú que ha llevado mensajes del presidente Joe Biden a
Rusia.
“Los próximos seis
meses, me parece a mí, y es nuestra valoración en la CIA, van a ser críticos”,
dijo Burns en la Escuela de Servicio Exterior de Georgetown el 2 de febrero.
Afirmó que la
realidad del campo de batalla pinchará “la arrogancia de Putin”, al demostrarle
que su ejército no puede avanzar, sino sólo perder territorio ya conquistado.
Algunos miembros
de la élite rusa discrepan y afirman que será Occidente, y no Rusia, quien
pierda. “El presidente cree que puede ganar en Ucrania”, dijo una fuente rusa.
“Él, por supuesto, no puede perder la guerra. La victoria será nuestra”.
Ni el Kremlin ni
Occidente han especificado qué supondría la victoria o la derrota en Ucrania,
aunque Moscú sigue lejos de controlar siquiera las cuatro provincias ucranianas
que ha proclamado unilateralmente parte de Rusia. Ucrania dice que reclamará
cada centímetro de su territorio.
Y eso da pocas
razones para creer que la guerra acabará pronto.
“Putin seguirá en
el poder hasta el final, a menos que muera o se produzca un golpe de Estado, y
ninguna de las dos cosas parece probable ahora mismo”, dijo un alto diplomático
occidental.
“Putin no puede
ganar la guerra, pero sabe que no puede perder”.
(Con información
de Reuters)
No hay comentarios:
Publicar un comentario