munición merodeadora, el juego está cambiando
Gabriel Camilli
La Prensa,
26.02.2023
Los nuevos tipos
de armamento que están implementando las potencias en el mundo y el desarrollo
de la guerra de Ucrania están sirviendo para actualizar el portfolio de
artefactos creados por la pujante industria armamentística a uno y otro lado
del conflicto.
Entre los nuevos
ingenios militares se ha visto en muchas ocasiones recientes a la llamada
munición merodeadora, dron suicida o kamikaze.
La RAE define que
merodear es "vagar por las inmediaciones de algún lugar'', y esta
particular capacidad está modificando las tácticas de combate, buscando una
mayor eficiencia y minimizando los daños colaterales, comparativamente, respecto
del empleo de un misil o de un ataque con artillería de tubo convencional. Hoy,
el uso de esta nueva tecnología nos aporta una perspectiva distinta para
cumplir las tareas impuestas en el campo de batalla.
La munición
merodeadora es una categoría de sistema de armas aéreas en la que la munición
vuela (y espera pasivamente) alrededor del área objetivo durante algún tiempo y
ataca solo una vez que se localiza un objetivo. Permite tiempos de reacción más
rápidos contra objetivos ocultos, que emergen durante períodos breves, sin
necesidad de exponer a plataformas de alto valor cerca del área del objetivo. Y
también es más selectiva, ya que el ataque se puede abortar fácilmente.
Están en un nicho
a medio camino entre el misil de crucero y los vehículos aéreos no tripulados
(SANT), pero con la ventaja de que una munición merodeadora puede sobrevolar el
entorno del objetivo durante varias horas compartiendo características con
ambos.
Un ejemplo de ello
es la munición seleccionada por el US Marines Corps y las Fuerzas Armadas
Argentinas (1).
El Hero-120 es un
sistema de armas antiblindaje de alcance medio que cumple con los complejos
requisitos del campo de batalla moderno. Ya que es un sistema de munición
merodeadora inteligente, de alta precisión y con una estructura aerodinámica
única que realiza ataques precisos contra objetivos antiblindaje, antimaterial
y antipersonal, incluidos tanques, vehículos, fortificaciones de hormigón y
otros objetivos blandos en áreas urbanas pobladas. La capacidad de alta precisión
del Hero-120 garantiza un daño colateral mínimo. Su amplia gama de ojivas
multiusos permite al usuario operativo atacar eficazmente todos los objetivos.
1 - ¿Cómo puede un ejército proteger a su
propio pueblo de misiles o drones kamikaze?
Resulta casi
imposible proteger la propia población e infraestructura en todo el territorio
de un estado, sobre todo cuando los espacios a cubrir son extensos. Esto
requeriría un escudo protector que cubriera todo el territorio.
Sin embargo, sería
sí concebible proteger ciertas instalaciones y objetos contra esta forma de
amenaza, por ejemplo, infraestructura crítica como una refinería o una central
nuclear. Sin embargo, una protección del 100 % tampoco es probable en este
caso.
Primero se
necesita saber cuál es exactamente la amenaza: ¿son misiles balísticos, misiles
de crucero o drones? ¿De qué tipo y con qué capacidades? Y frente a ellos,
¿cuáles son nuestras posibilidades de defensa?
En lo referido al
reconocimiento o adquisición de ese tipo de blancos aéreos hostiles, se intenta
detectar la amenaza a tiempo utilizando sensores en una amplia gama de
distancias y altitudes, mediante sensores de radar, sensores ópticos,
radiogoniometría, sensores acústicos y otros sistemas.
Luego se toma una
decisión, generalmente asistida por computadoras, sobre qué sistema de armas se
utilizará para protegerse de la amenaza. Dependiendo de la amenaza, se suelen
utilizar ondas electromagnéticas, cañones o cohetes. Ya hoy hay países, como
Israel, que están experimentando con láseres eléctricos para esa tarea.
Esta interacción
se asegura en el marco de un Sistema Integrado de Defensa Aérea. Este es un
sistema muy complejo en el que todos los componentes están hechos para trabajar
juntos. En Israel, el sistema Cúpula de Hierro se utiliza para defenderse de
estas amenazas hasta una distancia de 70 kilómetros y el sistema Honda de David
para defenderse de ellas a distancias de entre 70 y 300 kilómetros. La defensa
contra misiles balísticos es posible, por ejemplo, con el sistema
estadounidense Patriot o el israelí Arrow 3.
SATURACION
Para un país como
Ucrania, defenderse contra los misiles balísticos por sí solo era poco
factible. Sólo la ingente llegada de equipos europeos le habría permitido
algunos éxitos. Y ello solo fue posible porque, en el verano boreal de 2022, el
canciller alemán Olaf Scholz pidió un sistema de defensa aérea europea en el
que los países vecinos pudieran participar y así hacer una contribución.
El ejército
ucraniano ha dicho que derribó alrededor de la mitad de los más de 80 cohetes
que los rusos lanzaron sobre su territorio en el último ataque. Pero nos
preguntamos: ¿Es ésto realista?
Suponiendo que los
datos ucranianos fueran correctos, la destrucción de la mitad de los misiles
representaría un éxito notable. Cuando se lanzan varios tipos de misiles y
drones contra objetivos, al mismo tiempo, se produce lo que se conoce como
saturación, que es la consecuencia de que los recursos presentes en todo el
sistema de defensa no tienen, generalmente, la capacidad de detectar,
localizar, identificar y adoptar la decisión de disparar para derribar cuando
la cantidad de blancos simultáneos supera determinado umbral. Ello hace que no
se detecten todos los objetivos, que las decisiones de control de tiro no se tomen
o tarden demasiado para ser efectivas y que la cantidad de sistemas y/o la
cantidad de municiones, en cada uno de ellos insuficiente para atacar a todos
los objetivos.
2 - ¿Por qué los
misiles rusos alcanzaron tantas instalaciones civiles y no objetivos militares?
En principio, la
pregunta debería plantearse de la siguiente manera, ¿cuáles eran los objetivos
a combatir? Es totalmente concebible o incluso probable que realmente se
pretendiera atacar objetivos civiles, por ejemplo, para sembrar el miedo y el
terror o para destruir infraestructuras críticas, sabiendo que las
consecuencias de esas destrucciones afectan la moral de la retaguardia y que,
en definitiva, una baja moral puede derrumbar la resistencia de una nación.
Por otra parte,
también es posible que al combatir objetivos militares se aceptara la
destrucción de instalaciones civiles vecinas (aquí se habla de daños
colaterales). Esto puede suceder cuando se usan cohetes de artillería, misiles
balísticos y misiles no guiados, ya que no son armas de precisión. Los drones
kamikaze y los misiles de crucero son armas de precisión y, por lo general,
permiten impactos precisos. También, incluso, cuando el defensor trata de
ocultar sus propios sistemas de armas en medio de instalaciones o población
civil.
En cualquier caso,
quienes hoy estamos por fuera de esta guerra, debemos entender que este tipo de
armas ha llegado para quedarse en los campos de batalla y que es urgente poder
contar con sistemas suficientes y eficientes para contrarrestar sus efectos,
por lo menos en aquellas infraestructuras cuya destrucción o paralización nos
acarrearían enormes consecuencias.
Gabriel Camilli
Cnl My (R) -
Director del Instituto ELEVAN.
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