La ONU eliminó al
cannabis de la categoría de drogas más peligrosas
Por Valeria Chavez
Infobae, 2 de
Diciembre de 2020
Una comisión de
las Naciones Unidas votó hoy miércoles la eliminación del cannabis para uso
médico de una categoría de las drogas más peligrosas del mundo, una decisión
que podría despejar el camino para la investigación y el uso médico de la
planta de marihuana.
La Comisión de
Estupefacientes, que incluye 53 estados miembros, consideró para su votación
una serie de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre
la reclasificación del cannabis y sus derivados. Así las cosas, la atención se
centró en una recomendación clave para eliminar el cannabis del Anexo IV de la
Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes –donde se encuentra actualmente–
junto con opioides peligrosos y altamente adictivos como la heroína.
Las convenciones
de drogas de la ONU son los tres tratados de Naciones Unidas que conforman el
marco legal internacional del régimen de control mundial de las drogas. Estos
son: la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 –enmendada por el
Protocolo de 1972–, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 y la
Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias
Sicotrópicas de 1988.
El objetivo de los
tratados es tipificar medidas de control aplicables a nivel internacional con
el fin de garantizar la disponibilidad de sustancias psicoactivas para fines
médicos y científicos, y prevenir su desvío hacia canales ilegales, incluyendo
también disposiciones generales sobre tráfico y consumo de sustancias
psicoactivas.
Las convenciones
de 1961 y 1971 clasifican las sustancias controladas en cuatro listas, de
acuerdo a su valor terapéutico percibido y riesgo potencial de abuso. La de
1988 anexó dos tablas en las que se listan precursores, reactivos y disolventes
que se utilizan con frecuencia en la fabricación ilícita de estupefacientes o
sustancias psicotrópicas. Este último tratado, además, reforzó
significativamente la obligación de los países de imponer sanciones penales
para combatir todos los aspectos de la producción ilícita, posesión y tráfico
de sustancias psicoactivas.
Los expertos dicen
que la aprobación de la recomendación que tuvo lugar hoy no tendrá
implicaciones inmediatas para aflojar los controles internacionales, y los
gobiernos aún tendrán jurisdicción sobre cómo clasificar el cannabis, según
publicó el New York Times. Pero lo cierto es que muchos países buscan
orientación en las convenciones internacionales, y el reconocimiento de la ONU
es una victoria simbólica para los defensores del cambio de políticas de drogas
que dicen que el derecho internacional está desactualizado.
Aún así, la
decisión es muy polémica en muchos países, lo que provocó retrasos inusuales en
la votación de las recomendaciones formuladas por primera vez por la OMS en
2019. Estados Unidos, las naciones europeas y otros estaban a favor de la
propuesta, mientras que China, Egipto, Nigeria, Pakistán y Rusia se opusieron
enérgicamente.
En la Argentina,
el 11 de noviembre se aprobó un decreto que establece la regulación del cultivo
doméstico y el expendio en farmacias de aceites y cremas producidas con esta
planta cuyo uso humano se remonta atrás 10 mil años.
Así, el Decreto
883/2020 estableció que se apruebe la reglamentación de la Ley Nº 27.350 de
“Investigación Médica y Científica de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y
sus derivados”. “Resulta impostergable crear un marco reglamentario que permita
un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector de quienes requieren
utilizar el Cannabis como herramienta terapéutica”, dice el texto publicado en
el Boletín Oficial.
Mariano Fusero es
abogado y presidente de Reset, Política de Drogas y Derechos Humanos, y ante la
consulta de Infobae sobre qué implicancias tendría en el país la decisión de la
ONU, consideró que “la convención internacional de 1961 nunca tuvo
modificaciones sustanciales del listado número 4 que es donde se incluye al
cannabis como una sustancia peligrosa con alta potencialidad toxicidad y baja
terapéutica”.
Y tras resaltar
que “países de Europa ya incluyen hace tiempo al cannabis dentro de su
farmacopea”, señaló que en los EEUU “33 estados tienen regulación de
cannabis con fines medicinales, en tanto otros 15 para cualquier finalidad”.
“En Latinoamérica, varios países ya tienen regulación específica sobre uso
médico científico de la sustancia, entre ellos la Argentina”, agregó.
Para él, “los
estados parte de la convención debieron enmendar la contradicción que se había
dado al respecto, ya que en un contexto de normalidad las convenciones
establecen el listado de sustancias y los países adhieren; en este caso las
convenciones quedaron anacrónicas y los países empezaron a legislar”.
En ese sentido,
Fusero resaltó que la votación de hoy “se amoldó a la realidad de los países
que ya habían legislado en la materia”. “Este cambio de adecuación llega tarde
pero eso no significa que impacte de manera inmediata en los países, que van a
seguir legislando soberanamente”, sostuvo.
En consideración
de Kenzi Riboulet-Zemouli, un investigador independiente de políticas de drogas
que siguió de cerca la votación y la posición de los estados miembros, “ha sido
un circo diplomático”. “Algunos países que inicialmente se opusieron a la
rebaja, como Francia, han cambiado su posición desde entonces’', agregó.
Pero la
recomendación de agregar derivados del cannabis como el dronabinol y el THC a
la Lista I, el nivel más bajo, no obtuvo suficiente apoyo para aprobarse.
“Continuar por
este camino no sólo niega a nuestros ciudadanos importantes medicamentos que
alivian el sufrimiento, sino que también representa una traición a la confianza
del público”, dijo Michael Krawitz, director ejecutivo de Veterans for Medical
Cannabis Access, y agregó que la droga era un medicamento importante que podría
proporcionar un alivio del dolor único.
La revisión de la
política del cannabis, particularmente en torno a la legalización para uso
médico, se movió a un ritmo rápido en los últimos años, para Jessica Steinberg,
directora general de Global C, un grupo internacional de consultoría sobre
cannabis, que asistió a reuniones de la ONU. Los conocedores de la industria
esperan que la votación abra el campo para la investigación de los beneficios
terapéuticos del fármaco.
Para finalizar,
Fusero destacó que “las convenciones fueron impulsadas por los EEUU y otros
países con criterio geopolítico; ahora EEUU con su contradicción interna está
en retirada de la presión internacional dura de cumplimiento de los tratados y
el eje punitivo va mutando a otros países como Rusia”.
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