miércoles, 9 de junio de 2021

ACERTADA DESCRIPCIÓN

 


Reproducimos algunos párrafos de un artículo publicado en la fecha (*), que resume adecuadamente la conducción errática del gobierno nacional.

 

“Alberto Fernández deambula en estos días con una política exterior que engaña a veces con la misma sensación de extrañamiento.

El Presidente se acerca a cada ronda que observa, pidiendo que lo acepten como miembro pleno. Viaja a Francia y se declara europeísta desde siempre. Hasta que una semana después Ángela Merkel le saca por zoom un papelito donde anotó todo lo que Fernández le prometió y le incumplió.

Fernández entra luego al foro se San Petersburgo y hace una proclama anticapitalista ante la mirada gélida de Vladimir Putín, constructor del actual capitalismo ruso. Nacionalista y alérgico al comunismo soviético.

Por las dudas no lo acepten en el círculo Sputnik, Fernández lanza otra aseveración confusa. Dice que la Argentina debería incluirse en la ronda de los países pobre. Como una de esas naciones africanas a las que el FMI les condonó las deudas al inicio de la pandemia.

Es cierto que la pobreza escaló a raudales en Argentina durante el año pasado. Pero en el foro en el que hablaba el Presidente también conocen el precio de la soja.

Fernández participa asimismo en los encuentros del Grupo de Puebla, donde suele elogiar a Lula da Silva y a Andrés Manuel López Obrador. El expresidente brasileño está haciendo algo a lo que el argentino jamás se animaría: pactó una alianza con su antecesor, Fernando Cardoso, el neoliberal que se autocriticó la teoría de la dependencia. Lula cree que la salida a la crisis equivale a ensanchar el centro.

Y el presidente mexicano con el cual Fernández soñaba cambiar el mundo, tambalea. Perdió el dominio del parlamento tras una elección sangrienta: al menos 88 políticos o candidatos fueron asesinados desde setiembre pasado.

La estrategia de cortejo diplomático al norteamericano Biden fue todavía más curiosa. Fernández dijo que Estados Unidos está haciendo peronismo clásico. Incentivos al consumo para salir de la recesión pandémica. Para que lo inviten a la ronda de Washington, gritó a voz en cuello una contraseña ininteligible: “Juan Domingo Biden”. Las sorpresas pueden seguir. Todavía le falta acercarse a la ronda china.

Con Israel, Alberto Fernández fue y vino. A Benjamín Netanyahu lo privilegió visitándolo antes que a nadie. Después mandó a votar en la ONU una resolución funcional al terrorismo de Hamas. Concluyó el periplo festejando a la alianza que desplazó a Netanyahu.

A esa diplomacia vagabunda, Alberto Fernández suele presentarla como el ejemplo más acabado de autodeterminación y multilateralismo.”

“La Argentina de Alberto Fernández desertó en las puertas del tribunal de La Haya cuando había que pedir la investigación de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura venezolana.”

 

(*) Edgardo Moreno: Diplomacia para el realismo mágico; La Voz del Interior, 9-6-21, p. 9.

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