con un dron
autónomo a humanos se registra en Libia
Tradición Viva,
3-6-21
Hoy en día, el
desarrollo de la tecnología es subsidiado por diversas instituciones y naciones
para lograr innovaciones que favorezcan a la sociedad y faciliten las tareas
cotidianas incrementando su productividad. No obstante, los resultados de
dichas innovaciones no siempre son benéficos para la sociedad, y pueden estar
lejos de proporcionar soluciones a problemas de toda índole.
Los sistemas de
inteligencia artificial continúan desplegándose en múltiples sectores
económicos y sociales, incluso se debate la idea sobre si los drones o
dispositivos autónomos se deben emplear para la guerra. Un informe de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto a la guerra de Libia, alertó
de una primera intervención de un dron autónomo y sin supervisión que atacó a
las personas.
El incidente tuvo
lugar en marzo de 2020, y hasta ahora se hizo público el documento donde el
fabricante STM señaló que el prototipo Kargu-2 era un dron militar capaz de
manipular de forma autónoma armas letales. El panel de expertos de la ONU
expresó, “los sistemas de armas autónomas letales estaban programados para
atacar sin requerir conectividad de datos entre operador y munición”.
Un video en la
página web del fabricante, detalla el potencial destructivo que tiene el
dispositivo, sin necesidad de ser manipulado por una supervisión o un militar
capacitado para controlarlo. Estos drones atacan contra los objetivos al azar y
explotan; además, tienen la capacidad de desactivar o interferir otros
dispositivos electrónicos mediante un sistema de interferencias.
También, la empresa
STM detalló en su página web que su dron se puede usar de manera efectiva
contra objetivos estáticos o en movimiento. Ello es posible gracias a sus
capacidades de procesamiento de imágenes nativas en tiempo real y los
algoritmos de aprendizaje automático integrados en la plataforma.
Según la ONU, el
despliegue de drones kamikaze tipo Kargu-2 viola la resolución del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas de 2011. Donde prohíbe a todos sus estados
miembros involucrarse en el suministro, venta o transferencia en forma directa
o indirecta de armamentos a Libia.
En 2018, la ONU
intentó comenzar a trabajar en un tratado que prohibiría las armas autónomas,
pero la medida fue bloqueada por Estados Unidos y Rusia. Asimismo, Human Rights
Watch, una organización en pro de los derechos humanos, desde 2013 ha realizado
una campaña para frenar la propagación de la tecnología como armamento militar.
Hasta ahora, no
queda claro si las ofensivas con drones dejaron víctimas entre los combatientes
libios y la población civil, tampoco se precisa si hubo algún grado de
manipulación por parte de algún controlador de vuelo. Sin embargo, la verdad
histórica sobre este hecho, podría tratarse del primer ataque de dispositivos
autónomos militares contra los humanos.
NotiPress/Andrés
Zimbrón
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