miércoles, 23 de agosto de 2023

HOMENAJE A DOS ABOGADOS CATÓLICOS


 

POR JORGE ROUILLON

 

La Prensa, 22.08.2023

 

La Corporación de Abogados Católicos rindió homenaje a dos juristas eminentes, los doctores Jorge Joaquín Llambías (1911-1981) y Jorge Adolfo Mazzinghi (1923-2016), laicos de profunda fe que fueron maestros del derecho e influyeron en el mundo jurídico argentino, en un acto realizado en su sede de avenida Santa Fe 1206, primer piso, en el barrio porteño de Retiro.

La conferencia se dio el martes 15 de agosto, día de la Asunción de María Virgen, dentro del ciclo “Grandes católicos argentinos contemporáneos 2023” y fue abierta por el presidente de la Corporación, Pedro Javier María Andereggen. Ambos juristas homenajeados presidieron esa institución, fundada en 1935.

 

 

EL DERECHO Y LA CONTEMPLACION

Andereggen señaló que la lectura de los tratados de esos dos juristas laicos traslucen “la relación entre el derecho y la contemplación, es decir de cómo el primero puede conducir a Dios”.

“Obviamente –precisó– la intención principal de sus obras era el análisis de nuestra legislación civil a la luz de la ciencia jurídica, que se vale, principalmente, de los antecedentes legislativos, la doctrina, la jurisprudencia y la lógica. Pero en el católico cabal, como lo era cada uno de ellos, no puede pasar desapercibido, además de sus conocimientos jurídicos eminentes, el trasfondo de una gran espiritualidad, que se percibe incluso en niveles místicos, sin la cual sus tratados no hubieran tenido esa impronta".

“Es que la ciencia jurídica puede elevar y alabar a Dios, tanto como lo hacen las artes, las ciencias naturales y las maravillas del universo”, destacó.

 

 

UN ORDEN SOCIAL JUSTO

El presidente de la entidad observó que en su Tratado de Derecho Civil, al referirse al contenido moral del acto jurídico, Llambías enseñaba que “la moral mentada por el Código Civil es la moral católica, es decir la que define la Iglesia y enseñan los teólogos y doctores. Ya Dalmacio Vélez Sarsfield se pronuncia a favor de una moral de base religiosa, y no laica, en su nota al artículo 530, donde nos dice en un estilo no exento de elegancia que en el lenguaje del derecho se entiende por buenas costumbres el cumplimiento de los deberes impuestos al hombre por las leyes divinas y humanas”.

Subrayó además lo que sostenía Mazzinghi en su Tratado de Familia, en cuanto “el derecho procura establecer un orden social justo, esto es, disponer las relaciones sociales conforme el criterio ético”.

 

 

UN YERNO Y UN PROFESOR ADJUNTO

Luego se refirieron a los juristas homenajeados dos abogados y profesores de Derecho que tuvieron una relación estrecha y personal con ellos. Así, el doctor Fernando Posse Saguier fue alumno de Llambías y trabajó en la sala donde ejercía como camarista, “sin tener nada que ver” y sin pensar que su profesor terminaría siendo su suegro. Llambías, casado con Julia Rosa Moyano Llerena, tenía una familia numerosa, de 14 hijos, y Posse Saguier se casó con una de sus hijas.

A su vez, el doctor Alberto Gowland empezó a trabajar como abogado instalándose en una oficina unos pisos abajo del estudio de Mazzinghi, y poco después, al abordar su primer caso de familia le tocó litigar contra su profesor admirado. No obstante haber defendido a partes contrarias, Mazzinghi lo incorporó a su cátedra como asistente y luego adjunto. "Él era muy vehemente, muy pasional", recordó; y otra vez que un pleito los volvió a enfrentar, Gowland le pidió licencia por un año en su cátedra. A la que se reincorporó y donde admiró su coherencia, su influjo orientador en el equipo de pensamiento que dirigía y su amor por la familia (tenía seis hijos, varios de ellos abogados, y una hija monja). Asistía a sus cumpleaños y celebraciones familiares. “Con 25 años de diferencia lo consideraba mi amigo”, dijo Gowland, que sucedió en la cátedra a Mazzinghi cuando se retiró.

 

 

LLAMBIAS Y LOS CURSOS DE CULTURA

Posse Saguier, profesor de Contratos y de Familia que integró la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, destacó la formación católica sólida de Llambías, que no le venía de su familia, que no era practicante, sino de su inquietud personal que lo llevó a una activa participación en los Cursos de Cultura Católica, que dejaron huella en el país –con figuras como Tomás Casares, Atilio Dell’Oro Maini, Octavio N. Derisi, César Pico, Mario Amadeo, Santiago de Estrada, Leopoldo Marechal y otros, así como su hermano, Héctor Llambías, abogado más volcado a la filosofía- y fructificaron en la Universidad Católica Argentina (UCA) en 1958.

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