sobre el ataque
terrorista que Irán y Hezbollah ejecutaron contra la AMIA
Román Lejtman
29 de Julio de
2022*
Durante 28 años,
el Mossad recogió y analizó información pública y secreta para descubrir a los
autores ideológicos y materiales del ataque terrorista a la AMIA, que causó 85
muertos y más de 300 heridos. El Instituto de Inteligencia y Operaciones
Especiales de Israel concluyó que Irán y Hezbollah son los responsables
directos del atentado fundamentalista que el 18 de julio de 1994 destruyó la
sede de la mutual judía en Buenos Aires.
El dossier “Top
Secret” tiene 43 fojas, se titula Irán-Líbano/Hezbollah/ESO/ “Yihad
Islámica”-Atentado a la AMIA-Informe Final, e Infobae es el primer medio del
mundo que accede a una copia completa del informe realizado por el Mossad.
En la foja 2, bajo
el título Resumen Ejecutivo, se pueden leer las conclusiones básicas del
dossier:
1. “Las
autoridades máximas de la República lslámica de Irán y Hezbollah dieron la
orden para que se perpetre el atentado contra la AMIA. Existen pruebas sobre la
participación de la cúpula de Hezbollah e lrán en las fases críticas y finales
del atentado.
2. El atentado fue
dirigido y ejecutado en el terreno por Hezbollah, con previa preparación de la
infraestructura del atentado y compilación de información por parte de miembros
operativos de la unidad de atentados de Hezbollah, quienes actuaron en la
Triple Frontera y en Argentina desde 1988.
3. Todos los
miembros operativos (excluyendo el conductor suicida}, salieron de Argentina
entre días y horas antes de la explosión. Residen en Beirut.
4. No hubo
argentinos involucrados en los preparativos del atentado o en el atentado. Todo
aquél ciudadano argentino involucrado de manera involuntaria (vendiendo materiales,
alquilando depósito o vendiendo la camioneta que sirvió de coche bomba, etc.},
no conocieron el objetivo de su acción y no sabían a quien le vendían.
5. El modus
operandi de Hezbollah durante décadas, por ejemplo en la ciudad de La Paz,
Bolivia, donde Hezbollah preparó un atentado similar a la AMIA, siendo
desbaratado en 2016, es idéntico-fuerzas propias del “corazón” de Hezbollah,
reclutados y entrenados en Líbano, sirven en el Líbano en los cuarteles y
oficinas de “Yihad Islámica”, realizan los preparativos y cometen el atentado.
6. El atentado de
AMIA fue celebrado y marcado como un éxito en las más altas esferas de Irán y
Hezbollah, permitiendo la “promoción” de algunos de sus partícipes - quienes
hoy día lideran el régimen iraní y la unidad de atentados de Hezbollah.
7. La delegación
de la inteligencia iraní en Buenos Aires, con base en la embajada iraní, estuvo
al tanto de los preparativos finales y la materialización del atentado días
previos al 18 de Julio”.
El dossier del
Mossad sostiene que “el atentado contra la AMIA fue perpetrado por la Unidad de
Atentados en el Extranjero de la organización Hezbollah, conocida y nombrada
bajo los siguientes nombres:
■
“E.S.O” (“Externa! Security Organization” - nombre otorgado por Hezbollah a su
unidad de atentados ya desde la década del ‘80}.
■
“Aparato Yihad Islámica”, o “Yihad Islámica” (de ahora en adelante se utilizara
este termino}.
■
“Unidad 910″.
Y añade el informe
de inteligencia israelí que “durante décadas, el régimen iraní propaga
terrorismo a lo largo y ancho del globo con el objetivo político y religioso de
expander la “revolución” islámica-chiita”, y en este contexto “creo las
Guardias Revolucionarias (IRGC), y dentro de las mismas, la “Fuerza Quds” -
cuya responsabilidad es llevar a cabo actos terroristas fuera de irán.
En la foja 4 del
informe del Mossad, se establecen las jefaturas políticas y operativas de la
Unidad de Atentados en el Extranjero de Hezbollah, que diseñan y autorizan
todas las operaciones terroristas alrededor del mundo.
En la preparación
del ataque a la AMIA, “la unidad operó bajo las instrucciones del líder supremo
de Irán, y bajo indicaciones directas de miembros de la cúpula del régimen
iraní (incluyendo factores que cumplen o cumplieron destacados cargos también
en los últimos años, como el Presidente del Consejo del Discernimiento
Rafsanjani (fallecido hace unos años), y el asesor del líder supremo para
Asuntos Internacionales, Velayati o Vahidi, ex ministro de defensa)”, sostiene
la inteligencia israelí en la foja 4.
Y agrega: “La
persona a cargo de parte del régimen iraní de transmitir órdenes e información
a Hezbollah, fue el entonces Ministro de Inteligencia Fallahian (actualmente el
asesor del líder supremo para Inteligencia y Seguridad Nacional). La
organización terrorista contó también con la asistencia logística de la
inteligencia iraní y de su filial en Argentina en ese período, en donde
trabajaba Mohsen Rabbani desde 1983.
Irán y Hezbollah
prepararon y ejecutaron el ataque terrorista contra la Embajada de Israel, y
catorce meses más tarde organizaron un cónclave de altísimo nivel para avanzar
en su plan criminal de volar la sede de la AMIA. Se trataba de demostrar que
Teherán podía actuar con amplia impunidad en América Latina, pese a la
influencia geopolítica de los Estados Unidos.
“La decisión
principal de cometer el atentado (de la AMIA) fue tomada el 14 de agosto de
1993, en la ciudad Mashhad, en el noreste de Irán, en un encuentro mantenido
entre altos niveles de la conducción iraní: El líder supremo Khamenai, el
entonces presidente de Irán Ali Rafsanyani, el Ministro de Inteligencia Ali
Fallahian, el Ministro de Exteriores Ali Velayati, el comandante de los
Guardias de la Revolución (Pasdarán} Mohsen Rezai y el comandante de la “Fuerza
Quds”, Ahmad Vahidi. Por parte de Hezbollah, los niveles superiores que
estuvieron involucrados fueron el comandante de la “Yihad lslamica”, lmad
Mughnya y su número dos, Talal Hamya”, reveló el dossier de la Mossad en su foja
6.
Con la decisión
política de asesinar a civiles inocentes en la Ciudad de Buenos Aires, Irán
desplegó un experimentado aparato de inteligencia en la Argentina y depositó
miles de dólares en cuentas abiertas con identidades falsas para financiar el
futuro ataque terrorista a la AMIA.
Entre las fojas 7
y 10 del dossier, el Mossad revela sus datos secretos respecto a la
inteligencia realizada por Teheran antes del atentado a la mutual judía, los
fondos que suministró para solventar el ataque y que se hizo con esos fondos
que ingresaron al sistema bancario de la Argentina desde Irán.
“La información
recabada ratifica que las actividades en Argentina fueron dirigidas por niveles
superiores del Ministerio de Inteligencia de Irán y la ‘Fuerza Quds’ del ‘Pasdarán’,
el jeque Rabbani y Ahmad Reza Asgari (o Mohsen Ranjamaran).
Asgari llegó a
Argentina en el verano de 1991 y abandonó este país exactamente tres años
después, diez días antes de cometerse el atentado contra la AMIA. La cobertura
que se le proporcionó a Asgari era la de Tercer Secretario en la embajada iraní
en Buenos Aires.
“La participación
de Rabbani en la planificación y perpetración de los atentados en Argentina fue
crucial. El jeque Rabbani llegó a la Argentina en 1983, consolidándose como una
figura religiosa influyente en el seno de la comunidad chiíta del país.
Desde el momento
en que se tomó la decisión en Mashhad, fueron transferidos desde Teherán
aproximadamente 150.000 dólares a las cuentas bancarias que había abierto
Mohsen Rabbani para financiar el atentado contra el edificio de la AMIA.
Se evalúa que muy
probablemente Rabbani utilizó esta suma para cubrir necesidades logísticas en
el establecimiento de la infraestructura entre 1993 y 1994, mientras una parte
de los fondos fueron trasladados por Rabbani a Samuel El-Reda.
Una suma de dinero
así habría alcanzado para cubrir todos los gastos logísticos necesarios para
perpetrar el atentado:
1. La adquisición
de materiales para preparar la carga explosiva (fertilizantes).
2. El alquiler de
una propiedad operacional que sirviera como depósito de armamentos en los
suburbios de Buenos Aires, por Samuel Salman El-Reda, hombre de contacto de
Rabbani en el terreno.
3. La compra del
vehículo-bomba de tipo ‘Traffic’ a Carlos Alberto Telleldin.
4. Los gastos de
estadía de los miembros de la célula operacional en Buenos Aires (alimentos,
viajes), que perpetraron el atentado junto a Salman Raouf Salman/ Samuel Salman
El Reda”.
A continuación, el
informe de inteligencia hace una comparación entre los coches-bomba utilizados
por Irán y Hezbollah para atacar la Embajada de Israel y la AMIA. Esa
comparación sirve para entender que siempre se usó un conductor suicida, que se
cambió el soporte de la bomba por razones operativas -camioneta en la Embajada
y utilitaria en la Mutual-, que los detonadores fueron similares -C4 y TNT- y
que los explosivos presentaron ciertas diferencias químicas para perfeccionar
su poder letal.
En 1992, la “Yihad
lslámica”perpetró un atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires,
mediante el terrorista suicida Muhammad Nur El-Din Nur-EL-Din (o Noureddine).
El vehículo contenía entre 200 a 400 kg. de explosivo de tipo ‘Pentolite’,
compuesto por una combinación de explosivo reglamentario ‘TNT’ y ‘PETN’.
Según información
inequívoca, la carga contenía también cientos de kilogramos de explosivos
caseros basados en urea. Se trata de un material civil de doble uso, por un
lado, puede ser utilizado para objetivos civiles, pero por otro lado también
con fines militares o de terrorismo.
Dos años más
tarde, el aparato de atentados perpetró el atentado a la AMIA mediante un
terrorista suicida llamado lbrahim Hussein Berro, a bordo de un coche bomba que
contenía aproximadamente 400 kilogramos de explosivos caseros. Esta vez, la
carga fue montada de nitrato de amonio mezclado con polvo de aluminio y algunos
kilogramos de TNT (la mezcla es conocida por el nombre Amonal), combinada con
explosivos del tipo nitroglicerina y/o nitroglicol.
El material del
TNT fue utilizado como detonador, para causar la explosión e incrementar la
destrucción”.
El dossier del
Mossad exhibe un error en su foja 11. Allí se escribió lo siguiente:
“Existe una pieza
de información recibida de parte de las autoridades argentinas respecto a una
llamado que llevo a cabo el ciudadano argentino de origen sirio de nombre
Alberto Kanoore Edul hacia Mohsen Rabbani con fecha 10.7.1994, fecha
coincidente con la compra de la Traffic.
Todavía no se pudo
explicar o siquiera comprobar la información recogida por la investigación de
la justicia de la República Argentina respecto al contacto de Alberto Kanoore
Edul con Rabbani y dicha supuesta llamada de Edul a Rabbani el día 10.7.1994,
día de la compra de la camioneta”.
La justicia
federal tiene acreditado que Alberto Kanoore Edul hizo una corta llamada ese 10
de julio de 1994 a Carlos Alberto Telleldín, el vendedor de autos robados que
entregó la camioneta Trafic que se uso para demoler la sede de la AMIA.
Pero no hay un
sólo indicio o evidencia en la causa que sostenga que Edul se comunicó con
Rabbani, como afirma el Mossad en su foja 11.
Asimismo, el
dossier del servicio de inteligencia israelí también asegura que Carlos Alberto
Telleldín vendió la camioneta Traffic a dos de los terroristas que actuaron
bajo las órdenes de Irán y Hezbollah para volar la mutual judía.
En la foja 12 del
informe de inteligencia se puede leer:
“Información de
alta confiabilidad consigna que el miembro operativo de la “Yihad lslamica” que
compró la camioneta Traffic es Amer Muhamad Akil, conocido también por su
nombre completo Amer Muhamad Akil Reda. Se trata de un miembro operativo con
más de 20 años de antigüedad “Yihad Islámica”. Este sujeto fue una pieza clave
en la célula que cometió el atentado a la AMIA, estuvo en Buenos Aires y
abandonó la ciudad cerca del atentado. Junto a el, participó de la compra
Samuel Salman Reda/Salman Raouf Salman. Ambos se presentaron ante Telleldin
utilizando gorros y anteojos de sol para ocultar sus rostros.
En el expediente
de la justicia federal argentina no se tiene absolutamente comprobado que Amer
Muhamad Akil Reda y Samuel Salman Reda hayan comprado la Trafic a Telleldín.
Son indicios incluidos en la causa que el Mossad toma como prueba definitiva.
El ataque
terrorista a la Embajada de Israel no sólo causó 22 muertos y mas de 200
heridos: confirmó al régimen iraní que Argentina tiene fronteras porosas,
servicios de inteligencia con escaso conocimiento del conflicto en Medio
Oriente y una Corte Suprema incapaz de condenar a un sólo responsable del
atentado que terminó con la sede diplomática de la calle Arroyo.
Desde esta
perspectiva, Teherán dobló su apuesta en la región y plantó en Buenos Aires un
aparato terrorista con suficiente capacidad técnica para volar a la AMIA. En la
foja 12 del informe del Mossad se describe la maquinaria asesina que dispuso
Irán y Hezbollah para causar una tragedia en la mutual judía.
“Los iraníes
prestaron las infraestructuras financieras, la inteligencia general y las
intermediaciones de logística, mientras que las actividades operativas en
Buenos Aires fueron llevadas a cabo por la célula operativa de la ´Yihad
Islámica´”.
La “célula
logistica”, responsable de la creación de la infraestructura, estuvo formada
por libaneses que fueron enviados a vivir en Argentina y Brasil por parte de
Hezbollah antes de los atentados, tales como Samuel Salman El-Reda o Hussein
Suleman Abu-Abbas y su hermano Hassan Suleiman y Khaled Muhammad Kazzem Kassem.
A diferencia, la
célula operativa enviada a Argentina estuvo compuesta únicamente por operativos
libaneses bien entrenados, pertenecientes a los más altos rangos de la “Yihad
Islámica”, que salen del Líbano solamente para perpetrar atentados. En su
rutina, residen en el Líbano, al contrario de lo que sucede con los miembros
logísticos, quienes se van a vivir a otros países con la meta de establecer
infraestructuras para atentados (bien podrían ser definidos bajo el termino
“célula dormida”}.
La información existente
indica que las actividades operativas en Argentina y países vecinos fueron
divididas en dos componentes:
1. “Miembros
logísticos”, que desarrollaron actividades varios años antes del atentado del
18 de julio de1994, y algunos de los cuales también participaron en la acción
del mismo. Todos abandonaron Argentina antes de la explosión.
2. “Miembros
operativos”, llegaron a Buenos Aires aproximadamente dos a tres semanas antes
del cometido, y abandonaron el país muy poco tiempo antes de la explosión.
En la foja 16 del
informe de inteligencia, se enmienda la peculiar interpretación que hizo el New
York Times cuando informó que los explosivos para volar la AMIA (además de la
Embajada) se trajeron en cajas de chocolates y envases de champú.
Infobae accedió a
todo el dossier de la Mossad, y allí se explica que el explosivo se compró en
Brasil y los detonadores se trajeron de contrabando en una simple valija. Es
decir: los detonadores son escasos y se pueden contrabandear en cajas de
chocolates y envases de champú, y el explosivo sumó más de 100 kilos y se
transportó en una camioneta.
“El contenido de
la valija parecía totalmente inocente: Alrededor de cinco envases de champú,
ocho paquetes de chocolate y un paquete de galletas. De información sumamente
fiable se sabe que la valija contenía explosivos estándar de tipo TNT y C4, que
aparentemente se consiguieron en Brasil, por intermedio de la compañía
Sandobad, que pertenece al hermano de Hussein (Hassan).
Estos no se
utilizarían como material explosivo de la carga, sino como “detonadores” en los
dos atentados perpetrados en Argentina. Fueron preparados junto con explosivos
caseros (fertilizantes detallados anteriormente). Estos constituyeron el
artefacto explosivo que fue preparado por el “ingeniero” Malek Obeid y su
asistente Ali Nejam Eldin.
De la
investigación de los atentados, surge de forma inequívoca que dentro de los
paquetes de chocolate se ocultaron alrededor de 5 kg. de explosivos estándar de
tipo TNT, y tal vez C4. Asimismo, en los envases de champú se había ocultado
medio kilo de explosivos de tipo TNT”, se explica en la foja 16 del informe
oficial.
El dossier de
inteligencia no sólo describe cómo llegaron los detonadores hasta los
terroristas de la AMIA, sino también como accedieron a los explosivos
utilizados para asesinar a 85 civiles en la mañana del 18 de julio de 1994.
“Adquisición de
explosivos caseros (nitrato de amonio y polvo de aluminio). El nitrato de
amonio fue llevados a Buenos Aires desde Brasil. Es posible obtener nitrato de
amonio de varios productos civiles. En el caso de la AMIA, se obtuvo de
fertilizantes adquiridos con ese fin.
Se conoce una
empresa de cobertura de la “Yihad lslámica” establecida en la localidad de
Maicao, Colombia. Esta empresa habría servido de cobertura para la compra de
los materiales y su traslado de Brasil a Argentina.
La empresa fue
establecida el 9 de enero de 1992 a nombre de Lean Alberto Nain. Nombre de la
empresa: El Fortín. Esta empresa fue cerrada hace años.”, sostiene la Mossad en
la foja 18 de su reporte “Top Secret”.
“Un análisis de
los hallazgos en el sitio demuestra que el coche bomba de (Ibrahim Hussein)
Berro cruzó la entrada de la AMIA antes de que se active el artefacto
explosivo. Al activarse el artefacto, el coche explotó y la parte delantera del
edificio se derrumbó.
En la explosión,
que ocurrió a las 9:53, murieron 85 personas y al menos 350 resultaron heridas.
Los expertos opinan que la densidad de los edificios en la angosta calle
Pasteur, causó una poderosa onda expansiva generando un impacto explosivo
sumamente mayor.
La explosión
generó un pozo de un metro de profundidad y de un diámetro de alrededor de
cinco metros. Del coche de Telleldin quedaron solo algunas partes que volaron
hacia enormes distancias. Todo lo que quedó de Berro fueron sus pies y parte de
su pierna izquierda.
Berro se “inmoló”
en un atentado que, hasta hoy, Hezbollah considera su más grande éxito en el
mundo, y en especial en América Latina”, concluye el dossier del Mossad en su
foja 24.
Así terminó un
operativo terrorista organizado por Irán y ejecutado por su proxy Hezbollah que
aún continúa impune en la Argentina.