Críticas del Episcopado
Elisabetta Piqué
La Nación, 22 de
enero de 2021
ROMA.- Desde el miércoles pasado, la foto del papa
Francisco se encuentra en el Salón Oval. Joe Biden , el segundo mandatario
católico de Estados Unidos después de John Fitzgerald Kennedy , expuso en la
mesa que hay detrás de su escritorio, entre otras imágenes enmarcadas, una en
la que aparece junto al máximo jefe de la Iglesia Católica.
Fue otro reflejo
del abrupto cambio de guardia en la Casa Blanca y en la relación entre el nuevo
presidente de Estados Unidos y Francisco. Una autoridad moral que, por su
predicamento, en los últimos cuatros años se convirtió en una virtual antítesis
deDonald Trump en cuestiones que van desde los inmigrantes, el cambio climático,
la pena de muerte y el multilateralismo, por mencionar solo algunos temas.
Pero más allá de
esa evidente sintonía entre el Papa y Biden -que juró el cargo sobre una
vieja Biblia familiar, sostenida por su esposa Jill, y en su discurso inaugural
mencionó a San Agustín y evocó una y otra vez conceptos de doctrina social de
la Iglesia-, las cosas no son tan de color de rosa en casa para el nuevo
mandatario norteamericano.
Justo antes de que
comenzara un "Inauguration Day" y mientras Biden, católico practicante
, comenzaba el día camino a misa en la Iglesia de San Mateo, la catedral de
Washington , el presidente del episcopado norteamericano difundió un mensaje de
buenos augurios que sonó como una declaración de guerra . En una carta de tres
carillas en la que le transmitió sus mejores deseos y destacó que "será
refrescante interactuar con un presidente que evidentemente comprende, profunda
y personalmente, la importancia de la fe y de las instituciones" , el
arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, presidente de la Conferencia Episcopal, del
Opus Dei, sorprendió con un feroz ataque por la cuestión del aborto y otras
posturas.
"Debo señalar
que nuestro nuevo presidente se ha comprometido a seguir ciertas políticas que
promoverían los males morales y amenazarían la vida y la dignidad humanas, más
seriamente en las áreas del aborto, la anticoncepción, el matrimonio y el
género. Es motivo de profunda preocupación la libertad de la Iglesia y la
libertad de los creyentes para vivir de acuerdo con sus conciencias", escribió
Gómez.
Biden profesa un
catolicismo humanista para defender la justicia social, económica y racial. Y
puede resultar también liberal en varias cuestiones sociales muy delicadas y
que dividen. Contrario a la pena de muerte, pretende abolirla a nivel federal y
nombró en su gobierno a homosexuales y personas transgénero.
Al mismo tiempo,
apoya el fallo de la Suprema Corte en 1973 en el caso Roe v. Wade, que aseguró
a las mujeres el derecho al aborto, socavado durante el mandato de Trump.
Prometió perpetuarlo empujando al Congreso a inscribirlo en la ley. Igualmente,
prometió anular la decisión de su predecesor de privar de fondos públicos a las
organizaciones en el exterior que apoyan el cuidado de la salud de las mujeres
y no excluyen la interrupción voluntaria del embarazo.
La carta de Gómez
-fomentada por el ala más conservadora, que siempre apoyó a Trump por su
posición contraria al aborto y que es anti-Francisco-, cayó como una bomba en
el episcopado norteamericano, marcado por la polarización, como el resto del
país. Tanto es así que el ala progresista salió a criticar duramente un mensaje
considerado totalmente fuera de lugar en el día de toma de posesión que,
además, fue elaborado sin el consenso de los demás obispos.
El arzobispo de
Chicago y cardenal, Blase Cupich -muy cercano al Papa-, tildó el mensaje de
"desacertado" y subrayó no solo que no tenía precedente, sino que la
mayoría de los obispos lo había recibido repentinamente, horas antes de su
difusión.
El mensaje de
Gómez contrastó dramáticamente con el cálido augurio enviado ese mismo día por
el Papa, que en un texto breve, rezó para que Biden pudiera construir "una
sociedad marcada por verdadera justicia y libertad, junto al respeto por los
derechos y la dignidad de cada persona, especialmente los pobres, los
vulnerables y los que no tienen voz" y exhortó a Dios que pudiera guiar
sus esfuerzos "para fomentar el entendimiento, la reconciliación y la paz
en Estados Unidos y el mundo".
También en las
altas esferas del Vaticano, según pudo saber LA NACION, causó "shock"
la carta de los obispos estadounidenses a Biden, considerada "muy
desafortunada". Si bien es una práctica normal que el Papa le envíe un
mensaje de felicitaciones al nuevo presidente en el día de su toma de posesión
-Francisco hace cuatro años también lo hizo con Trump-, no hay antecedentes de
un mensaje de la Conferencia Episcopal para la misma ocasión.
"Maleducado"
Michael Sean
Winters, del National Catholic Reporter, en un artículo muy crítico, titulado
"Los obispos le tiran agua fría a la más católica inauguración de la
historia", consideró "maleducado" el comunicado del arzobispo
Gómez, porque no buscaba construir una nueva relación, sino sabotearla. Y,
además, "un ataque en contra de Francisco, que dejó en claro que quiere
trabajar con la nueva administración". Winters fue más allá e identificó
en el comunicado la impronta del arzobispo emérito de Filadelfia, Charles
Chaput -uno de los máximos detractores del Papa-, que en noviembre pasado atacó
al nuevo arzobispo de Washington, el cardenal Wilton Gregory-, por afirmar que
no le negaría la comunión a Biden.
Gregory, el pastor
que tendrá ahora entre su grey a Biden, fue creado cardenal por Francisco el 27
de noviembre pasado, convirtiéndose en el primero afroamericano de Estados
Unidos. En esa ocasión, el exarzobispo de Buenos Aires le pidió que le llevara
al futuro presidente una copia firmada de su último libro Soñemos juntos. Otro
gesto para una persona que conoció por primera vez el 19 de marzo de 2013,
cuando, como vicepresidente, representó a Estados Unidos en la ceremonia que
inauguró su pontificado.
Se reunieron
nuevamente en varias ocasiones en septiembre de 2015, cuando el Papa viajó a
Estados Unidos y, al año siguiente, en un simposio internacional en el
Vaticano. Se descuenta que, en los próximos meses, Biden, que paradójicamente
parece estar más en sintonía con el Papa que con muchos de los obispos
católicos de su país, será recibido en el Vaticano como presidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario