CÓMO TRATAR LA
INVASIÓN BRITÁNICA DE MALVINAS
CESAR LERENA
22-3-2022
Hemos leído en
estos días un documento de la Secretaría de Malvinas de la Cancillería por el
que se recomienda a los Periodistas argentinos el tratamiento adecuado de lo
que llama “la disputa de soberanía con el Reino Unido” sobre Malvinas e Islas
del Atlántico Sur.
Ya opinará la
prensa sobre recibir recomendaciones del gobierno para dar un tratamiento
adecuado a éste u otros tantos temas que son parte de las relaciones
internacionales del país. Nosotros nos ocuparemos, de lo que dice y no dice
este documento que, según se informa, es parte de la “Agenda 40 Años”.
En contrario a la
forma en que se titula esta “Recomendación” de la Secretaría de Malvinas, la
Argentina no tiene una disputa de soberanía en Malvinas, sino que tiene un
amplísimo territorio marítimo e insular ocupado en forma prepotente por el
Reino Unido y, la cuestión “a tratar” por los funcionarios del gobierno, es la
recuperación de dichos territorios y “el ejercicio pleno de la soberanía” (Filmus, Daniel. Infobae, 10/6/2020). Recordemos que
la Nación Argentina «ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las
islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e
insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional»
(Disposición Transitoria Primera C.N. 1994).
Dice este informe
“Malvinas e Islas del Atlántico Sur”, sobreentendiendo que estas últimas,
comprenden las Georgias del Sur, Sándwich del Sur y otras; aunque ello, no sea
una cuestión menor, ya que el Reino Unido mantiene en éstas una ocupación y
administración independiente-ilegal y desde ellas su pretensión de proyección a
la Antártida.
A pesar de que la
“Recomendación a los Periodistas” de la Secretaría dice: “Una comunicación
responsable no debe obviar el territorio en disputa y sus cuantiosos recursos
naturales” (sic) este documento omite la invasión, ocupación y explotación del
Reino Unido de 1.639.900 km2 de los espacios marinos argentinos, que
representan un porcentual equivalente del 52% de la Zona Económica Exclusiva
Argentina; la extracción de 250.000 toneladas anuales de especies pesqueras
argentinas del área de Malvinas, un equivalente a entre 650 y 1.000 millones de
dólares por año y la explotación petrolera offshore. Todo ello, violando la
Res. 31/49 de las Naciones Unidas que deberían haber impedido al Reino Unido
avanzar sobre los territorios argentinos ocupados y, que este documento oficial
no menciona para conocimiento de todos la prensa y todos argentinos.
Además, de referir
erróneamente (¿?) que la Comisión de Límites de la Plataforma Continental
(CLPC) con sede en las Naciones Unidas “recomendó” los 1.782.500 km2
presentados por la Argentina, esa Comisión solo recomendó 351.633 km2 ya que
1.430.367 km2 no fueron tratados por la referida Comisión por entender que
estos km de plataforma se encuentran en disputa con el Reino Unido. Omitió
también, que los trabajos sobre la plataforma se iniciaron en 1996, no en 2009
que es la fecha de presentación y, ello debiera destacarse, porque esta labor
se constituyó en una de las pocas políticas de Estado que han llevado adelante
todos los gobiernos desde 1996 a 2016.
Por otra parte,
llama la atención que no elaborase en pleno esta “Recomendación” el Consejo
Nacional de Malvinas y solo tres de sus miembros lo hayan hecho; tanto desde el
punto de vista político, como, por que conocemos, la Ley 27.558 aprobada en 2020
requiere que toda aprobación en este Cuerpo debe tomarse por consenso en todos
aquellos temas que se difundan a la prensa: «(b) Colaborar en la elaboración
del sustento de la posición argentina en la disputa de soberanía en sus
aspectos geográficos, ambientales, históricos, jurídicos y políticos; (c)
Proponer y llevar adelante actividades de docencia e investigación que aporten
conocimiento al pueblo argentino sobre la justicia del reclamo del ejercicio
pleno de soberanía sobre las Islas Malvinas (…); (d) Realizar acciones
destinadas a colaborar en la difusión y promoción de los derechos argentinos
sobre las Islas Malvinas (…) y (e) Proponer estrategias que aporten al
reconocimiento permanente de los Ex Combatientes de Malvinas y caídos en
combate y de sus familiares» (sic).
El punto 7 del
informe recomienda denominaciones para los isleños y para seudo instituciones
británicas que ocupan ilegalmente Malvinas y termina refiriéndose “al conflicto
del Atlántico Sur” en lugar de conmemorar el 2 de abril los 40 años de la
recuperación de Malvinas, lo que los isleños británicos harán el 14 de junio
próximo. En 1982 los británicos ocupaban 11.410 km2 de los archipiélagos más
tres millas marinas a su alrededor. Hoy hay una “invasión británica del
Atlántico Sur” que ocupa 1.639.900 km2 de territorio marítimo argentino y nos
disputan la plataforma continental y la Antártida. ¿No hubiese sido
prudente hacer un “copia y pegue” del repudio a la guerra y a la violación de
territorial de Ucrania y hacerlo igualmente al Reino Unido respecto a Malvinas?
Entendemos, que no se puede construir un “tratamiento mediático de los hechos”
(sic) relatando solo antecedentes históricos o jurídicos ¿o no se ha hecho nada
más en estos 40 años? Probablemente no.
El presidente de la Nación se refirió
preocupado días pasados a “la guerra contra inflación” y este documento no cita
ni una sola vez “la guerra de Malvinas”, quitándole relevancia a la
recuperación de Malvinas y al 2 de abril, que conmemora “el Día del Veterano y
de los Caídos en la guerra de Malvinas”.
Como dijimos
(Lerena, César “La Reconquista de Malvinas del 2 de abril de 1982”, 24/1/2022)
el gobierno no quiere (y yo tampoco) atribuir esta Reconquista al dictador
Galtieri; pero, en este esfuerzo intelectual fallido y autoritario, que se deja
de manifiesto en esta “Recomendación a la Prensa” confunde las motivaciones
espurias de Galtieri; la falta de oportunidad y de disponibilidad del armamento
indispensable; la pésima planificación y conducción de los principales
responsables; la incapacidad estratégica y, la falta de consentimiento nacional
y autorización de los representantes legítimos del pueblo, entre otras razones
(que podrían ser detalladas con mayor precisión y amplitud), con la Gesta
Heroica de quienes ejecutaron la recuperación de Malvinas y la posterior
defensa del territorio nacional, combatiendo y cumpliendo fielmente con el
juramento de “seguir constantemente la bandera y defenderla hasta perder la
Vida”.
Depreciar la
Reconquista, es desvalorizar el esfuerzo de los soldados, suboficiales,
oficiales, mercantes, civiles y hasta pescadores combatientes y de sus
familiares. Es hacer caer en abstracto y devaluar todas las condecoraciones y
reconocimientos a los Veteranos de Guerra. Es una sanción que no puede alcanzar
a quienes combatieron con honor y, su ocultamiento, es una condena explícita y
una desmalvinización que se cumple hasta nuestros días devaluando a los
combatientes que defendieron el espacio argentino con honor y, es, mantener a
la Nación y a los argentinos postrados ante la Infame Falange de Albión; quien,
no solo utilizó todo su poderío militar durante la guerra, sino que después de
ella nos dice y desculturiza poniéndonos de rodillas: “olviden los argentinos
las derrotas británicas de 1806, 1807, 1845 y 1982”. Confraternicemos. ¿Porque
no nos referimos a las derrotas infringidas por la diplomacia argentina
mediante el Pacto de El Pacto Roca-Runciman (1933), los Acuerdos de Madrid
(1989/90), el Pacto de Foradori-Duncan (1916) y otros tantos acuerdos infames,
algunos de los cuales mantenemos en vigor, al igual que la Ley 24.184 de
protección y promoción de las inversiones británicas.
Está claro que,
según lo dicho, Galtieri y otros generales y almirantes merecen la mayor de las
humillaciones, pero ésta no puede trasladarse a los combatientes y al conjunto
de los argentinos. ¿Por qué los gobiernos, por sancionar legítimamente y justo
rigor a Galtieri, privan a los combatientes de Malvinas y a todos los
argentinos de semejante orgullo nacional equiparable -o aún más- a la
Reconquista de las 40 manzanas de Buenos Aires ocupadas en 1806 en manos de
españoles, orientales y criollos? O la resistencia efímera y adversa de la
batalla de la Vuelta de Obligado que en un día terminó en derrota argentina,
con 250 muertos y 400 heridos. ¿Los detractores del Brigadier Juan Manual de
Rosas deberían entonces rechazar la conmemoración de esta fecha como el día de
la Soberanía Nacional? (Ley 20.770).
¿No está acaso en
la voluntad popular recuperar la soberanía plena de Malvinas? «La recuperación
de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía (…) constituyen un
objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino» (C.N., 1994). ¿No se
llenó acaso la Plaza de mayo para repudiar a Galtieri y también para festejar
la recuperación de Malvinas? Ningún gobierno puede estar en contra de la
Constitución Nacional, de la voluntad popular y del honor eterno que merecen
nuestros héroes nacionales.
Vaciar de
contenido es quitar «Su memoria, junto con la de quienes combatieron en el
conflicto con la legítima convicción de defender el interés nacional, merece
ser honrada» (de la “Recomendación para Periodistas” Secretaría de Malvinas,
3/2022).
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