ofensiva
empresaria y gremial por la inacción del Gobierno que pone en riesgo la
continuidad de 10.000 empleos
por Antonio Rossi
Informador Público, 15-9-20
La falta de respuestas de la
Casa Rosada y la demora registrada en la designación oficial del nuevo
secretario de Energía, Darío Martínez, generaron una inédita y monolítica
reacción de todos los jugadores del sector de los biocombustibles.
Empresas, gremios y
autoridades provinciales se unieron con el fin de reclamar la urgente
intervención del Gobierno nacional para solucionar los problemas más críticos
del sector y advirtieron que, si continúa la inacción oficial, a partir de
octubre muchas plantas podrían dejar de operar afectando la fuente laboral de
más de 10.000 trabajadores.
Las cámaras y asociaciones
que representan a las empresas productoras de biocombustibles solicitaron al
ministro de Economía, Martín Guzmán la actualización de los valores de
biodiesel y bioetanol ante “la situación insostenible que enfrenta el sector
tras tres años de perjudiciales modificaciones en la determinación de precios,
de nueve meses de congelamiento y una caída de la demanda que supera el 25%”.
Por medio de un documento
conjunto la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno; el Centro
Azucarero Argentino y las cámaras de Biocombustibles, de Bioetanol de Maíz, de
Productores de Biocombustibles en Origen y Energías Renovables de Santa Fe
reclamaron la urgente aprobación de nuevos precios que compensen los costos y
contemplen una utilidad razonable.
Según resaltaron los
empresarios, las plantas de biodiesel que abastecen el mercado interno se
encuentran paralizadas porque el precio del producto que está congelado desde
fines del año pasado no alcanza a cubrir los costos mínimos de operación del
sector.
Una situación similar se
registra en el caso de los productores de bioetanol de caña de azúcar. Con la
zafra en marcha, las empresas deben afrontar costos operativos que superan
sustancialmente el precio regulado por el Estado, a lo cual se suma el alto
costo financiero que no pueden eludir para poder mantener un abastecimiento
regular del producto durante los 12 meses del año.
Por su parte, la Cámara de
Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb) salió al ruedo
con una solicitada dirigida al presidente Alberto Fernández en la que denuncia
que “la situación del sector es terminal”.
“El círculo virtuoso de los
biocombustibles está al borde del colapso y todas las plantas están
paralizadas”, advirtió Francisco Jáuregui, presidente de la Cepreb, quien
destacó que la falta de atención del Gobierno pone en riesgo el ingreso a las
arcas fiscales de más de 65 millones de dólares anuales de impuestos que
tributa el sector.
Tanto las grandes empresas,
como las pymes alertaron que 30 de las 53 productoras de biocombustibles del
país se encuentran inactivas y a un paso de la desaparición junto con más
10.000 fuentes de trabajo.
En línea con los reclamos de
los empresarios, la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y
Biocombustibles (FASiPeGyBio) remarcó que “los valores congelados en diciembre
de 2019 no logran cubrir el precio de los productos finales mientras que uno de
los insumos principales del biodiésel como es el aceite de soja ya lleva
acumulado en lo que va del año un incremento del 25%”.
El negocio de los
biocombustibles cuenta con 53 plantas productoras que están radicadas en 10
provincias. Existen 34 empresas de biodiésel; 13 plantas de bioetanol de caña
de azúcar en el NOA y 6 de bioetanol de maíz.
Además de los precios
desactualizados y el riesgo de quebranto, las empresas del sector enfrentan
otro problema que complica seriamente su supervivencia. Se trata del desapego
que muestran las petroleras a la hora de cumplir con las normas que establecen
“cortar” el gasoil con un 10% de biodiésel y las naftas, con un 12% de
bioetanol.
Al relajamiento de los
controles oficiales que se viene registrando desde los últimos meses de la
gestión macrista, se ha sumado ahora la presión de las refinarías que -ante la
fuerte caída que han registrado sus ventas al mercado interno- buscan que el
Gobierno las libere parcialmente de la obligación de cumplir con la inclusión
del bioetanol y biodiésel en los combustibles líquidos.
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