de muchos argentinos
Por Ximena Casas
Infobae, 25 de Julio de 2020
Como si se hubiese producido
un goteo, lento pero constante, la cantidad de argentinos que viven en el
exterior se fue incrementando en los últimos años hasta superar el millón.
Según los últimos datos publicados por la ONU en 2019, la Argentina tiene
1.013.414 emigrantes, lo que representa un 2,27% de su población.
¿Cuáles son los principales
motivos entre los que quieren dejar al país? Más allá de poder o no concretar
ese deseo, varias encuestas recientes mostraron que las causas son sobre todo
económicas. Un relevamiento prepandemia de la UADE señaló que las principales
razones las crisis económicas recurrentes, la búsqueda de mejores posibilidades
de desarrollo profesional, la alta presión tributaria y la inseguridad.
Fue realizada entre
habitantes de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires de nivel
socioeconómico medio-alto y alto y con un promedio de edad de 32 años. El 75%
de los encuestados evaluó la posibilidad de emigrar del país.
Si se compara con otros
países, el porcentaje de emigrantes argentinos es entre medio y bajo. Pero
académicos y especialistas coinciden en que un millón de emigrantes es una
cifra importante, un tema donde “poner el ojo”. Y también destacan que el deseo
de emigrar, más allá de la posibilidad de concretarlo o no, siempre crece en
momentos de incertidumbre económica.
Hay restricciones de
fronteras en todo el mundo como nunca antes habíamos visto. Y esto va a tener
un efecto en las políticas emigratorias
En los consulados de países
extranjeros en la Argentina no brindaron información oficial sobre la evolución
de argentinos que buscan obtener una ciudadanía o residencia. Pero
extraoficialmente admitieron que la demanda creció notablemente. Hoy quienes
intentan iniciar el trámite se encuentran con largas demoras. Si se envía un
mail de consulta a la embajada de Italia, una respuesta automática advierte
sobre “el elevado número de correos” que reciben diariamente.
Otros indicadores de la
mayor propensión a emigrar de los argentinos se pueden encontrar entre los
ejecutivos de empresas. Las consultoras especializadas o los headhunters
reciben más consultas, pero también se topan con el límite de la situación de
las empresas globales, golpeadas por la caída de la actividad en todo el mundo.
“El interés de los
ejecutivos en irse no necesariamente se corresponde con una demanda del otro
lado. Del dicho al hecho, hay mucho espacio. Afuera hay crisis de empleo, donde
muchos países priorizan el talento local que está desempleado. Tienen más
oferta. A nivel global, las grandes multinacionales que son las que más
practican las expatriaciones de sus ejecutivos sostienen que es una práctica
que está en caída. Consideran que es muy cara, no siempre funciona bien y es
algo complejo de administrar. Se deja para casos muy puntuales”, señaló el
especialista en búsquedas ejecutivas Matías Ghidini, de la consultora
Ghidini-Rodil.
Para algunos sectores
medio-altos y altos, de trabajadores en relación de dependencia pero también de
profesionales autónomos, la posibilidad del trabajo remoto y del estudio remoto
para sus hijos, hacen que la opción de emigrar sea una posibilidad mucho más
concreta en este contexto económico.
El tributarista Iván
Sasovsky también advierte sobre el crecimiento de consultas de argentinos con
interés en radicarse en Uruguay, que buscan una salida a la creciente presión
tributaria local. “No es para nada un mito. El nivel de consultas y procesos
abiertos está al máximo”, confirmó.
Migrantes e inmigrantes
“Un millón de emigrantes
sobre 2 millones de inmigrantes que tenemos es una cifra importante. La
emigración es una tendencia que en la Argentina se ha dado de forma permanente.
Pero si bien hay mucha gente que se quiere ir, sobre todo de clase media y
profesionales, otra cosa es que lo pueda consumar”, explicó Lelio Mármora,
director del Instituto de Políticas de Migraciones y Asilo (Ipma) de la Untref
y ex director general del Indec.
Datos de 2019 y porcentaje sobre población total
En la pospandemia, ¿se puede
venir una nueva oleada emigratoria similar a lo que sucedió luego de la crisis
de 2001? Mármora puso reparos: “Hay restricciones de fronteras en todo el mundo
como nunca antes habíamos visto. Y esto va a tener un efecto en las políticas
emigratorias. Va a ser difícil volver a la libre movilidad”.
Los principales destinos de
los argentinos que emigran son España (25,65%) y los Estados Unidos (21,24%).
Más lejos se ubica Chile (7,18%), que superó como destino a Italia, que
históricamente ocupaba ese tercer lugar. Entre 2017 y 2019, el número total de
emigrantes argentinos, en total, aumentó en 36.205 personas, un 3,7 por ciento.
El perfil es, en general, de clase media y profesionales.
Como fenómenos nuevos se
destacan el crecimiento de la emigración de argentinos a países limítrofes,
como Chile y Paraguay. Y la reciente búsqueda muy activa que inició el Gobierno
uruguayo para captar argentinos —con foco en los de alto patrimonio o
emprendedores— con una serie de beneficios fiscales implementados este año.
Para Mármora, el deseo de
emigrar no es un tema nuevo entre sectores profesionales, científicos y
académicos. Hace tres años, el 60% de los estudiantes de la Universidad
Tecnológica Nacional manifestó que una vez obtenido su título emigrarían para
trabajar fuera del país. Y en 2010, el 40% de los científicos doctorados estaba
en el exterior, según detalló el especialista. “Se da sobre todo en los
profesionales de ciencias duras y no pasa lo mismo con otras carreras, que no
tienen las mismas posibilidades de emigrar. Estados Unidos, Canadá y Europa
buscan atraer científicos. Para la Argentina representa una pérdida permanente
de valor agregado”, destacó.
Con todo, a diferencia de
otros momentos históricos, hoy el deseo de emigrar choca con una crisis global.
“En la actualidad es muy probable que la propensión emigratoria de los
argentinos, medida a través de la expresión del deseo de residir en el
exterior, se haya incrementado como consecuencia de la crisis económica. Sin
embargo, para que las personas puedan efectivamente iniciar un proyecto
emigratorio deben también darse una serie de condiciones, siendo una
fundamental la capacidad del país receptor de aceptar y ofrecer oportunidades a
los inmigrantes. Pero las condiciones actuales de la inmensa mayoría de los
países en el mundo se han visto muy deterioradas por la pandemia”, señaló
Marcela Cerrutti, investigadora del Conicet y del Centro de Estudios de
Población (Cenep).
En la Argentina, las
principales olas emigratorias se dieron a partir de fines de la década del ’60
con la intervención de las universidades durante el Gobierno de Juan Carlos
Onganía y la “fuga de cerebros”; luego con el exilio durante la última
dictadura militar en la década del ’70. Pero a partir del retorno de la
democracia, los principales movimientos de argentinos estuvieron vinculados con
crisis económicas.
“La emigración de grandes números de
argentinos desde el retorno a la democracia ha estado vinculada a crisis y
recesiones económicas muy significativas, como en 1989 o luego en 2001. En
épocas de estabilidad la emigración disminuye y se vincula más fuertemente a
motivos de estudio o profesionales. En los momentos de crisis, se genera un
clima emigratorio, expresado en un mayor deseo de las personas de residir en el
exterior, con independencia de las posibilidades efectivas de poder hacerlo.
Estos climas son reflejados por los medios de comunicación masiva, los que a su
vez retroalimentan estas expectativas. Esto pudo verse claramente durante la
crisis del 2001″, señaló Cerrutti.
No hay demasiados datos
oficiales sobre emigración. Los números de la Dirección de Migraciones muestran
la salida de argentinos a través de las distintas fronteras, pero no permiten
diferenciar quiénes se fueron en forma definitiva. Sin embargo, un indicador es
la cantidad de argentinos residentes en España, que tuvo un crecimiento
explosivo cuando pasó de casi 80.000 en 2000 a más de 240.000 en 2005. Hoy el
número ronda los 260.000.
“La última oleada
emigratoria se vio reflejada en datos que se registran anualmente en España,
entre 2001 hasta 2005 el número de argentinos creció notablemente, luego se
estabilizó y con la crisis internacional en el 2008, que impactó fuertemente en
el mercado de trabajo español, se dio un proceso de retorno. Si bien este
proceso no fue muy numeroso implicó un cambio notable de tendencia, ya que por
algunos años el saldo migratorio de argentinos en España fue negativo, hasta el
2017 momento en el cual la inmigración de argentinos comenzó nuevamente a
crecer, pero con menor intensidad, significativamente inferior que en el 2001″,
señaló Cerrutti.
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