por Hugo Luis
Bonomo
Informador
Público, 14-3-21
Cronología,
resumida, de acciones, voluntarias, hasta llegar a la Hidrovía.
Todo comenzó hace
muchos años, cuando leí la noticia de un estudio para construir un nuevo
puerto. Pensé ¿Qué estudios se realizaron? A partir de allí, escribí mi visión
y traté de difundirla, por el solo motivo de creer que defendía los intereses
de la gente. No tuve éxito. Tiempo después, al asumir el Dr. Binner, le hice
llegar lo que pensaba, y me invitaron a una reunión con el primer presidente
del ente portuario. Este señor me dijo; Ud. tiene razón, pero no se preocupe
porque no se va a hacer. Poco tiempo después lo nombraron en la Lotería de
Santa Fe y, en su lugar, pusieron a un negociante inmobiliario, que tiempo
después fue procesado. Pensé que era gente que tenía que ver con el agua y los
puertos, pero no era así. Por eso resumí, algunos puntos de mi visión de hace
años que, hoy, voy a extractar, para compartir con ustedes, e intentar poner un
poco de luz en el tema.
Para emplazarlo,
un estudio de la UNL, determinó una zona que tiene mucha profundidad, se draga
naturalmente, cuenta con espacio para maniobras y vías de acceso, pero, el lugar
elegido por el ente autárquico, necesita puentes y nuevas rutas que cuestan más
que el puerto en sí. Además el canal navegable ya no pasa por ese lugar.
Extraña decisión.
Apareció un buque,
el Sampán, que, según el presidente del ente portuario, venía, por 60 días,
para reparaciones y cambios de bandera. Ambas cosas irrealizables, aquí. El
mismo personaje declaró que el traslado del puerto era necesario por problemas
de maniobrabilidad en el canal de acceso y, porque no estaba sobre el río
Paraná. Después de más de dos años, con Sampán en el puerto, LT 10, le hizo una
nota. Sugirió dejar que hable la gente; que era un buen negocio, servía como
decoración y demostrar que se podía acceder al puerto de Santa Fe. El Sampán
entró por el mismo canal cuyos problemas, según él, justificaban el nuevo
puerto. En cualquier puerto, esa amarra cuesta más de medio millón de dólares
¿Aquí, no?
La otra razón de
la inactividad del puerto, según el ente, es que no está sobre el Paraná. El
puerto de nuestra vecina Paraná está sobre el río Paraná, e inactivo hace
decenios. El puerto de Diamante también parado. En el puerto oficial de
Rosario, se proyectó construir el Puerto de la Música y los embarcaderos
existentes, así como la canalización, responden a intereses privados. No
obstante ello hay continuas varaduras.
Santa Fe era un
puerto de ultramar, cuando los buques eran como las chatas paleras del Tigre.
Hoy, ya no son rentables los buques Panamax, de 300 m de eslora y un calado de
12 m., y los actuales pos panamax, miden 400 m. de eslora y calan 16 m. Nuestro
meandroso río Paraná, con obras de dragado, contempla profundidades de unos 10
m. Pensar que un buque hecho para cruzar el océano, llegue hasta aquí, es como
imaginar un semirremolque haciendo de taxi flet.
Las modernas
tendencias dicen que los puertos interiores deben ser puertos tipo feeder, es
decir para barcazas o buques fluviales que transporten y trasborden la carga a
buques de ultramar, en puertos oceánicos de aguas profundas (hub).
Una barcaza, o un
convoy de ellas, pueden cargar tanto como un buque, tienen fondo plano y poco
calado, porque navegan los ríos y están protegidas de los vientos, por las
orillas. No necesitan costosos dragados, y es la solución más ecuánime y
económica para zonas fluviales como la nuestra.
Les cuento; hace
unos años, un convoy de barcazas, llevadas por el remolcador paraguayo Otto
Candie, transportó 30.000 toneladas de soja. Para hacerlo por tierra se
hubiesen necesitado 800 camiones con acoplados, gastando 40 veces más
combustible. Ni hablar del impacto ambiental y de los accidentes y muertes que,
eventualmente, pueden producir 800 camiones transitando distancias superiores a
los dos millones de Km.
Yo digo ¿No es más
inteligente adaptarse y aprovechar nuestra realidad, en lugar de rivalizar con
los millones de años de la naturaleza? «Nunca la naturaleza dice una cosa y la
sabiduría otra.» dijo Juvenal., y lo inteligente es adaptar los barcos a la
naturaleza y no la naturaleza a los barcos.
Si el propuesto
nuevo puerto fuese una posibilidad atractiva para quienes desarrollan
actividades portuarias legales; no hubiese pasado lo que pasó aquí. La única
empresa seria se retiró por sospechas de parcialidad, y de las cuatro empresas
que formaban la única UTE que licitó; dos están vinculadas al narcotráfico,
otra denunciada por delincuencia económica y a la que concretó la unión se la
vincula al ex presidente del ente, tal como lo denunciaron varios medios y el
Concejal Cavallero. Para colmo ahora también apareció Stiuso, como relacionado
con ella.
Una idea
particular: la ciudad, con muy poco dinero, y sin dragar, puede concesionar
toda la orilla de Alto Verde, desde el canal de acceso hasta el riacho Santa
Fe, y parte de la orilla que ha quedado del urbanizado ex puerto, para que,
empresa privadas, construyan su embarcadero, para el atraque de barcazas y
operaciones de carga y descarga. Símil Rosario. Toda esa orilla, tiene
profundidad natural, ruta de acceso que no cruza la ciudad, y, se integraría, y
aprovecharía, toda una zona que, a pesar de estar frente a la ciudad, siempre
ha estado marginada y desaprovechada.
Desde hace muchos
años vengo planteando las incongruencias que proponen diversos intereses para
el aprovechamiento del transporte fluvial. Tema sobre el que estamos escuchando
opiniones que no comprendemos.
Transportar, en
camión, un contenedor desde el puerto de Buenos Aires a una provincia; sale 7
veces más que traerlo, en barco, desde China. Si lo que viene de Buenos Aires,
viniese en barcazas, usted pagaría la mitad de lo que paga.
Para que entienda
y tenga idea de costos: un tren puede transportar lo que llevan 50 camiones con
acoplado, gastando 25 veces menos combustible. El transporte por barcaza;
cuesta unas 10 veces menos que un tren y 30 veces menos que un camión.
Imaginamos a
nuestra ciudad, y a tantas otras como la nuestra, junto a los ríos que, en
nuestra geografía, son como calles que la recorren, navegados por barcazas,
chatas y barcos de mediano porte transportando mercaderías y productos de otras
regiones y países, que van distribuyendo en cada pueblo- embarcadero-ciudad,
con un costo decenas de veces inferior al de los camiones, consolidando un
sistema al servicio del bien común.
Esta sencilla y
lógica posibilidad, beneficiaría a la totalidad del pueblo y, con solamente
ordenar obras provistas por la naturaleza, movilizaría regiones y gente que
adecuando pequeños puertos o embarcaderos, montaría astilleros artesanales y
potenciaría regiones que, desde el advenimiento de los navegantes españoles, no
han sido consideradas ni valoradas por quienes gobiernan y tienen que
protegernos. Mientras tanto, y dándonos un ejemplo que mezcla rabia y
vergüenza; nuestro Paraná ha pasado a ser la base de la economía de nuestros
hermanos paraguayos que, con sus barcazas, son los únicos, que desde hace años
navegan nuestros ríos y pasan a pocos metros de nuestra ciudad, mostrándonos lo
que se debe hacer, si se piensa en el país y en el pueblo, lo que les ha
permitido conformar la flota fluvial más importante de Sudamérica, más de 4.000
barcazas, 300, remolcadores, una industria naval con más de 13 astilleros de
última generación y la casi totalidad del usufructo de la hidrovía.
Usted se
preguntará por qué no se hace algo que beneficia a todos los argentinos. Le
cuento un hecho que tal vez le aclare algo.
En la zona de
Paraná, en el riacho La Juanita, a unos 25 km de aquí, la firma Rigoleau tenía
un puertito. Desde allí, zarpaban las únicas barcazas argentinas que navegaban
nuestro río, transportando arena especial, de un yacimiento de la zona, hasta
Buenos Aires, para la fabricación de un vidrio especial, a un costo 30 veces
menor al transporte terrestre.
Dicen que, hace
unos años, fue un señor grande y poderoso y les dijo que la arena iba en
camiones, porque si no, había posibilidades de que las barcazas se hundan en
medio del Paraná. A partir de allí, el único embarcadero y las únicas barcazas
argentinas, desaparecieron. ¿Entendió? Eso es lo que hay.
Y cuando nos
sentíamos como el Quijote, luchando contra los molinos de viento, hace unos
cinco años, empezamos a sentirnos acompañados al enterarnos que se había
constituido un grupo motorizado por el fallecido Gabriel Culzoni, de Comex, e
integrado por Jorge Barenberg, del Centro Comercial y varias personas de
distintas instituciones que, constituyeron el grupo Propuerto, y trabajaron
para tratar de lograr lo que veníamos proponiendo; planteándose, desde el
principio, la lógica de adaptar el hombre a la naturaleza.
Coincidiendo con
esos tiempos, fui invitado, por la UNER, que se hizo eco de mi postura, para
participar en una reunión sobre transporte fluvial. Luego de la aceptación, les
pedí que me permitieran compartirla con El Ing. Roberto Alonso; quien podía
realizar aportes importantes. Así se concretó, y, luego, lo presenté a la gente
de Propuerto; en la seguridad de que podía ser un gran aporte. A partir de
allí, Roberto Alonso es asesor y propulsor de este proyecto. El Ing. Alonso ha
realizado más de 250 proyectos en el país, nos ha representado ante la ONU, y
no alcanzaría el tiempo para mencionar todos sus logros.
En la continuidad
del proyecto, se concretaron planes, integración de provincias y localidades,
del Norte de nuestra ciudad y, en la semana Comex, que se realizó en nuestra
ciudad, hubo un día en que se trató lo que se venía planteando; y su título
fue: Proyecto de Línea Fluvial con Barcazas de Diseño Auto descargables para el
Tramo Centro Norte de la Hidrovía.
A partir de allí
se instaló, por fin, el tema a nivel nacional, y nuestra esperanza de que
triunfe la democracia y el interés por el bien común.
Comenzaron las
opiniones, a favor, del interior y las publicaciones en los medios. De muchas
que leímos, elegimos las manifestaciones del Intendente de Reconquista, para
que se comprenda, de forma clara y sencilla, lo planteado; lo compartimos.
El título de la
publicación, dice: Fuerte apoyo desde Reconquista al proyecto de camiones
fluviales. Esta denominación, que se dio a las barcazas autodescargables, y que
apoyamos, a pesar de no compartir su denominación, ya que, relacionada con otro
rótulo utilizado en las presentaciones: autopista fluvial (una autopista es
para vehículos terrestres), sugiere intereses totalmente opuestos, a la
metodología promocionada, y puede despertar ciertos escollos.
Hecha esta
aclaración, luego de su divulgación comenzaron las opiniones, a favor, de todo
el interior, y nuevamente, vamos a remitirnos a los conceptos de Amadeo Enrique
Vallejos, Intendente de Reconquista, que expresa el “fuerte consenso de la
ciudad y su región, en especial de los sectores políticos y productivos. Las
novedosas embarcaciones pueden llegar a transportar hasta 200 (contenedores de
6,1 metros, o de 20 pies), no requieren de mucho calado y cuentan con una grúa
para carga y autodescarga.
“Las empresas y
productores de la región -expone el intendente- necesitan de forma imperiosa
una reducción en sus costos de logística para un importante volumen de carga de
contenedores y granos.
El proyecto
propone una red fluvial de cabotaje con “camiones fluviales”, de bajo calado
-que prescinden del dragado- y con grúa de carga incorporada, lo que permite
operar en muelles que carecen del equipamiento necesario.
El diseño incluye
rutas circulares y regulares entre puertos ya existentes como los de Santa Fe,
Reconquista, Villa Ocampo, Barranqueras, Las Palmas, por el Paraguay, Formosa,
Corrientes, Posadas, Bella Vista, Goya, Esquina, La Paz y Paraná.
De esta manera
cada puerto captaría las cargas de cercanías, que llegarían por camión, para
transportar en cabotaje fluvial a otros destinos nacionales o a los puertos de
ultramar (Rosario, Zárate, Buenos Aires y La Plata) con el fin de trasbordo a
destinos del exterior”.
Hasta aquí, todo
bien, todos contentos; por Santa Fe, el federalismo, la gente que trabajó para
ello, y por nosotros, que hace ocho años que estamos en la lucha, pero… siempre
hay un pero en este país; luego de la alegría por la aceptación integral del
proyecto, y por eso el comentario de la primer parte, apareció Rosario, se
empezó a hablar de dragado, cuando la explotación de la hidrovía, en la forma
propuesta, no lo necesita, y es, precisamente, una de los grandes beneficios de
este emprendimiento, y, en fin, una serie de argumentos y contratiempos, en
donde Santa Fe no aparece como el gestor del proyecto; sumado a cuestiones
técnicas que, nos parece, no son para facilitar, ni acompañar, su ejecución.
El ministro Meoni
en la reunión del Consejo Federal Hidrovía (CFH), dijo que por la hidrovía,
transitan más del 80% de las exportaciones de granos, subproductos y aceites y
más del 90% del movimiento de contenedores del país”. También que “la concesión
actual, que vence dentro de muy poco, cumplió con su cometido y es un ciclo que
culmina”, y comenzó a escucharse la construcción del Canal Magdalena, la
intervención de Jorge Taiana y Juan Grabois, las extraordinarias e
inconmensurables, dinerariamente, obras de dragado... ¿De qué Hidrovía están
hablando? ¿De nuestra Hidrovía Paraná Paraguay?
Y apareció, en LT
10, un abogado ambientalista, santafesino, hablando de las consecuencias al
ambiente. Y nos dimos cuenta que estaba hablando de la hidrovía que propone el
poder central; con grandes intereses y gastos de dinero, dragado, canales, y
vinculación con la capital. Lo opuesto a la hidrovía, que hace ocho años
planteamos, y es la que proponen santafesinos; a partir de Santa fe hacia el
Norte, integrando a todas las poblaciones ribereñas y adaptando los barcos a la
naturaleza, y no la naturaleza a los barcos. Naturaleza tenida en cuenta, para
concretar este proyecto que defiende los intereses del provincialismo y su
gente.
Y otro día, otro
señor, que integra, el ente que administra el puerto de Santa Fe, y preside una
organización rural. Y otro día, otro señor relacionado con la producción… y
todos santafesinos totalmente identificados con los intereses que se están
manejando desde Rosario hacia el Sur. Y desapareció Santa Fe, y el
provincialismo,
Que se entienda;
la mayoría de los personajes que están participando de las decisiones de
grandes obras e inconmensurables gastos, fueron defensores de la propuesta
santafesina, cuyas características eran; a partir de un puerto exclusivamente
fluvial, por las características naturales de la zona; naturaleza que fue el
principal fundamento tenido en cuenta al proyectar la construcción de barcazas,
de poco calado, autopropulsadas y autodescargables, que naveguen, llevando y
trayendo carga, producida por toda las zonas cercanas a la Hidrovía, las que,
con un simple y económico embarcadero, pueden acercar su producción ,
recorriendo pequeñas distancias por vía terrestre, y embarcar el producto de
sus esfuerzos, hacia el mundo; con costos que benefician al pueblo y a los
productores.
Que se entienda;
una excelente idea, no necesita ser costosa. En este caso, solo se trata de
aprovechar lo que nos brinda, generosamente, la naturaleza, pero en su estado
natural, respetando su esencia y condiciones, adecuando las embarcaciones,
fundamentalmente su calado, a las características de la Hidrovía.
Simplificando; se
trata de aprovechar, para beneficio de Santa Fe, y todo el Litoral, lo que,
desde hace décadas, capitalizan los paraguayos que, gracias a la Hidrovía, han
cimentado su economía y ubicado en el podio mundial, su flota fluvial. Y todo
esto sin alterar la naturaleza, dañar el medio ambiente, la economía y la salud
humana; lo que ocurre con el transporte terrestre.
Deseando haber
sido claros, la pregunta es ¿Por qué quienes apoyaban este proyecto han
cambiado, aprobando la intención de desconocer a Santa Fe, el provincialismo y
gastar inconmensurables montos de dinero en obras y dragado, alterando la
naturaleza, y descalificando un proyecto que privilegia todo lo contrario y el
bien común?
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