martes, 2 de marzo de 2021

LA GUERRA DE CHINA CONTRA EL MUNDO

 


Sebastián Gorka

El Ojo Digital, 01 de Marzo de 2021

 

En los Estados Unidos de América, los ciudadanos pueden elegir a su presidente. En China, esto no es así.

 

Xi Jinping, China, Coronavirus chino, Propaganda china, Estrategia china, GeopolíticaLos EE.UU. han transitado desde su comandante en jefe número 45 al número 46; los cambios en pugna ya se cuentan por legiones, en virtud de las docenas de órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Joe Biden.

 

Sin embargo, con la relación de los Estados Unidos de América con China, y el hombre que recientemente se autodesignó como líder de por vida, no sucede lo propio.

 

Xi Jinping, presidente chino, es ahora emperador de la dictadura más grande del planeta, sobre la cual ha de comprenderse que se halla en guerra contra cualquier nación que cuente con un gobierno representativo, y que se rehúse a hincarse ante aquél. Bastará con consultar a los residentes de Hong Kong.

 

En tal virtud, debemos comprender la amenaza consignada por el régimen comunista de Xi. Conforme enseñara el general chino Sun Tzu: 'Conoce a tu enemigo'.

 

Pues, bien; he aquí las pautas esenciales que todo ciudadano debería conocer.

 

Una manera diferente de hacer la guerra

Poco antes del 11 de septiembre de 2001, los coroneles de carrera en la fuerza aérea del Ejército Popular de Liberación publicaron el trabajo intitulado 'Guerra Sin Restricciones'.

 

Qiao Liang y Wang Xiangsui, ambos con nutrida experiencia en guerra política, propusieron en su libro que el contexto del conflicto había sido modificado drásticamente. Este cambio -argumentaron- exigía una nueva 'manera' o 'tipo' de llevar adelante la guerra, sin limitaciones.

 

En el texto, ambos militares pusieron primero el foco en los cambios geoestratégicos y geopolíticos congruentes con lo que ellos llaman guerra sin restricción.

 

El tratamiento de los tópicos incluyó recorridos por el tema de la globalización, el poder en declinación del Estad0-nación clásico, el emerger de actores 'super-empoderados' como piratas informáticos y combatientes cibernéticos, así como también un extendido discurso en torno de la importancia de la guerra en el Golfo Pérsico.

 

Todo lo cual llevó a los autores a enumerar los ocho principios de la guerra sin restricciones, esto es, el tipo de estratagema a utilizar contra un adversario mucho más poderoso, como los Estados Unidos. He aquí esas pautas centrales:

 

Omnidireccionalidad. Una perspectiva de 360 grados que garantiza una ponderación absoluta de la totalidad de los factores involucrados en la guerra, esto es, una filosofía en la que el conflicto es redefinido como militar, cuasimilitar o no-militar, y en donde el 'campo de batalla' no existe en sitio alguno, en tanto tampoco se ejercita distinción entre combatientes y no combatientes. 

Sincronía. Significa conducir acciones en locaciones diferentes, en el mismo período de tiempo.

Objetivos limitados. Limítense los objetivos en relación a las medidas empleadas. Los objetivos siempre deberán ser más pequeños que las medidas utilizadas para consolidarlos.

Medidas sin límites. Una vez que los objetivos son delimitados, no deberán computarse restricciones sobre las medidas empleadas para lograrlos. En consecuencia, la guerra no tendrá restricciones.

Asimetría. Comprender y emplear adecuadamente el principio de la asimetría, de tal suerte que se pueda detectar y explotar las debilidades del enemigo.

Consumo mínimo de energía. Utilícese la menor cantidad de recursos de combate, suficientes para consolidar el objetivo. Esto es análogo al principio estadounidense denominado como 'economía de la fuerza'.

Coordinación multidimensional. Coordinar y localizar el conjunto de las fuerzas con capacidad de ser movilizadas en las esferas militar y no militar, para la cobertura de un objetivo determinado. Significativamente, esto involucra a activos no militares, como es el caso de la guerra cultural.

Reajuste holístico y control del proceso completo de la guerra. Propiciar la adquisición contínua de información a lo largo de la campaña, a efectos de permitir que tenga lugar un reajuste interactivo y abarcativo del control.

 

La cultura estratégica de China

 

Conforme incluso lo probará una mirada fugaz, ninguno de los citados principios son novedosos. En rigor, muchos de ellos son tan viejos como 'El Arte de la Guerra' de Sun Tzu, su influyente tratado que versa sobre estrategia militar.  Otros principios son, sencillamente, sentido común.

 

No obstante, no deberíamos desmerecer el trabajo. O, antes bien, no habremos de concluír que nada hay de nuevo entre lo que China ha considerado para ejercitar su poder en un mundo post 9/11, y en el modo en que se respalda Pekín para atacar los intereses estadounidenses.

 

Cada nación cuenta con su propia cultura estratégica, y lo propio hacen los actores no estatales. La cultura estratégica de China cobra forma, fundamentalmente, en dos experiencias históricas muy puntuales: el período original de los estados belicistas que nos legara la sabiduría de Sun Tzu, y las experiencias de la China moderna en los siglos XIX y XX.

 

La primer experiencia histórica influenció la personalidad estratégica de los generales chinos y la de otros líderes, con la obsesión de mantener cohesión interna a un grado de obsesión tan extremo, que excede a cualquier actitud razonable que caracterizaría a otros países a la hora de lograr paz y armonía internas.

 

La segunda experiencia histórica generó una recurrente herida psicológica en la mente de la élite política, al respecto de que China jamás volvería a permitir ser explotada y humillada por potencias extranjeras -occidentales-, conforme sucedió durante gran parte de la era moderna.

 

¿En qué ha derivado todo esto hoy día, al evaluar los objetivos estratégicos y las acciones de China?

 

Qiao y Wang quizás no hayan desarrollado los conceptos para una nueva y revolucionaria guerra para su país pero, definitivamente, Pekín está llevando a la práctica todo formato vinculado al conflicto irregular. Esa prerrogativa no pone tanto el foco en el control político remoto, mientras que sí lo hace sobre la intimidación y sobre el control económico.

 

Un actor global en crecimiento

 

Al considerar a consciencia las acciones ejecutadas por China en América Latina y en el sur de Asia, con miles de millones de dólares 'invertidos' en naciones tales como Venezuela o Afganistán -con el objeto de acceder a recursos naturales como crudo o cobre-, comprenderemos el modo en que China se respalda en capacidades no cinéticas para consolidar sus objetivos nacionales.

 

Agréguese a ello la privatización y la cooptación del Estado, perpetrada por China en Africa -ejemplos: Angola y Nigeria-, tras lo cual podremos contemplar en qué medida China se ha convertido en un actor global, en años recientes. La aproximación recurrida por Pekín se sintetiza en explotar a países débiles y a regímenes corruptos, en consecuencia, explotando luego la debilidad de naciones más fuertes.

 

Y, cuando llega la hora de lidiar con el más sólido de sus competidores -los Estados Unidos de América-, citando a Qiao -tras una entrevista concedida al medio estatal CCTV en 2012; y siendo que Qiao era, por aquel entonces, general-, la meta es 'que el "buscaproblemas" termine enredado en un mundo de problemas'. Se refiere a nosotros, los EE.UU.

 

China se ha propuesto ser el Estado más poderoso del globo. Para hacerlo, habrá de 'destronar' a los Estados Unidos. Si ello sucede, los asuntos internacionales no quedarán ya bajo el control de un país fundado bajo el principio de los 'derechos inalienables' derivados del Creador, sino que quedarán bajo la tutela de un hombre que acaba de autodesignarse como primer ministro de por vida.

 

El ex presidente estadounidense Donald Trump comprendió que no todos los conflictos involucraban bombas y balas, sino que entendió que las armas económicas y políticas pueden, con frecuencia, consolidar objetivos que las medidas cinéticas no están en capacidad de cosechar.

¿Lo sabrá nuestro flamante presidente? Próximamente, lo comprobaremos.

 

Artículo original -publicado el pasado 11 de febrero de 2021-, en inglés

 

Sobre Sebastian Gorka

Es Decano y Profesor Asociado en Estudios sobre Guerra y Conflictos en la National Defense University en Washington, D.C., y Associate Fellow de la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas SOCOM.

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