por Máximo Luppino
Informador Público, 29-3-21
Pasaron ya casi cuatro décadas de la gesta de Malvinas y la justa conciencia patriótica crece día a día. Es una semilla de soberanía nacional que sembraron nuestros combatientes y que fueron regadas con su propia sangre generosa en cruda batalla contra la OTAN.
Nuestros soldados mostraron bravura por tierra, aire y mar. No quedó un sólo centímetro de suelo malvinense donde no haya quedado grabado el amor argentino por nuestras tierras, por nuestra nación, por esa bandera que cobija nuestros mejores sueños.
Inglaterra se aferra a un sistema imperialista y tiránico que está destinado a sucumbir. La humanidad evoluciona y toda injusticia es cada vez menos tolerada por una creciente conciencia de los pueblos que se expandirá muchísimo más. Prueba de esto son las resoluciones de La Naciones Unidad donde una abrumadora mayoría de países reconoce que las Islas Malvinas pertenecen a la Nación Argentina. La fuerza militar (que critica Gran Bretaña a otros países) es lo que los mantiene invadiendo abusivamente nuestra patria. Un latrocinio más de los muchos que lleva adelante el país más totalitario del planeta.
La heroica gesta de Malvinas de aquel 2 de abril de 1982 es hija dilecta de la Vuelta de Obligado en 1845 donde con cadenas en el Paraná y Carga de Caballería se pararon las apetencias inglesas y francesas de someternos.
Prueba manifiesta de la integridad del espíritu guerrero abnegado y heroico de nuestras fuerzas armadas es el luctuoso episodio del Ara San Juan en el que nobles marinos sabían del peligro que implicaba navegar en condiciones inadecuadas, no obstante priorizaron cumplir con la misión asignada por sobre el cuidado de sus propias vidas. Con la vigencia de esa noble capacidad de entrega, los valores de patria, familia y pueblo soberano están bien custodiados. ¡Argentina tiene héroes!
Cuando una Nación posee héroes de la magnitud de los que tenemos, su destino de libertad y gloria está bien resguardado. Sólo la bandera Argentina es digna de ondear en suelo malvinense. Otro emblema en nuestras islas es un “chiste macabro de la historia”, una burla a la verdad, sólo una infame tela dando testimonio de la barbarie invasora e imperialista.
No busques, hermano, “ejemplos” de valentía en el celuloide propagandístico. Las páginas argentinas están llenas de combatientes que con su vida otorgada a la patria sostienen desde los cielos la grandeza de nuestra Nación.
Los años transcurridos desde aquel 2 de abril pusieron en perspectiva ante la historia y el mundo cuál es el sentido de la Identidad Argentina, cuna de gente buena y simple que desea sólo poseer lo que le pertenece. San Martín desembarcó en otras playas para liberar pueblos, NO para someterlos ni saquearlos. Esa es la gran diferencia entre ellos y nosotros. Unos fueron y son “ladrones de países”, nosotros pugnamos por los derechos de los pueblos a ser libres y desarrollar su propia cultura.
39 años donde vemos cómo se agigantó la figura de nuestros combatientes, 39 años donde las nuevas generaciones sienten vibrar en su propio ser el reclamos angustiante de nuestras islas que nos llaman a no olvidarlas, a volver con azul y blanco en nuestros rostros y con FE en los valores de los pueblos soberanos que aborrecen el anacrónico imperialismo criminal.
Somos hijos de una historia brillante, llena de luz y esperanza. Sólo queremos cantar AURORA en nuestras Malvinas y que la jura de fidelidad a nuestra Bandera se lleve a cabo en suelo malvinense.
¡Honor y gloria por siempre a nuestros HÉROES!
¡Volveremos, Malvinas!
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