El Orden Mundial, 28-8-20
El terrorismo internacional
se ha convertido en un mal del que ningún país puede escapar. La cooperación
internacional es más necesaria que nunca para luchar contra esta amenaza, y la
ONU coordina una estrategia conjunta para conseguirlo.
La Organización de las
Naciones Unidas lleva años trabajando para fomentar la cooperación entre sus
países miembros en materia de lucha antiterrorista. Este esfuerzo comenzó a
principios de siglo, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las
Torres Gemelas. El 11S demostró que el terrorismo suponía una amenaza a nivel
internacional, que hasta ese momento se veía más como un problema interno de
ciertos países. Entonces todavía no existían mecanismos internacionales
específicos para abordarlo, pese a los esfuerzos de la Asamblea General de la
ONU.
Las resoluciones 1368 y 1373
del Consejo de Seguridad, de 2001, empezaron a cambiar eso sentando las bases
del sistema antiterrorista global actual. Estas resoluciones establecieron que
todos los países tienen derecho a defenderse de ataques terroristas y obligan a
todos los países a criminalizar el terrorismo. El Consejo de Seguridad también
creó un Comité de Contraterrorismo, un organismo clave en la coordinación de la
lucha antiterrorista.
Cinco años más tarde, en
2006, la ONU adoptó una estrategia antiterrorista conjunta que todavía está
vigente: la Estrategia Global de Contraterrorismo de las Naciones Unidas. Esta
estrategia se asienta en cuatro pilares fundamentales: paliar las condiciones
que llevan a la difusión del terrorismo; coodinar su prevención y combate;
construir capacidades antiterroristas a nivel estatal y mejorar las de la ONU;
y asegurar que se respetan la ley, los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario en la lucha antiterrorista. Además, tanto las
resoluciones del Consejo de Seguridad como la Estrategia Global insisten en que
el terrorismo no debe ser asociado con ninguna religión, creencia o etnia. La
estrategia se revisa cada dos años, pero la revisión de 2020 ha sido aplazada
al verano de 2021 a causa de la pandemia.
El último gran avance de la
ONU en política antiterrorista se dio en 2017 bajo la dirección de Antonio
Guterres, actual secretario general, que impulsó una reforma para implementar
la Estrategia Global de forma más efectiva. En consecuencia, la Asamblea
General adoptó la resolución 71/291, por la que se creaba la Oficina de
Contraterrorismo de Naciones Unidas. Su misión es ofrecer a los países miembros
apoyo y conocimiento para luchar contra el terrorismo cuidando de que esas
medidas afecten lo menos posible a las personas más vulnerables. A través de la
Oficina, la ONU actúa como intermediario entre Gobiernos, organizaciones
internacionales y sociedad civil coordinando la lucha contra el terrorismo
internacional.
Por un lado, la Oficina
lidera la implementación de la Estrategia antiterrorista acordada por la
Asamblea General, para lo que cuenta con herramientas como el Convenio de
Coordinación Contra el Terrorismo, que reúne a actores estatales y no estatales
para que establezcan políticas comunes. La Oficina también ayuda a los
Gobiernos mejorando sus capacidades antiterroristas a través del Centro de
Contraterrorismo, que ha desarrollado numerosos programas de formación de
personal en todo el mundo.
Pese a que la Estrategia
antiterrorista de la ONU ha recibido alguna crítica, pues se corría el riesgo
de que ciertos países instrumentalizaran la lucha contra el terrorismo para
imponer recortes de libertades, tras la creación de la Oficina en 2017 la labor
de la ONU en esta manteria ha mejorado. Actualmente existen proyectos que
utilizan el deporte para prevenir la radicalización, o que colaboran con los
Gobiernos para detectar rutas de viaje utilizadas por radicales y terroristas.
El Centro de Contraterrorismo también tiene distintos programas centrados en
control de fronteras, lucha contra la financiación de grupos terroristas,
ciberseguridad, atención a las víctimas, cooperación con la sociedad civil,
fomento de la cooperación sur-sur, gestión de prisiones o fomento de la
participación de jóvenes.
Además de luchar contra el
terrorismo, la ONU ha dado cada vez más atención a sus víctimas en los últimos
años. La Asamblea General aprobó en junio de 2019 una resolución (73/305) que
pedía a los países reforzar la cooperación internacional y desarrollar planes
nacionales para asistir a las víctimas del terrorismo. Fue propuesta por
Afganistán y España, dos países duramente golpeados por el terrorismo, y
proclamó el 21 de agosto como Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a
las Víctimas del Terrorismo, que se ha celebrado por primera vez en 2020.
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