Por Martín Dinatale
Infobae, 8 de Agosto de 2020
El Gobierno acaba de promulgar la ley que en 2015 habilitó la
instalación de una estación espacial de Beijing en Neuquén y que está manejada
por la agencia China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) que
depende del Ejército Popular chino.
Por pedido expreso de la administración de Xi Jinping, el
presidente Alberto Fernández publicó ayer en el Boletín Oficial la resolución
30917/20 que estableció la ratificación del Tratado Internacional sellado
durante el gobierno de Cristina Kirchner para instalar la polémica base de
avistaje lunar chino que especialistas norteamericanos y de la Unión Europea
aseguran que podría tener un uso dual: es decir, la exploración de uso pacífico
al espacio y al mismo tiempo la eventual intercepción de satélites.
La promulgación de la ley aprobada en febrero del 2015
resulta llamativa no sólo porque se da casi con cinco años de demora sino
porque fue publicada la misma semana en que el Banco Central renovó el swap de
monedas con el Banco Central de China por USD 18.500 millones.
Con esa operatoria el BCRA mantiene en su poder una
importante porción de sus reservas, cercana al 42%, y la Argentina ratifica a
la vez el acuerdo político con China una vez cerrado el acuerdo con los
bonistas de Wall Street por la deuda externa argentina.
Según señalaron anoche a Infobae altas fuentes de la Casa
Rosada, la decisión de promulgar en el Boletín Oficial el acuerdo de la
estación espacial con China fue por un pedido del gobierno de Xi Jinping que
Alberto Fernández ordenó concretar de manera inmediata a la secretaria de Legal
y Técnica, Vilma Ibarra.
La resolución del Boletín Oficial sólo contempla la
ratificación del acuerdo con China y establece el anexo de las 15 páginas que
contemplaba el acuerdo de ambos países que aprobó el Congreso en 2015.
En su momento el tratamiento de esa ley desató una fuerte
queja de la oposición porque el tratado le otorga a China una concesión de 200
hectáreas en la localidad neuquina de Bajada del Agrio, con una exención
impositiva por 50 años, sólo le permite a la Comisión Nacional de Actividades
Espaciales (CONAE) el uso de la antena espacial una hora y 40 minutos diarios y
el personal que maneja esa base es totalmente chino. No sólo eso, sino que
dependen del Ejército Popular de China.
La decisión de Alberto Fernández de continuar el proyecto
espacial de China en Neuquén no es novedosa. El ministro de Ciencia y
Tecnología, Roberto Salvarezza, confirmó a Infobae en febrero de este año que
“el acuerdo firmado entre Argentina y China en 2014, y refrendado por el
Congreso en 2015, sigue vigente”.
No solo esto. El ministro que tiene bajo su órbita a la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) explicó que no estaba
previsto ningún cambio en el programa con respecto al año pasado ya que “las actividades
han seguido su curso de acuerdo a como se planificaron y en concordancia con
los acuerdos firmados entre ambos países para el de la Estación”.
Detalles del acuerdo
La promulgación a destiempo de la ley podría responder a dos
cuestiones elementales: un olvido propio de la dirigencia política argentina o
bien la decisión de China de añadir en adelante algún otro componente técnico
en la estación espacial que están previstos en el tratado.
Por ejemplo, el artículo II del Tratado bilateral prevé,
entre otras cosas, que “las Partes alientan la cooperación para el desarrollo
conjunto de vehículos espaciales; instrumentos para uso espacial;
infraestructura terrestre para la investigación y el desarrollo de vehículos
espaciales; la construcción y operación de estaciones terrestres para la
recepción, seguimiento, telemetría y control de vehículos espaciales y los
servicios de lanzamiento, seguimiento y control para satélites, asi como
gestión y desarrollo de tareas en órbita”.
Y el punto 7 de de ese mismo artículo sostienen: que será
viable “la cooperación en aplicaciones de satélites de telecomunicaciones, de
navegación y de teleobservación”.
Anoche en la Casa Rosada aseguraban que se promulgó la ley en
el Boletín Oficial por el descuido de las gestiones anteriores de Cristina
Kirchner o de Mauricio Macri de ratificar por el Poder Ejecutivo la norma
aprobada en el Congreso y que no hay nada extraño en eso. Aunque las fuentes
consultadas admitieron que se trató de un pedido expreso de China.
Durante el gobierno de Mauricio Macri se continuó con el
acuerdo sellado con China aunque se agregó un anexo para especificar que la
estación espacial de Neuquén sea para uso pacífico y no militar. El ex ministro
de Ciencia y Tecnología Lino Barañao amagó con dar mayor transparencia a las
actividades que los técnicos chinos realizan en Bajada del Agrio y que se
desconoce en detalle. Se evaluó enviar a la base de Neuquén a un grupo de
legisladores, técnicos de universidades y periodistas para inspeccionar la
estación de China pero nunca se logró concretar esa idea.
El Ministerio que conduce Salvarezza ratificó también ante
Infobae un informe técnico que elevó la CONAE que sostiene que la base de
Neuquén “tiene por objetivo el apoyo al Programa chino de Exploración de la
Luna” y se encuentra en operación desde el mes de abril de 2018. Habrá que
evaluar si legalmente correspondía ejecutar estas operaciones sin haber estado
promulgada aun la ley.
El mismo informe al que accedió Infobae sostiene que la
estación de Neuquén es una de las tres bases en el mundo (junto a otras dos que
están en China) dedicadas exclusivamente a dar soporte terrestre a la misión
Chang’e 4, que descendió en la cara oculta de la Luna.
Para el Gobierno brindar apoyo a la instalación de esa
estación espacial en nuestro país “conlleva el beneficio de su uso por parte de
nuestra comunidad científica para proyectos nacionales y/o en cooperación
internacional, y ha abierto camino para nuevos proyectos espaciales a los que
se sumará la Argentina”.
Según el informe de la CONAE este beneficio se orienta en dos
direcciones: el uso para observación radioastronómica y para Telemetría,
Telecomando y Control (TT&C) de misiones interplanetarias al espacio
profundo.
También se aclaró que desde la puesta en marcha de su
funcionamiento la base China en Neuquén “ya comenzó a realizar observaciones
radioastronómicas por parte de investigadores argentinos, con el objeto de
acercar esta tecnología de punta a la comunidad científica local y crear
capacidades nacionales para su aplicación”.
Las objeciones
La CONAE compara las actividades de la estación de China en
Neuquén con la antena Deep Space 3 de la Agencia Espacial Europea en Malargüe,
Mendoza. Sin embargo, los técnicos de Estados Unidos y Europa aclaran que esa
estación espacial de la Unión Europea responde a una agencia civil y no al
ejército como en el caso de China.
Según dijo el Gobierno, en la estación de Bajada del Agrio
hay personal de CONAE instalado permanentemente en el sitio y personal de esa
Comisión concurre periódicamente a la Estación. También señalaron que “la CONAE
es una entidad certificante ante la AFIP para la adquisición e importación de
bienes y servicios por parte de CLTC, el organismo encargado de la red de
estaciones terrenas de China, que opera la Estación”. Y aclararon que la
cooperación de CONAE con CLTC se realiza “exclusivamente con fines pacíficos”
de acuerdo con el Tratado de Naciones Unidas sobre los Principios que deben
regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del
espacio Ultraterrestre, incluso la Luna y otros Cuerpos Celestes (1967), del
cual tanto Argentina como China son parte
El 13 de diciembre de 2018 la CONAE recibió la visita de la
delegación china presidida por el Consejero Superior de la China Launch and
Tracking Control General, Huang Quisheng, junto a representantes de Xi’an
Satellite Control Center (XSCC), Beijing Aerospace Command Center (BACC) y
Beijing Institute of Tracking and Telecommunication Technology (BITTT).
En ese encuentro los delegados chinos expresaron el agradecimiento
a la CONAE por el apoyo brindado a la Estación de Neuquén. Luego la CONAE lanzó
el primer “Anuncio de Oportunidad” para presentar propuestas científicas para
el uso de la estación de observación del espacio profundo ubicada en cercanías
de Bajada del Agrio.
Según se dijo, la iniciativa pondrá a disposición de la
comunidad científica nacional la antena de 35 metros de diámetro y equipamiento
asociado para proyectos de radioastronomía, geofísica, entre otras aplicaciones
durante el período 2019-2021. Sin embargo, hasta ahora todo se mantiene bajo un
fuerte hermetismo.
De hecho, en octubre del 2019 durante la reunión anual de la
Comisión Permanente para el Desarme de la ONU se dio un cruce entre China y
Estados Unidos, promovido inusitadamente por Argentina. Según consta en las
actas de esa conferencia, a las que accedió este medio, y que se titulan bajo
el rótulo "Prevención de una carrera de armamentos en el espacio
exterior", la delegación argentina que encabezaba el embajador Carlos
Foradori planteó la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación
a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar
satélites.
Los delegados de Estados Unidos y el Reino Unido sostuvieron
como “amenazas” el “atasco, cegamiento, colisión como arma” de los satélites
interceptados desde bases espaciales. También hubo expertos de esos países que
mencionaron el uso de la “guerra electrónica”, al evaluar que los satélites
pueden verse afectados en su funcionamiento por el uso de rayos láser para
dañar los sensores ópticos y la posibilidad de que se usen objetos espaciales
de servicio por satélite para mover o dañar objetos espaciales.
Sin embargo, tras el arduo debate en Ginebra, China y Rusia
se opusieron tajantemente a la propuesta argentina de ejercer mayores controles
a las estaciones de avistaje lunar en el mundo y no se pudo concretar la idea.
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