miércoles, 19 de agosto de 2020

ÓRDENES DE EVO MORALES

 


aceleran la muerte de ciudadanos bolivianos

 

Lupe Cajías

La Prensa, 18.08.2020

 

Hugo Tejerina, pediatra y director del Hospital de la Mujer en La Paz, sede del gobierno de Bolivia, denunciaba desesperado la noche del viernes 7 que ese centro de salud tenía oxígeno para doce horas más; luego de ese lapso, al menos once neonatos en incubadoras perderían la vida o quedarían con severos daños para siempre. El maternológico es uno de los escasos espacios para los partos en esta época de covid-19. De 10 a doce nacimientos diarios, desde abril atiende 50 a 60.­

 

Las redes sociales se llenaron de mensajes igualmente dramáticos. El alcalde de la ciudad, Luis Revilla, se sumó al clamor para salvar a esos bebés y otros 20 recién nacidos. Aunque la situación era parecida en otros hospitales públicos y privados, las imágenes de niños tan frágiles estremecieron a la opinión pública.­

 

"En qué cabeza cabe este bloqueo absurdo e inhumano. Ni en situaciones de guerra se atenta contra enfermos y hospitales'', escribió Revilla en su cuenta de Twitter. Horas más tarde, campesinos impidieron también el paso de cisternas con oxigeno en Tiraque, Cochabamba, mientras jóvenes con hondas y machetes atacaban el hospital de Samaipata, identificándose como policía popular del Movimiento al Socialismo.­

 

LOS PARTIDARIOS DE EVO­

 

Los nuevos cortes de ruta, saqueos en carreteras, secuestros de personas y derrumbe de cerros, además de cobros a peatones, transportistas y población, son responsabilidad de los partidarios del exmandatario Evo Morales.­

 

Desde Argentina, protegido por el gobierno de Alberto Fernández, el líder cocalero emplea las mismas herramientas que en los años noventa lo enfrentaron con sucesivos gobiernos. Cuando él era presidente declaró que se arrepentía, que no sabía los costos de esa acción directa de protesta social.­

 

Sin embargo, en noviembre de 2019, después de renunciar y huir de Bolivia, ordenó nuevamente el cerco a las ciudades para dejarlas sin alimentos y sin servicios. Así se difundió en un audio enviado a uno de sus partidarios en la zona roja de la coca cocaína, en el Chapare.­

 

El bloqueo fue ordenado por la Central Obrera Boliviana, COB -que desde hace cinco años perdió su independencia partidaria mantenida en 70 años- y por la Confederación Sindical Unica de Campesinos de Bolivia, además de otras organizaciones del Pacto de la Unidad, cercanas a Morales. Los cortes se dan en plena crisis sanitaria mundial, particularmente severa en Bolivia, y por una consigna poco sustentable: el adelanto de las elecciones generales en 42 días, sabiendo que técnicamente es una meta imposible.­

 

Las protestas de los sectores más violentos del MAS han llegado a niveles de barbarie, muy difíciles de entender, ante el silencio de la Defensoría del Pueblo y de organizaciones internacionales de Derechos Humanos, muy activos a favor de Evo y ocultos cuando se tratan de atropellos de su militancia.­

 

El 6 de agosto de 2020, 195 aniversario del nacimiento de Bolivia, el Hospital Holandés, uno de los pocos nosocomios en El Alto, anunció la muerte de una joven 27 por falta de oxígeno. Otros doce pacientes estarían en peligro por la falta de un elemento fundamental para controlar los estragos del coronavirus.­

 

Responsables de los principales nosocomios que atienden a los cientos de infectados en La Paz, Oruro y El Alto han pedido, con lágrimas en los ojos, que los masistas dejen de hostigar a quienes están atendiendo la pandemia. Hay ambulancias incendiadas y otras acciones similares que atemorizan a los médicos y trabajadores de salud en pleno agravamiento de la pandemia del covid-19 en Bolivia.­

 

Así como en noviembre de 2019, intentaron incendiar las instalaciones de hidrocarburos en Senkata, ahora aprovechan la crisis sanitaria para ejercitar presión política. Eduardo Maldonado, exsenador del MAS, fue uno de los muchos del mismo partido, que ha condenado estas actitudes calificándolas de ``criminales y vandálicas, ajenas a las luchas sociales''.­

 

Mientras sus candidatos Luis Arce Catacora y David Choquehuanca no han condenado esa nueva forma de violencia, como hicieron los demás, las autoridades y la mayoría de los medios de comunicación. Es más, Choquehuanca y otros dirigentes agrarios estarían articulando los bloqueos en carreteras y los ataques a los centros de salud.

 

En varios bloqueos no son más de diez o veinte personas, pero logran su objetivo de evitar el paso de vehículos, incluyendo ambulancias y cisternas de oxígeno y otro tipo de auxilio sanitario. Los masistas han atacado los vehículos que proveen de ese esencial elemento para los centros de salud, incluso amenazando con la toma de las empresas que llenan los tanques, cada vez más requeridos. Los dueños rechazaron la idea oficial de militarizar la zona por el peligro que ello podría suponer y a la vez han rogado a los militantes de ese partido político que no lleven sus protestas a esos extremos.­

 

POLVOS INFECTADOS­

Radios ligadas al MAS han seguido la línea discursiva de Morales, primero negando la pandemia, después culpando al gobierno y a Estados Unidos y en estos días se trasmiten mensajes que acusan al régimen presidido por Jeanine Añez de enviar aviones para que echen polvos infectados a las marchas de los masistas. El propio Morales desde Argentina declaró el 5 de agosto que la pandemia es parte de una guerra biológica y que la postergación de las elecciones no es por un problema sanitario sino por una estrategia de Estados Unidos contra su partido.­

 

Este jueves también se trasmitía una entrevista al antiguo dirigente campesino Felipe Quispe, otrora aliado en un grupo terrorista junto con Alvaro García Linera, donde convoca a apoyar la huelga con los cercos a las ciudades. La entrevista, anunciaba el periodista de una red cocalera, era trasmitida también por la red ATB Argentina y Radio Metropolitana Argentina.­

 

El método fue exitoso en muchos momentos de reivindicaciones sociales, pero quedó obsoleto y rechazado por la gran mayoría de la población, incluyendo los más pobres que resultan los más afectados por no poder trabajar pues suelen ser informales, y otros ven pudrirse sus productos.­

 

Los bloqueadores del MAS solicitan diferentes asuntos, como el cierre de un botadero municipal en Cochabamba ahogando a la ciudad con basura; o contra la clausura del año escolar, o, ahora, contra la postergación de las elecciones.­

 

LO QUE ESTA DETRAS­

 

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La convocatoria a estos bloqueos en plena expansión del covid 19 no parece ser el asunto principal. Varios analistas coinciden en que el MAS está en realidad fragmentado y necesita al menos una demostración de fuerza hacia el interior del partido y hacia afuera. Se conoce que muchos bloqueadores son pagados con dinero de dudosa procedencia, gastan cientos de bolivianos para mover tractores y maquinaria para trancar los caminos. Otras personas acuden obligadas con la amenaza de flagelación, de cortarles el agua de riego o de atacar sus casas. Los movimientos más fuertes son en las zonas más relacionadas con el tráfico de drogas, como en Cochabamba y en Santa Cruz.­

 

Este despliegue no conseguirá recuperar los votos de las capas medias que dieron inicialmente la victoria a Morales en 2006 y que lo apoyaron varios años. En algunas ciudades, como Tarija o Sucre, el apoyo al MAS es del 7 al 8 por ciento. Es evidente que la candidatura del MAS pierde con esta presión. ¿Qué gana?­

 

Enrique Velasco, analista, escribía este domingo, que ``el extravío de la COB (convocando este bloqueo) indica la derrota del MAS''. Durante el fin de semana, la ciudadanía organizada en grupos -algunos violentos- desbloqueó rutas en el centro y norte del país. En El Alto, los vecinos impidieron que grupos de bloqueadores cierren sus calles. Cooperativistas mineros y transportistas también enfrentaron a bloqueadores.­

 

Aunque la Policía no parece estar con ánimos de intervenir y las Fuerzas Armadas mantienen silencio, corren muchos rumores sobre las posibles salidas a la crisis.­

 

Mientras el gobierno central tampoco presenta soluciones factibles y ha perdido espacios claves para asegurar el diálogo. Hay iniciativas dispersas para acercar a los actores.­

 

Algunos piensan que ni al MAS ni al gobierno les interesa realmente las elecciones pues ambos perderían; uno el Poder Ejecutivo que difícilmente volverá a tener, otro el Poder Legislativo, que no volverá a ser mayoría.­

 

 

Lupe Cajías

Premio Nacional de Periodismo 2018. Historiadora boliviana. Autora de 15 libros sobre Historia y medios de comunicación. Columnista en los principales diarios de Bolivia. Catedrática en la Universidad Católica.

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