Por Malú Kikuchi
Tribuna de
Periodistas -10/10/2020
El gobierno incita
al delito, es una aberración en todos los sentidos, pero por desgracia, es una
realidad. Incita al delito destruyendo la economía lo que deja a cientos de
miles de personas sin trabajo. Incita al delito cuando no es capaz de desalojar
tierras tomadas ilegalmente en Guernica y en el Sur.
En las tomas de la
provincia de Buenos Aires hay una orden judicial de desalojo, orden que el gobernador
pospone una y otra vez. Primero permitió la toma, infringiendo el artículo 181
del Código Penal, ahora desobedece una orden judicial. Le cuesta creer que es
un delito.
Y lo es. Desde la
Constitución Nacional, artículo 17, “la propiedad es inviolable, y ningún
habitante de la Nación puede ser privado de ella”. Los constituyentes no
tuvieron en cuenta la posibilidad de tener un gobierno “progre” y populista,
decidido a repartir generosamente… pobreza.
En el Sur de país,
es peor. Hechos. El pueblo mapuche (“gente de la tierra”) no existe. No hay
documentos históricos donde se hable de ellos hasta bien entrado el siglo XIX.
C. Darwin en su encuentro con Rosas en Carmen de Patagones, 1833, describió
tribus patagónicas y no los nombró.
Ni el Comandante
Luis Piedra Buena ni el Perito Moreno, grandes conocedores de la Patagonia, los
nombran. Ni los muchos viajeros europeos que exploraron la Patagonia, de Norte
a Sur, de la cordillera al Atlántico, los nombran. Aparecen alrededor de 1832
con Calfulcurá en Carué.
Llegan desde
Chile, son araucanos. Y los “mapuches” argentinos, en su gran mayoría respetan
las leyes del país, los símbolos patrios y se sienten ciudadanos argentinos de
etnia araucana. Gente de paz que resguarda sus costumbres y su lengua, como
cualquier otro inmigrante que se integra.
Estas tomas
intempestivas de tierras, todas ellas muy bien ubicadas, Villa Mascardi es un
paraíso, se deben a grupos que se proclaman mapuches, que reclaman tierras
originarias y ancestrales (Mascardi nunca fue previamente habitada), eso dicen
su chamán, la machi Betiana Calhuan.
Betiana no es un
nombre mapuche. La machi tiene visones y mandatos del más allá. El grupito que
maneja no es reconocido por las comunidades mapuches. Estos también vienen
desde Chile y probablemente forman parte de grupos de izquierda muy
radicalizados.
El 24/7/2019, en
Caracas, República Bolivariana de Venezuela, una de las conclusiones del Foro
de San Pablo fue la exasperación del indigenismo, para terminar con el
consabido (sangriento y de dolorosa historia) “hasta la victoria siempre”. Más
que mapuches son grupos castro/chavistas. La Gobernadora de Río Negro, Arabela
Carreras, no puede con ellos.
Es imposible
desalojar a 10 o 15 forajidos, encapuchados y violentos, que talan árboles,
incendian cabañas, aterrorizan a los habitantes. Es imposible si la ministra de
seguridad de la Nación mira hacia otro lado y el INAI que depende del
ministerio de Justicia, apoya la toma.
El INAI, Instituto
Nacional de Asistencia a Indígenas, cuyo vicepresidente es Luis Pilqueman,
araucano, que fue detenido llevando una familia, araucana, en una camioneta del
INAI (que pagan los impuestos del pueblo) hacia villa Mascardi. Nadie del INAI,
ni la ministra de Justicia dijo nada. Pilqueman sigue en su puesto.
Con permiso del
INAI una comunidad araucana, Millalonco Ranquehue tomó un predio de 700 has
donde funciona la Escuela Militar de Montaña Tte. Gral Juan Domingo Perón.
Presentaron la orden del INAI reclamando tierras ancestrales. El ministro de
Defensa Agustín Rossi, NS/NC.
También empezaron
talando árboles. Dicen que los pueblos originarios respetan la ecología. Una
prueba más de que son “los revolucionarios del siglo XXI”.
Lo que aterroriza
de todas estas tomas es la inercia, la falta de respuesta, la simpatía con que
el gobierno nacional asiste a estos delitos.
¿Qué pasaría si
cualquier argentino o extranjero con papeles falsos se presentara como
descendiente de querandíes reclamando desde la Plaza de Mayo con la Rosada, la
Catedral, el Cabildo y los ministerios, hasta la quinta de Olivos? ¿Tendría el
gobierno la misma actitud complaciente?
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